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Los coches empiezan a ser smartphones sobre ruedas

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Las conexiones inalámbricas en los vehículos son cada vez más rápidas y capaces, lo que acarrea nuevas funciones, nuevos servicios y nuevos problemas.

  • por Will Knight | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 11 Julio, 2013

Foto: Esta aplicación de Delphi se puede usar para conocer la posición de un coche y hacer un seguimiento del estado del motor a distancia.

La mayoría de los coches de última generación salen de la cadena de montaje con la misma cantidad de sensores, chips y líneas de código que podrías encontrar en un baúl lleno de teléfonos inteligentes. Es más, gracias a los acuerdos entre los fabricantes de coches y los operadores inalámbricos, cada vez hay más coches que vienen con una conexión inalámbrica de alta velocidad permanentemente encendida de serie, lo que favorece la aparición de nuevos servicios y el potencial de un mayor número de distracciones e infracciones.

Ayer, el tercer operador inalámbrico de Estados Unidos, Sprint, anunció un servicio que permitirá a los fabricantes de coches sofisticar más las aplicaciones móviles que se conectan con el sistema informático del vehículo. Las aplicaciones prototipo desarrolladas para esta nueva plataforma pueden enviar indicaciones desde un smartphone al sistema de navegación en el salpicadero, ajustar el aire acondicionado a distancia para que el coches esté fresco antes de que se suba el conductor, o encontrar un vehículo en un aparcamiento abarrotado. La plataforma, llamada Sprint Velocity, usa protocolos diseñados para las comunicaciones entre máquinas.

La plataforma Sprint también usa software de IBM llamado MobileFirst para gestionar las comunicaciones entre los sistemas del coche y las aplicaciones exteriores. Esta tecnología también podría permitir a los coches informar a los conductores o a los fabricantes con más regularidad. "Podrías, por ejemplo, obtener una lectura de un coche que indica que el vehículo está patinando en el hielo", explica Michael Curry, vicepresidente de middleware para integración de aplicaciones en IBM. "Esa información puede llegar a una red central y cuando el fabricante se da cuenta de que el coche patina, puede preguntarse ¿Tenemos otros coches en la zona a los que podría impactar? y enviar una notificación a esos vehículos o incluso colocar esos coches automáticamente en modo invierno".

La conectividad inalámbrica ha estado introduciéndose en los coches desde 1996, cuando GM presentó su servicio OnStar. Este servicio usa una red móvil para permitir llamadas con manos libres, navegación y la asistencia de un centro de llamadas para emergencias, y se puede usar para inhabilitar un coche robado a distancia. Atraídos por la perspectiva de vender suscripciones, todos los grandes fabricantes ofrecen ahora servicios parecidos. Los vehículos de Ford tienen un servicio ligeramente distinto llamado Sync, que conecta con un móvil y usa su módem para conectar con una red móvil.

Foto: El salpicadero de Chrysler, un sistema informático llamado Uconnect.

Se espera que el mercado del "vehículo conectado" crezca rápidamente a lo largo de los próximos años, y hay un informe de GSMA, un órgano de la industria inalámbrica, que predice que los coches conectados crearán un mercado para productos relacionados por valor de 53.000 millones de dólares (unos 41.000 millones de euros) para 2018, desde los 17.000 millones de dólares (unos 13.000 millones de euros) en 2012.

Pero según se añaden funciones inalámbricas a los coches, aumenta el riesgo de distracción de los conductores. En abril, la Administración Nacional de Seguridad Vial de Estados Unidos presentó unas recomendaciones para limitar las funciones de los sistemas electrónicos en los coches. Sin embargo, puede ser difícil definir qué es una distracción. Las nuevas recomendaciones, por ejemplo, no se aplican a los teléfonos inteligentes u otros dispositivos conectados al sistema de entretenimiento del coche. Y el mes pasado, un estudio llevado a cabo por  AAA halló que las aplicaciones controladas por la voz pueden suponer una distracción igual que la de mandar mensajes de texto mientras se conduce. 

"La distracción es un reto clave para la industria automovilística", afirma T.C. Wingrove, director sénior de innovación electrónica en Visteon, una empresa que vende electrónica para salpicaderos a los fabricantes de coches. Visteon está llevando a cabo estudios de usabilidad para decidir "cuáles son los casos de uso que más nerviosos ponen a los conductores y cuál es la mejor forma de implantarlos en el vehículo para que se distraigan lo menos posible y reciban la mayor cantidad de información posible", afirma Wingrove.

La nueva conectividad despierta la posibilidad de que los coches ese conviertan en el objetivo de hackers movidos tanto por la diversión como por el lucro. En 2011 investigadores académicos demostraron una forma de hacerse con el control del ordenador de a bordo de un vehículo mediante una conexión móvil. Stefan Savage, profesor de informática en la Universidad de California en San Diego (EE.UU.), que participó en el estudio, afirma que las empresas automovilísticas han invertido mucho en seguridad desde esta demostración.

"Los coches son mucho más seguros que cuando hicimos nuestra demostración", afirma Savage, aunque cree que una mayor conectividad significa inevitablemente más riesgo, si los hackers centran su atención en los millones de objetivos potenciales que circulan por calles y carreteras. "Al añadir más canales digitales como estos, hay que aumentar la superficie de ataque", sostiene. "No queda otra".

Además, las aplicaciones y funciones que se encuentran en los coches mejorarán sus capacidades al mejorar las redes inalámbricas. Este año GM ha anunciado que para 2014 la mayoría de sus vehículos contarán con capacidad inalámbrica 4G a través de su servicio OnStar, proporcionada por AT&T, lo que supone suficiente ancho de banda como para que los pasajeros de atrás puedan ver películas en streaming.

Mientras, crece el interés entre los conductores por conectarse directamente con el ordenador que vigila y controla el motor y los sistemas electrónicos del coche. En abril Verizon empezó a vender un dispositivo que se enchufa en el puerto de diagnóstico del coche y remite información del motor a un smartphone, que puede registrar información sobre los viajes, cerrar y abrir las puertas del coche a distancia y arrancar o detener el motor con un toque en el teléfono. En las tiendas de recambios para automóviles ya se pueden adquirir dispositivos parecidos que se conectan con un ordenador o smartphone vía Bluetooth o wifi.

En última instancia, las conexiones inalámbricas en los coches pueden potenciar las tecnologías específicas de coche a coche y de coche a infraestructura que se usan para gestionar el tráfico e incluso prevenir accidentes (ver "El Internet de los coches se acerca a una encrucijada").

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