La Organización Mundial de la Salud (OMS) admitió el pasado martes que es demasiado tarde para contener la gripe porcina, y los expertos señalan que resulta vital hacer un seguimiento de la expansión del virus para poder mitigar sus efectos. Las vacunas y los antigripales tendrán un papel crucial en este sentido, pero las tecnologías de comunicaciones y seguimiento podrían jugar un papel decisivo a la hora de tener vigilado al virus, posibilitando al distribución de información médica precisa y sofocando en número de brotes.

Los sitios de blogs y redes sociales fueron de los primeros en hacer el seguimiento de la rápida expansión del brote desde su epicentro en México—donde se ha relacionado a la gripe porcina con más de 150 muertes—hasta ciudades en Estados Unidos y Europa, Israel y Nueva Zelanda.

La necesidad de poder tener acceso a la información rápidamente ha hecho que los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) hayan ido acumulando un gran número de seguidores en Twitter. Grupos que varían desde las instituciones federales, tales como el Instituto Nacional para la Seguridad Ocupacional y la Salud, hasta divisiones locales de la Cruz Roja, así como usuarios habituales de Twitter, utilizan este servicio para recibir las actualizaciones. Sin embargo, algunos expertos advierten de que Twitter puede distribuir información errónea con facilidad, y sembrar el pánico. Según datos del sitio de seguimiento médico Nielson, las conversaciones relacionadas con la gripe porcina que tuvieron lugar en Twitter alcanzaron el 2 por ciento de todos los mensajes de Twitter durante el último fin de semana. Todo esto contrasta con el servicio Flu Trends de Google, un sitio cuyo objetivo es localizar los brotes de gripe mediante un seguimiento de las búsquedas relacionadas con la gripe porcina y su tratamiento, y que ha sufrido un incremento muy leve en los últimos días.

A algunos usuarios de Twitter también se les ha acusado de distribuir información errónea. Por ejemplo, avisan a sus amigos y seguidores de que no deben comer cerdo, lo cual no está relacionado con la expansión de la gripe porcina. Evgeny Morozov, miembro del Open Society Institute, en Nueva York, escribió lo siguiente en un blog el pasado sábado, “El hecho de que millones de personas resuman todos sus miedos en 140 caracteres y los suelten en público puede llevar consigo graves consecuencias, entre las que se encuentra el pánico en red.”

Por otro lado, otras herramientas de internet están ayudándonos a hacer un seguimiento del virus a nivel geográfico. HealthMap, creado por investigadores del Hospital Infantil de Boston con el apoyo de Google, el CDC, la Biblioteca Nacional de Medicina, así como el Instituto Canadiense de Investigación sobre Salud, crea un mapa de seguimiento mundial en el que va añadiendo alertas en tiempo real, información médica oficial, y otro tipo de datos.

Susan Perkins, especialista en evolución microbiana en el Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, y con experiencia previa a la hora de aplicar sistemas de información geográfica al estudio de la evolución de los virus, tiene la esperanza de que la tecnología de internet y “el nuevo campo de la info-epidemiología” marquen una diferencia en las epidemias del futuro, o incluso en el brote de gripe porcina actual. “Sitios como el HealthMap o Google Earth son un buen método para visualizar datos,” añade. “Estas plataformas de fácil acceso permiten que grupos de usuarios pertenecientes a distintos campos—salud pública, biología evolucionaria, etcétera—compartan la misma información.”

Perkins cree que una mayor velocidad de proceso de los genomas virales podría suponer una gran diferencia: “En el futuro, espero que sea más fácil hacer un seguimiento de las enfermedades gracias a un software que combine la información genómica con información geográfica real. Eso nos daría todo el poder para solucionar—y con suerte romper—los patrones de transmisión.”

Hay quien opina que hacer un seguimiento de la expansión del virus podría ayudarnos a revelar su grado de mortandad, su facilidad para expandirse, si está desarrollando resistencia a los medicamentos, y cómo enfocar de la mejor manera los preciados recursos públicos de salud. Jeffrey Hermann, matemático aplicado e ingeniero de software en la Universidad de Maryland, ha desarrollado un software que puede analizar la expansión de una enfermedad y señalar las mejores localizaciones para su tratamiento o vacunación en masa. Señala que este método “se podría usar por los departamentos de salud pública locales para determinar cuántos sitios y qué cantidad de personal necesitan para dispensar medicación antigripal o para vacunar a la gente.”

La Fuerza de Trabajo para la Gripe Pandémica de la OMS decidió el lunes aumentar la alerta hasta el nivel 4 dentro de la escala pandémica. Esto confirma que se están produciendo brotes a nivel comunitario causados por transmisiones entre humanos.

“Esperamos que del 30 al 40 por ciento de la población se ponga enferma durante los próximos 6 meses,” señala Neil Ferguson, miembro de la fuerza de trabajo de la OMS y profesor de epidemiología en el Imperial College de Londres. Añade que el virus parece ser menos letal que la gripe aviar H5N1—pero es más contagioso, lo que resulta un hecho crucial. En los seis años desde que surgió en 1993, el H5N1 ha matado a 257 personas; la gripe porcina ya se ha cobrado la vida de 150 en cuestión de semanas. La última pandemia, la gripe de Hong Kong, hizo que murieran alrededor de 700.000 personas (1 de cada 1.000 de sus víctimas) en 1968.

Hasta ahora no se han anunciado muertes fuera de México, pero el consenso entre los virólogos es que aún es demasiado pronto para decir si las sugerencias de que la cuota de mortalidad en México es más alta puedan ser confirmadas. Hay quien sugiere que las infecciones en Estados Unidos son menos peligrosas gracias a la mejor calidad de los tratamientos que existen en el país. O también podría ser que el alto número de casos encontrados hasta la fecha en México—se sospecha que hay más de 2.000—haya hecho que el número de muertes aumente.

Las compañías farmacéuticas, mientras tanto, han comenzado la carrera hacia la producción de una vacuna. Novartis, en Suiza, señaló el pasado martes que ha recibido el código genético de una nueva cepa del virus, lo que hace que puedan comenzar sus estudios. La OMS estima que aún pasarán seis meses hasta alcanzar una inoculación efectiva, tiempo suficiente para una posible segunda infección una vez más adentrados en 2009.

Peter Dunnill, profesor de ingeniería bioquímica en University College, Londres, advierte que incluso si la vacuna se empieza a producir, no todo el mundo tendrá acceso a ella. “Basándonos en los cálculos hechos en relación al H5N1, la capacidad global para proveer una vacuna es, en más optimista de los casos, menor a un 10 por ciento de la población mundial,” señala.

Los medicamentos antigripales proveerán la primera línea de defensa. En los Estados Unidos, la Secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, señaló recientemente que pondrá en circulación un cuarto de los 50 millones de tratamientos antigripales que se encuentran en las reservas nacionales. Añadió que el Departamento de Defensa tiene otros 7 millones de tratamientos listos para ser utilizados. Pero su efectividad se podría ver reducida—especialmente si se utilizan ahora y el virus vuelve a surgir más tarde durante el año. El profesor de inmunología Peter Lachmann, de la Universidad de Cambridge, señala que “la resistencia al Tamiflu se expande extraordinariamente y se desarrolla con mucha rapidez. Nos podremos considerar afortunados si este virus no desarrolla resistencia.”