La startup Algenol se asocia con Dow Chemical en una planta piloto de etanol.
Algenol Biofuels, la startup con sede en Florida, afirma que es capaz de producir eficientemente cantidades comerciales de etanol a partir de algas sin necesidad de agua dulce ni tierras agrícolas—un método novedoso que ha llamado la atención y motivado el apoyo de Dow Chemicals, el gigante de productos químicos con sede en Midland, Michigan.
Las compañías anunciaron recientemente sus planes para construir y operar una planta de demostración sobre 24 acres de terrero en la planta de manufactura de Dow en Freeport, Texas. La planta consistirá en 3.100 biorreactores horizontales, cada uno de 5 pies de ancho por 50 pies de largo (1,5 x 15,25 metros) y capaces de albergar 4.000 litros.
Los bioreactores son, esencialmente, unos abrevaderos cubiertos por una cúpula de película semitransparente y rellenos de agua salada extraida del océano. Las algas fotosintéticas que crecen en su interior están expuestas a la luz del sol y se alimentan a base de dióxido de carbono procedente de las unidades de producción química de Dow. El objetivo es producir 100.000 galones de etanol al año.
Existen docenas de compañías en el mercado intentando producir biocombustibles a partir de las algas, sin embargo, hasta ahora la mayoría se han enfocado en hacer crecer y cultivar los microorganismos para obtener sus aceites, después refinar ese aceite en biocombustible o combustible de avión. En vez de eso, Algenol ha elegido mejorar genéticamente ciertas cepas de algas verdeazuladas, también conocidas como cianobacterias, para convertir la mayor cantidad posible de dióxido de carbono en etanol utilizando un proceso que no requiera el cultivo para poder obtener el combustible.
Las algas verdeazuladas producen una pequeña cantidad de etanol de forma natural, aunque sólo bajo ciertas condiciones anaeróbicas en las que la cianobacteria no tenga nada de alimento o esté a oscuras. Paul Woods, cofundador y director ejecutivo de Algenol, afirma que su compañía ha modificado sus algas para que puedan producir etanol bajo la luz del sol a través de la fotosíntesis, en primer lugar convirtiendo el dióxido de carbono y el agua en azúcares, y después estimulando y controlando las enzimas que sintetizan esos azúcares en etanol.
Otra gran diferencia para Algenol es que no tienen que cultivar las algas para extraer el etanol, con lo que se elimina un paso que había demostrado ser bastante costoso y complejo para las otras startups dedicadas a la transformación de algas en biocombustible. John Coleman, director científico de Algenol y profesor de biología celular y de sistema en la Universidad de Toronto, afirma que el etanol producido dentro de las algas se escurrirá desde el interior de cada célula y se evaporará hasta la parte de la cabeza del biorreactor.
“El etanol tienen una movilidad prácticamente infinita dentro de la célula y, esencialmente, se filtra al bioreactor después de la síntesis,” señala Coleman. “Lo recolectamos a través de varios pasos de condensación.” Existen otras compañías que están trabajando en formas de producir biocombustibles a través de la fotosíntesis de las algas, incluyendo a Synthetic Genomics, con sede en La Jolla, California, que acaba de firmar un acuerdo de I+D con ExxonMobil valorado en hasta 600 millones de dólares. Sin embargo, los esfuerzos se han centrado en la extracción de petróleo, no en el etanol.”
Dow tienen un interés especial en el proceso de Algenol porque el etanol reemplaza a los combustibles fósiles en la producción de etileno, que es la materia química básica para fabricar muchos tipos de plástico. Los aceites de las algas son menos útiles, afirma Steve Tuttle, director de negocio de biociencias en Dow. “El biodiesel no encaja necesariamente con lo que nos gustaría utilizar como producto posterior,” afirma.
Tuttle afirma que Dow, además de ceder tierras y suministrar la fuente de dióxido de carbono, también ayudará con los procesos de ingeniería y el desarrollo de películas plásticas avanzadas para cubrir los bioreactores. Entre los otros socios del proyecto se encuentran el Laboratorio Nacional de Energías Renovables y el Instituto de Tecnología de Georgia. Algenol ha pedido una subvención a la Departamento de Energía de EE.UU. para que colabore con los gastos del proyecto de demostración.
Woods está convencido de que el proceso se puede hacer a mayor escala, y a un coste favorable en términos de producción. “Esperamos poder producir etanol a 1,25 dólares por galón,” señala, añadiendo que el etanol resultante devuelve 5,5 veces más energía de la que consume para ser fabricado, haciendo que el combustible renovable sea competitivo en comparación con la producción de etanol a partir de la celulosa. Woods afirma que el método de Algenol tiene otra cosa a su favor: “Cada galón de etanol genera un galón de agua dulce a partir del agua salada.”
Algenol también se ha asociado con Sonora Fields, en México, una subsidiaria de Biofields, que tiene previsto un proyecto de 850 millones cuyo objetivo es producir mil millones de galones de etanol al año.