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Airbnb quiere demostrar que solucionará su problema de racismo pero no es así
Está demostrado que los afroamericanos tienen menos probabilidades de conseguir una habitación. La compañía ha tomado medidas, pero ninguna que de verdad ataje el problema de raíz
Airbnb tiene un problema de racismo y tendrá que hacer muchos cambios si quiere librarse de él.
Investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (EEUU) han descubierto que las personas con nombres que suenan afroamericanos tienen un 16% menos de probabilidades de ser aceptados como huéspedes que aquellos con nombres que suenan caucásicos. Cuando se publicaron esos resultados el año pasado, el director de Diversidad de Airbnb, David Kind, afirmó que la empresa se enfrentaba a unos "importantes retos" para superar el problema.
Aunque el estudio no lo demuestra, es probable que Uber se enfrente a un problema similar. Desde luego, cuando la empresa de viajes compartidos se negó a añadir una prestación de propinas a su app este año, citó los sesgos raciales inconscientes de sus clientes como uno de los motivos.
Gráfico: En su estudio, los investigadores hicieron solicitudes de Airbnb bajo falsos nombres que podían sonar caucásicos (en negro) o afroamericanos (en rojo). Las barras de la izquierda muestran las peticiones aceptadas y las de la derecha las denegadas.
Airbnb ahora ha publicado un informe que describe sus planes para abordar la discriminación. El plan fue elaborado por Laura Murphy, una abogada de derechos civiles que ha trabajado para la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. Su principal mensaje es que la empresa establecerá "un equipo permanente de ingenieros, científicos de datos, investigadores y diseñadores a jornada completa cuya única misión será aumentar la pertenencia y la inclusión y eliminar los sesgos".
En particular, el informe sugiere que la empresa experimentará con reducir la abundancia de las fotos de los huéspedes durante el proceso de reservas, animará a los usuarios a adoptar su servicio de Instant Book (Reservas Instantáneas) y buscará reservas para cualquiera que haya sufrido una discriminación. En el momento de la redacción de este artículo, Airbnb no había contestado a nuestras preguntas sobre las medidas adicionales que el equipo podría implementar.
La pregunta es: ¿bastará su intervención?
"Es posible prevenir la discriminación racial en Airbnb con una solución tecnológica. La tarea clave es escoger la solución adecuada", explica el autor principal del informe de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, Ben Edelman. "Las medidas propuestas por Airbnb no parecen tener muchas probabilidades de tener éxito", añade.
De hecho, Edelman describió algunas de las manerasque cree que podría impedir la discriminación en Airbnb este mismo año. Ninguna ha sido incluida en la lista de la empresa.
"El enfoque natural consiste en ocultar la información racial que está provocando la discriminación", afirma Edelman. Como ejemplo, señala una famosa decisión tomada por la Orquesta Sinfónica de Boston (EEUU) en 1952: empezó a realizar las audiciones de los músicos a ciegas. Rápidamente disminuyó la segregación de género, edad y raza.
La profesora de derecho de la Universidad de Misuri en Kansas City (EEUU) Jamila Jefferson-Jones se muestra de acuerdo. La experta afirma: "Yo creo que las fotos de perfil o deberían eliminarse o sólo deberían ser compartidas después de confirmarse la reserva [y] que podría hacer falta que los nombres sean tratados de la misma manera". En su grado más extremo, este enfoque es comparable a eBay, y significaría que los usuarios se basarían únicamente en las calificaciones y comentarios para tomar la determinación de tratar con alguien.
Sería un enorme paso para Airbnb. Hasta ahora, una pieza fundamental de su modelo de negocio ha consistido en su amplio volumen de datos compartidos para generar confianza. Su prestación de reservas instantáneas es un paso en esa dirección, pero está infrautilizada y sigue conteniendo lagunas que permiten a los usuarios cancelar una reserva después de ver el perfil de un huésped.
En caso de que el paso radical de empezar emplear pseudónimos sea demasiado para la empresa, Jefferson-Jones sugiere que podría pedir a los huéspedes que añadan otros detalles más útiles, como sus intereses o el motivo de su viaje. Pero seguiría existiendo el problema de las calificaciones que reciben los huéspedes después de sus estancias. "Eso es algo mucho más duro de roer", dice, porque normalmente se basan en interacciones presenciales.
Es injusto pedir a una empresa como Airbnb que resuelva problemas puramente sociales. Pero deberíamos exigirle un compromiso auténtico con la causa, algo que, independientemente del informe, puede que falte. Edelman concluye: "Mi cuenta personal fue suspendida durante alrededor de un año por la recopilación de datos para mi artículo sobre este tema. Si arreglar la discriminación es realmente la primera prioridad de Airbnb... entonces, ¿por qué prohibir investigaciones sobre ello?"