La técnica de edición genética CRISPR promete superhombres sin enfermedades, ¿está la sociedad preparada para ello?
Foto: Jason Pontin
Hace tres años, cuando CRISPR-Cas9, un método para editar el ADN con precisión, apareció de pronto como si fuera una tecnología del futuro, los científicos se dieron cuenta de que podíamos modificar la raza humana y proporcionar genes mejorados a nuestros hijos y a sus herederos. Pero muchos no creyeron que pudiéramos hacerlo pronto.
El biólogo Weizhi Ji, que creó dos monos macacos con genes editados en Kunming Biomedical International, afirmó que la creación de seres humanos con genomas editados con CRISPR era "muy posible", pero añadió que "debido al tema de la seguridad, todavía habrá un largo camino por recorrer". (Ver TR10: Edición genómica).
Sin embargo, estaba seguro de que los científicos investigarían cómo editar la línea germinal humana, y lo harían rápido. (La "línea germinal" es la jerga de los biólogos para referirse al óvulo y el espermatozoide, que se combinan para formar un embrión. Al editar el ADN de estas células, o del propio embrión, se pasarían cambios heredables a generaciones futuras).
Lo iban a intentar porque editar genes con CRISPR era trivialmente fácil, y hacerlo sería algo sensacional. "Cualquier científico con conocimientos de biología molecular y conocimiento sobre cómo trabajar con embriones será capaz de hacerlo", señala la bióloga de la Universidad de California en Berkeley (EEUU), Jennifer Doudna, que en 2012 codescubrió cómo utilizar CRISPR para editar genes.
Sobre todo, investigarían CRISPR porque parece ser una potente forma de prevenir enfermedades desde el nacimiento. El neurobiólogo del Instituto McGovern para la Investigación Cerebral en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, (MIT, EEUU), Guoping Feng, cree que los seres humanos genéticamente modificados tardarán en llegar entre "10 y 20 años", y aprueba la edición de la línea germinal humana. Feng señala: "Para mí, es posible a largo plazo mejorar drásticamente la salud, y bajar los costes. Es un tipo de prevención".
¿Por qué no utilizar CRISPR para erradicar enfermedades como la enfermedad de Huntington, una terrible enfermedad neurodegenerativa y mortal provocada por un defecto en un único gen? ¿O por qué no corregir el ADN de un embrión con una mutación en un gen llamado BRCA1, que causa el cáncer de ovario y de mama? Y ya que estás modificando el ADN de un embrión, ¿por qué no insertar variantes genéticas de origen natural que confieran características extraordinarias, como huesos irrompibles o resistencia a enfermedades como el Alzheimer?
Tal y como nos relata nuestro editor de biomedicina, Antonio Regalado, en la historia principal de la edición en papel de mayo y junio de MIT Technology Review, Los bebés genéticamente perfectos serán posibles pero, ¿también legales?, los experimentos diseñados para corregir el ADN en el óvulo de una mujer o el esperma de un hombre, o para modificar directamente el ADN de un embrión en fase inicial usando CRISPR, ya se están llevando a cabo.
¿Por qué no? Una preocupación es que las tecnologías no estarían ampliamente disponibles, al menos al principio. El coste haría que sólo los ricos tuvieran hijos perfectos. Otra preocupación es que la ingeniería de la línea germinal afectaría a las personas sin su consentimiento. La objeción más potente es que no sabemos lo que estamos haciendo: si proporcionas inmunidad frente a una enfermedad, es posible que estés rompiendo algo en un genoma.
La historia insiste en que cuando una tecnología tiene una utilidad obvia, será utilizada. Pero lo que sí podemos elegir es cómo utilizar una nueva tecnología. En marzo, y para la revista Science, un grupo de científicos que incluía a Doudna y dos premios Nobel, pidieron un gran debate sobre la ingeniería genética de los seres humanos y una moratoria de cualquier iniciativa para crear bebés de ingeniería. Los científicos no pidieron a sus compañeros que dejaran de usar CRISPR para editar embriones humanos con fines de investigación, pero recomendaron crear un grupo de agencias gubernamentales, expertos en ética y científicos "representativos a nivel mundial" para sugerir políticas y orientar la investigación.
Empecemos a debatir. Escríbeme a jason.pontin@technologyreview.com.