Cadenas de bloques y aplicaciones
La tercera vida de Second Life será en realidad virtual y se llamará Sansar
El objetivo es que la plataforma albergue múltiples espacios para realizar distintas actividades, como jugar, dar clase o simplemente socializar. ¿Se acabará volviendo aburrida como su predecesora?
Foto: Linden Lab, la empresa subyacente del mundo virtual Second Life, lanzará este año una plataforma de realidad virtual llamada Sansar que anima a los usuarios a interactuar con los demás y construir sus propias experiencias también. Crédito: Linden Lab.
En teoría, se puede hacer cualquier cosa dentro de la realidad virtual (RV), y mi guía de RV y yo nos lo estamos tomando esto en serio. Vamos vestidos de alienígenas y estamos en la popa de un barco flotante contemplando unas diminutas y bellas islas que levitan en el horizonte y un sereno jardín debajo de nosotros.
¿A dónde más podríamos ir? De alguna manera, las posibilidades son infinitas. También podríamos construir un espacio virtual en el que pasar el rato si lo que queremos no existe.
Nos encontramos en el mundo de Sansar, que se lanzará este año para los cascos Oculus Rift y HTC Vive y, de forma menos envolvente, para PC. Es la última oferta de Linden Lab, la empresa responsable del mundo virtual Second Life, lanzado en 2003, que llegó a alcanzar un millón de usuarios mensuales pero desde entonces ha decaído hasta unos 800.000.
La realidad virtual de consumo aún está en la infancia. En 2016 se vendieron más de dos millones de cascos, según un cálculo del investigador de mercado Canalys. Es una cifra diminuta en comparación con los varios cientos de millones de smartphones enviados cada trimestre.
Ademas, aún tenemos que averiguar qué narices hacer con la realidad virtual. Utilizarla para socializar podría acabar matando a las apps de RV (aunque este fue el motivo por el que Facebook adquirió al fabricante de cascos Oculus por casi 3.000 millones e euros). Pero al igual que los cascos con los que funciona, la propia realidad virtual casi acaba de ser descubierta, y solo ofrece un par de formas para conectar con los demás.
Y eso es justo lo que Linden Lab quiere hacer con Sansar, que lleva en desarrollo unos cuatro años. Esta versión quiere evitar los grandes problemas que han plagado a Second Life durante años, como el hecho de que la mayoría de los usuarios llegan a través de una puerta principal y les cuesta saber qué hacer una vez dentro. El CEO de Linden Labs, Ebbe Altberg, explica que las distintas experiencias de RV de Sansar no serán tanto un abanico de elementos distintos dentro de un único mundo sino más como el propio internet, con sitios individuales a los que se podrán navegar directamente. En las demostraciones que probé, tenía un atlas con sencillas imágenes en miniatura de cada destino junto con su nombre.
Foto: Las experiencias de realidad virtual en Sansar varían entre explorar una antigua tumba egípcia hasta tirar coches y edificios de juguete. Crédito: Linden Labs.
Sansar también tendrá un modelo de negocio distinto a Second Life, basado principalmente en las cuotas mensuales de suscripción del alquiler de parcelas de terrenos virtuales. (Cada terreno de tierra de 256 metros cuadrados cuesta unos 275 euros al mes. "No es una participación casual", reconoce Altberg). Tales terrenos serán mucho más baratos en Sansar, afirma Altberg (aunque no especifica exactamente cuánto), y Linden Lab se centrará más en hacer dinero con la venta de objetos virtuales como ropa y muebles para avatares.
De momento, sólo Linden Lab y un grupo de personas bajo invitación han estado desarrollando un abanico de experiencias distintas para la plataforma. El objetivo es que los desarrolladores se reúnan allí para jugar y trabajar, lo que podría lograr que Sansar sea mucho más grande de lo que podría haber sido si Linden Lab lo hubiese desarrollado en solitario.
"Tienes que dejar que los usuarios creen estas cosas, porque hay demasiadas culturas y estilos y sabores y deseos y necesidades. Es demasiado", dice Altberg.
Pero la calidad de esas experiencias no será homogénea. De los sitios que observé, los que han sido creados por Linden Lab tienen mejor aspecto y menos errores que los dos que están siendo creados por usuarios.
El profesor adjunto de la Universidad George Washington University (EEUU), John Artz, que impartió durante varios años una asignatura sobre el uso de Second Life para aplicaciones de negocio, se imagina usos en potencia para Sansar como aulas virtuales para el aprendizaje en línea. Pero cree que la plataforma sufrirá del mismo problema central que acosa a Second Life: por muy buena que sea la tecnología, simplemente se vuelve aburrida con el tiempo.
Con Sansar, concluye: "Soy algo escéptico con la idea de que vayan a lograr convertir una increíble tecnología en una aplicación útil".