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Un videochat que se parece más a quedar en la vida real

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Una 'start-up' llamada Rabbit cree que los consumidores se decantarán por los videochats permanentemente conectados que te permiten ver películas con un número infinito de amigos.

  • por Rachel Metz | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 03 Abril, 2013

Con tantas aplicaciones de videochat en el mercado, parece una idea un poco absurda: construir una nueva y hacer como si las demás nunca hubieran existido. Pero eso es exactamente lo que hicieron los cofundadores de la start-up de San Francisco Rabbit en 2011, y parece haberles servido para soñar algo original. El resultado, que ahora mismo está en fase beta privada gratuita como aplicación de escritorio para Mac, busca hacer de los videochats un evento menos serio y más una especie de quedada con los amigos permanentemente abierta para charlar, o para ver películas con un número ilimitado de amigos.

Rabbit aparece en un momento en el que los videochats son cada vez más populares -especialmente entre los usuarios más jóvenes- y en el que crece el número de aparatos capaces de emitir vídeo conectados a la Web. Un informe presentado el año pasado por el Proyecto Pew sobre Internet y la Vida Americana señalaba que el 37 por ciento de los chavales de entre 12  y 17 años usan aplicaciones para mantener charlas por vídeo.

Los servicios de videollamadas se han multiplicado como, bueno, como conejos (rabbits en inglés): entre los ejemplos conocidos están Skype, FaceTime de Apple, Google+Hangots, Tango y ooVoo. Pero Rabbit espera poder destacar entre todos ellos. Sus características distintivas incluyen videochats simultáneos y streaming de contenido, y pequeñas burbujas en la pantalla que pueden flotar por encima de otras aplicaciones mostrando quién está participando en la charla.

En cierto sentido, el diseño de Rabbit recuerda a los primeros días de los chats en línea. Antes de iniciar una conversación, por ejemplo,  primero tienes que crear una "sala" a la que invitas a otros o esperar a que alguien te invite a entrar en una sala. Hay una sala pública que lleva el muy apropiado nombre de "¡Salta dentro!, pero la mayoría de la gente a la que vi saltar dentro de esa sala salió pegando botes rápidamente.

Sin embargo, una vez dentro de una sala con algunos amigos, los objetivos de Rabbit quedan más claros. Todas las personas con las que hablan aparecen en un marco circular y la persona que está hablando en ese momento (o la que está hablando más fuerte) está colocada en un círculo mayor por encima de los demás. Esta forma de las burbujas está diseñada para oscurecer el fondo y hacer que te olvides de que cada uno está en un lugar distinto, explica la cofundadora de la empresa, Stephanie Morgan.

Dentro de cada sala, las personas pueden subdividirse en grupos de charla más pequeños, representados por una burbuja en la pantalla que muestra quién está hablando en un momento dado en ese grupo. Si pasas el ratón por encima de uno de estos grupitos, sabrás quiénes están en él, qué intereses comparten y cuáles de los miembros del grupo son amigos en Facebook. Puedes escuchar las distintas conversaciones y pasar de una a otra.

Como muchas otras aplicaciones para charlar por vídeo, Rabbit te permite compartir la pantalla de tu ordenador con amigos. Pero mientras que algunas aplicaciones no permiten compartir el audio, en Rabbit se pueden compartir vídeos, música y otro contenido Web en tiempo real, ya sea reproduciendo música en Spotify o compartiendo una serie de televisión en streaming desde Netflix. También puedes compartir solo una parte de tu pantalla si quieres.

Morgan explica que aunque Rabbit recoge el audio de conversación que llega a tu ordenador cuando hablas en un micrófono y lo envía a tus amigos -como suelen hacer los programas de videollamada charla- también captura vídeo y audio directamente de tu ordenador para poder enviarlo mediante streaming. Eso significa que puedes mantener conversaciones mientras compartes una serie de televisión en Hulu, aunque la calidad de ese contenido en el lado de tu amigo dependerá de la calidad de tu ordenador y de tu conexión a Internet.

Y si mantienes conversaciones por encima del contenido que se está enviando, Rabbit lo detecta y responde bajando automáticamente el volumen del vídeo, volviendo a subirlo cuando se da cuenta de que la conversación ha terminado.

"Toda la idea del diseño, incluyendo el diseño técnico, es que Rabbit sea realmente sensible, un poco orgánico, y que se integre en el fondo", explica Morgan.

Por el momento la aplicación solo está disponible para Macs que usen la última versión del software operativo de Apple. Es así en parte porque el método que usa Rabbit para capturar audio no funciona en los sistemas operativos móviles existentes ni en la Web, afirma Morgan. Con el tiempo espera poder ofrecer Rabbit para otras plataformas y también para aparatos móviles.

He probado Rabbit y he visto que aún merece estar en fase "beta privada". Los vídeos en streaming tendían a estar pixelados, y la conversación mantenida por encima de ellos sonaba entrecortada a pesar de usar ordenadores nuevos y conexiones a Internet veloces. Pero sí parecía que los amigos con los que hablé estaban más "ahí" que con Skype, por ejemplo, y disfruté las explicaciones sobre detalles de la serie Downton Abbey mientras la veía con un amigo que vive a varias ciudades de distancia.

Aún así, a Rabbit puede costarle conseguir una cantidad suficiente de usuarios. Aunque las videollamadas se han generalizado, algunos proyectos que contaban con un fuerte respaldo no han conseguido despegar (ver "Los fundadores de Napster quieren renovar el videochat"). Lee Rainie, director del Proyecto Pew sobre Internet y la Vida Americana afirma que esto quizá se deba a que las expectativas sociales son mucho mayores cuando estás delante de la cámara. Hay personas que prefieren que no las vean; es mucho más difícil bostezar, hacer otras tareas o ignorar a los demás si te están grabando.

Sin embargo, aunque resulta difícil predecir qué será popular, afirma, Rabbit parece integrar características populares de forma interesante.

"Parece que está bien situado para funcionar bien en un mundo en el que está disponible un ancho de banda cada vez más y más grande", afirma Rainie.

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