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La pantalla del libro electrónico se 'muda' a las marquesinas de los autobuses

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Con el mercado de estos dispositivos en declive, en las nuevas instalaciones de I+D de E Ink se están probando otras ideas

  • por David Talbot | traducido por Lía Moya
  • 09 Noviembre, 2013

Foto: En las nuevas instalaciones de investigación de E Ink en North Billerica, Massachusetts (EEUU), que han costado 40 millones de dólares, compuestos de tinta en color en desarrollo giran en una centrifugadora.

Cuando Amazon lanzó Kindle, su libro electrónico, antes de las Navidades de 2007, fue un momento triunfal para E Ink, la empresa fabricante de la pantalla en blanco y negro del dispositivo. La tecnología de E Ink, basada en microcápsulas que contienen motas blancas y negras que se voltean con la aplicación de una corriente eléctrica, servía para que las pantallas se pudieran leer en situaciones de mucha luz natural y además consumía muy poca energía. Eran atributos perfectos para una categoría de producto que se popularizo de repente.

Algunos años después, el ascenso del iPad y demás tabletas competidoras con pantallas de LCD de alta resolución, lo ha cambiado todo. En 2011 los consumidores compraron 23 millones de libros electrónicos, casi todos con la tecnología de E Ink incorporada. Apenas un año más tarde, la cifra se quedó en 15 millones, y no se espera que crezca en los próximos años, según una evaluación hecha por la firma de análisis iSuppli.

Pero, al dar una vuelta por las nuevas instalaciones de I+D de la empresa que han costado 40 millones de dólares (unos 30 millones de euros) y se encuentran abiertas desde el mesa pasado en North Billerica, Massachusetts (EEUU), no parece que el modelo de E Ink se vea amenazado. Allí, los investigadores prueban nuevos compuestos y adaptan sus técnicas de producción con el objetivo de fabricar pantallas en color y mejorar los índices de actualización y resolución de las pantallas en blanco y negro. Y ahora, la empresa persigue nuevas aplicaciones, como pantallas para relojes inteligentes y cartelería para comercios en tres colores, mientras que intenta mantener su negocio base de los libros electrónicos gracias a versiones más nítidas de su tecnología estrella.

Lo que cabe preguntarse ahora es si E Ink será capaz de mejorar las pantallas existentes de una forma significativa o si encontrará valiosos nuevos mercados antes de que las tecnologías de libro electrónicas competidoras se coman su trozo del pastel.

El director académico del Centro de Estrategias Digitales de la Facultad de Empresariales Tuck de la Universidad de Darmouth (EEUU), Alva Taylor, asegura: "Las tabletas están bien y son cada vez mejores. Creo que hay varias tecnologías que superan la experiencia que ofrece E Ink", y añade: "Para mí, la tinta electrónica es un producto como la cinta americana. Nunca será tan buena como las tuercas y los tornillos, pero para determinadas aplicaciones pequeñas es perfecta".

Esa tecnología de tinta electrónica básica usa microcápsulas rellenas de chips de pigmento blanco y negro suspendidos en un líquido transparente. Un campo eléctrico positivo a través de las cápsulas empuja a los chips blancos a la superficie, dejando la pantalla en blanco. Un campo eléctrico negativo empuja a los chips negros a la superficie, produciendo letras o imágenes.

Su mejor tasa de ractualización es de un octavo de segundo, lo suficientemente rápido para animaciones básicas. Sin embargo, la tinta de color se ha mostrado esquiva, ya que exige el uso de filtros que dan a la pantalla un aspecto apagado. Aunque hay empresas que ofrecen esta versión en color, suponen menos del 1% de todos los libros electrónicos vendidos.

Pero E Ink, una start-up surgida del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU) y adquirida por el conglomerado taiwanés Prime View International en 2009, ve grandes cosas en pequeños nichos (después de todo, la industria de la cinta americana mueve 100 millones de dólares anuales sólo en Estados Unidos). Uno de esos nichos serían los relojes inteligentes más finos y fáciles de leer que algunas versiones existentes, y a los que habría que cargar con menos frecuencia (ver "El Toq: un reloj inteligente gracias a su sencillez")

A pesar de que sólo permite el blanco y el negro o colores apagados, la tinta electrónica funciona sobre un sustrato flexible y sólo necesita una batería diminuta, como demuestra un prototipo de reloj inteligente fabricado por una empresa subsidiaria y socia de E Ink. "Este mercado aún está en evolución", afirma el director de gestión de producto de E Ink, Giovanni Mancini. E Ink espera que algunos fabricantes de relojes inteligentes opten por dispositivos ligeros, con una funcionalidad limitada y de bajo consumo en vez de por el color y el vídeo. "La pregunta es:Realmente, ¿cuánta gente quiere un reloj inteligente que sea un smartphone?", añade Mancini.

A pesar de todo, nuevos tipos de pantallas amenazan el futuro a largo plazo de E Ink. En concreto, los diodos orgánicos emisores de luz, conocidos como OLED, que también son flexibles y más eficientes en términos energéticos que el LCD, ofrecen colores brillantes y reproducción de vídeo. Un número cada vez mayor de teléfonos inteligentes cuentan ya con esta tecnología. El físico de la Universidad de Florida (EEUU) Andrew Rinzler, que trabaja en electrónica para OLED, afirma: "Sospecho que los OLED ganarán a largo plazo. Si la gente sólo quiere lectores, E Ink encontrará su nicho. Pero si la gente quiere un dispositivo multiusos, no vas a poder evitar baterías que duren poco. Así que mejor opta por OLED o dispositivos activos".

Los OLED seguirán recortando distancias respecto a la ventaja que tiene la tinta electrónica en el campo de consumo energético, añade Rinzler. Ahora son responsables del 25% al 30% del consumo energético en los smartphones que cuentan con ellos, pero sostiene que esa cifra podría bajar pronto al 15%.

Y los OLED no son la única tecnología de pantalla que podría acabar con el negocio de E Ink. Mirasol de Qualcomm, por ejemplo, usa minúsculos espejos basados en sistemas microelectromecánicos (MEMS por sus siglas en inglés) fabricados sobre chips para reflejar la luz ambiente y producir distintos colores. El sistema ya se ha introducido en el reloj inteligente Toq. Aunque este reloj todavía no es más que un prototipo que no cuenta con una capacidad de fabricación a gran escala que lo respalde, Mirasol también ofrece color completo y tasas de actualización rápidas. Varias empresas han hecho prototipos de dispositivos de dos pantallas y tapas para smartphone con pantallas de tinta electrónica. Estas te permitirían leer un libro en tu teléfono durante horas mientras viajas en tren sin preocuparte porque se acabe la batería, aunque no queda claro si acabarán siendo algo más que un invento sin transcendencia.

Pero E Ink también está desarrollando innovaciones. Aunque la empresa aún se esfuerza por producir pantallas en color de alta calidad, ha conseguido añadir un único color saturado directamente dentro de las microcápsulas, sin necesidad de usar filtros. Si bien este nuevo método da una tasa de actualización demasiado lenta para un dispositivo de electrónica de consumo, podría resultar atractivo para anunciantes y comerciantes, según la directora de tecnología de pantallas móviles y emergentes del grupo de análisis IHS Supply, Vinita Jakhanwal.

Jakhanwal cree que éste y otros avances podrían acabar por dar a E Ink la oportunidad de desarrollar un negocio importante en el mercado de la cartelería. El hardware más barato y la infraestructura de comunicación inalámbrica existentes hacen que ahora sea más económico actualizar carteles publicitarios, carteles de tienda y etiquetas de precio a distancia, explica Jakhanwal. Y además de añadir un color más, E Ink ahora fabrica una pantalla específica capaz de actualizarse rápidamente incluso en congeladores, donde las bajas temperaturas ralentizaban las versiones anteriores. Algunos negocios japoneses, la cadena de supermercados británica Tesco y un número cada vez mayor de clientes han empezado a usar la tecnología de E Ink en su cartelería, señala.

Por el momento, Amazon y otros fabricantes de libros electrónicos se apuntan a la nueva tecnología de E Ink, bautizada como Carta. Y si E Ink consigue construir un nuevo segmento de mercado en el campo de la cartelería para tiendas, es probable que no se encuentre con mucha competencia. "Si E Ink consigue ese mercado", sostiene Taylor, "probablemente pueda quedárselo".

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