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Tecnología y Sociedad

Se buscan proyectos en energías limpias para darles 1.000 millones de dólares

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A Bill Gates no le ha costado mucho recaudar el dinero. Lo difícil será encontrar propuestas con potencial de reducir las emisiones de efecto invernadero y generar un retorno financiero en 20 años

  • por Nanette Byrnes | traducido por Teresa Woods
  • 19 Diciembre, 2016

El fundador de Microsoft, Bill Gates, anunció el 12 de diciembre que creará un fondo de 1.000 millones de dólares (unos 941 millones de euros) para financiar investigaciones en energías limpias. Es el primer paso de la iniciativa que el magnate lanzó el año pasado junto a otros multimillonarios como Jeff Bezos de Amazon, Jack Ma de Alibaba y Richard Branson de Virgin. En aquel momento, uno de los inversores del fondo, el magnate John Arnold, explicó que "la escasez de fondos de riesgo para las tecnologías de energía limpia amenazan con crear un valle de muerte para la industria lleno de ideas emergentes incapaces de encontrar el capital necesario para comercializarse".

Pero recaudar ese fondo de 1.000 millones de dólares probablemente sea la parte más fácil para los magnates que participan en la iniciativa, bautizada como Breakthrough Energy Ventures (BEV, o Emprendimientos Energéticos Innovadores). Detectar y decidir qué avances que serán financiados será mucho más complicado, reconoció Gates en una llamada con periodistas sobre el nuevo fondo, que él presidirá. El responsable afirmó: "Tenemos que rastrear el paisaje y encontrar cosas que hayan sido obviadas. Nos limitarán las grandes empresas que encontremos". 

El fondo, desde luego, buscará a lo largo y ancho. BEV tiene una lista de 55 áreas de interés potencial que abarca de todo, desde la fusión nuclear de próxima generación hasta la reducción de las emisiones de metano procedentes de las vacas. Estas líneas de acción se han dividido en cinco categorías: electricidad, agricultura, fabricación, transporte y construcción. El fondo buscará inversiones que puedan ser aplicadas no sólo a mercados desarrollados como Estados Unidos sino también a partes más pobres del mundo, donde se espera que las necesidades energéticas crezcan mucho más deprisa.

Para determinar qué proyectos recibirán financiación se analizará su potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de proporcionar un retorno financiero en un plazo de 20 años, el doble que el período de inversión de la mayoría de los fondos de capital riesgo. Las decisiones de inversión serán lideradas por una plantilla profesional que la junta aún está definiendo. Es probable que cada inversión ronde entre las decenas y cientos de millones de euros.

Las tecnologías de energía limpia han luchado en años recientes por proporcionar un buen retorno a los inversores de capital riesgo. Desplazarse desde el concepto hasta la implementación comercial es un proceso largo y caro, tanto porque escalar la ciencia de laboratorio hasta la producción en fábrica es difícil como por la falta de apoyo por parte de grandes corporaciones. El gas natural barato ha dificultado aún más la economía de nuevas tecnologías energéticas. 

Según una reciente encuesta, las empresas de capital riesgo gastaron casi 24.000 millones de euros en financiar start-ups de energías limpias entre 2006 y 2011, y perdieron más de la mitad de ese dinero.

Dos de los inversores más conocidos, Vinod Khosla de Khosla Ventures y John Doerr de Kleiner Perkins Caufield & Byers, son miembros de la junta del nuevo fondo de Gates. Ambos defienden que aún existe un gran potencial de inversión en este sector. Para Khosla los grandes fondos de financiación como este ayudarán a atraer al campo a científicos y tecnólogos brillantes, lo que generará un suministro de nuevas oportunidades de inversión.

Las nuevas estrategias energéticas normalmente nacen de la investigación básica, que suele realizarse con apoyos gubernamentales. Pero no está claro si se podrá contar con el Gobierno de Estados Unidos para apoyar el tipo de investigaciones básicas que darían lugar a la base de empresas potenciales para las futuras inversiones del BEV.

ARPA-E, un programa del Departamento de Energía de Estados Unidos que apoya tecnologías energéticas prometedoras pero que aún no están listas para inversiones del sector privado, ha logrado algunos éxitos con  45 proyectos que han conseguido asegurar casi 1.200 millones de euros en nuevas inversiones del sector privado. Pero estos proyectos solo son una pequeña fracción de las 475 iniciativas financiadas por ARPA-E.

Como parte del acuerdo climático de París (Francia), el Gobierno de Obama se comprometió a proporcionar los casi 5.700 millones de euros para financiar labores de I+D en tecnologías limpias que había designado en el pasado. Pero no está claro si tales programas seguirán adelante bajo la administración Trump.

Gates y otros miembros de la junta reconocieron que el apoyo continuado del Gobierno de Estados Unidos no está garantizado, pero mantuvieron que si las inversiones pueden vincularse a nuevos empleos y a un impacto económico positivo, tendría buenos argumentos a su favor. 

Tecnología y Sociedad

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