La demora en el nombramiento de un CTO hace que la re-organización tecnológica del gobierno federal sea menos probable.
En su segundo día como presidente, el Sr. Barack Obama firmó un memorando sobre "Gobierno Transparente y Abierto" en la cual solicitó a su CTO, en coordinación con el director de la oficina de administración y presupuestos y el administrador de servicios generales, a que formularan recomendaciones dentro de los 120 días de cómo utilizar la tecnología para crear un gobierno más abierto.
Tres semanas más tarde, todavía existe un pequeño problema: no ha nombrado un CTO. Considerando como la tecnología fue ubicado en el centro de su campaña - remodelando la política en el camino - algunos observadores están sorprendidos de que no se encuentra más ágil en tratar de adaptar esa lección al gobierno federal.
"La campaña fue exitosa al estar en la cresta de la ola de capacidad que la tecnología ha dado a los americanos," dice Andrew Rasiej, fundador de un blog ampliamente leído sobre la política y la tecnología, y de Personal Democracy Forum, una conferencia anual. "Falta ver si esa ola de capacidad podrá romper la pared de la burocracia federal."
La demora en si misma dice mucho, comenta Rasiej. Agrega que si la persona nombrada termina no reportando directamente a Obama, sino que a un miembro del gabinete, entones será aún peor. El peligro, dice, radica en que "la tecnología se ve como un tema --´salud´, ´energía´, ´tecnología´-- y pensado y presupuestado como algo vertical, en oposición a una plataforma que literalmente resuelve los problemas para todos las áreas de temas diferentes."
Para estar seguros, el presidente tiene algunos temas muy grandes con las que tiene que lidiar, y sólo han pasado tres semanas. Aún así, como dice Rasiej: "uno de los grandes problemas es que cada vez que hay una nueva administración, empiezan a llenar los asientos basándose en la burocracia de la administración anterior. Una buena pregunta para hacer aquí es la siguiente: ¿Qué haría Google?"