La economía está desacelerando el progreso de las tecnologías ecológicas, pero la eficiencia energética y el carbón limpio siguen atrayendo dinero.
La recesión económica continua ha interrumpido abruptamente una serie de grandes proyectos de energía solar y de biocombustibles. Pero mientras que las empresas de tecnología ecológica dependientes de proyectos de mucho capital se fueron a pique, las cosas parecen prometedoras para otras empresas, como las que dependen poco de instalaciones y equipos caros, o aquellas que han logrado atraer la inversión extranjera. Esas fueron algunas de las conclusiones de inversores en tecnología limpia reunidos en la conferencia GoingGreen East de esta semana en Boston (Estados Unidos).
Como los mercados de crédito se han vuelto más estrictos, muchos proyectos de mucho capital se han estancado. Por ejemplo, OptiSolar, una empresa con sede en Hayward, en California (Estados Unidos), ha vendido los proyectos de parques solares previstos porque no podía recaudar dinero para ampliar la fabricación. Centrales de etanol de maíz se están cerrando y algunas se venden en los procesos de quiebra por una fracción de su valor. Mientras tanto, otras empresas de bio-combustibles de próxima generación, como Mascoma, con sede en Boston, han puesto sus planes para nuevos complejos en compás de espera.
Los proyectos que requieren cientos de millones de dólares han caído en desgracia, comenta Jim Matheson, socio general de Flaghship Ventures. Don Wood, director general de Draper Fisher Jurvetson, asegura que su empresa se está dedicando a firmas que requieren centrales más pequeñas, como las de desalinización del agua, y cuestan sólo 10 millones.
Quizá los mayores ganadores serán las empresas con tecnologías para mejorar la eficiencia energética. Según Wood, en los próximos años "se obtendrá en la eficiencia la mayor rentabilidad marginal sobre la inversión", en gran parte porque los costes son bajos. Algunas de estas empresas aprovechan los sensores baratos, el hardware de comunicaciones y paquetes de software para supervisar y controlar el uso de energía tanto en los edificios como en la red de suministro eléctrico, según afirma Chuck McDermott, un socio comanditado en Rockport Capital. McDermott señala que ahora los sensores son lo suficientemente baratos como para distribuirlos en un edificio, incluso en los conductos. Un par de sensores a cada lado de un filtro de aire en un sistema de calefacción puede detectar cuando hay que cambiar el filtro para ahorrar energía. Los sensores y controles en los electrodomésticos permitirán que los propietarios y las empresas de servicios públicos reduzcan el uso de energía.
Una empresa que pone claramente de manifiesto el atractivo de las empresas de eficiencia energética es EnerNOC, con sede en Boston. Sus ingresos aumentaron de 60 a 100 millones de dólares el año pasado, y espera un crecimiento del 60 al 70% este año. El principal negocio de la empresa es básicamente un modo de reducir la demanda pico de electricidad, como ocurre por la tarde es días calurosos. La compañía ha creado una red de clientes que permiten que su uso de electricidad se reduzca, en respuesta a una petición de una empresa de servicios públicos, a cambio de descuentos. Como resultado, las empresas de servicios públicos no tienen que construir nuevas centrales de energía para satisfacer los picos de demanda. La compañía también utiliza la información de los sistemas de administración de los edificios para detectar “fugas, desperdicios de energía" y otras maneras de reducir el consumo energético. En un caso en la Universidad Western Connecticut State, el uso de la electricidad se redujo hasta un 18%. Como el ahorro fue "uniforme y permanente", los reguladores locales concedieron a la facultad los mismos créditos de energía renovable que habrían recibido por la instalación de paneles solares o turbinas eólicas.
En general, sin embargo, los inversores están preocupados por si los beneficios de la eficiencia energética resultan ser limitados, sin cambios en la reglamentación. Además de evitar la construcción de centrales de energía nuevas al reducir la demanda pico, las empresas de servicios públicos tienen pocos incentivos para reducir el consumo: cuanta más energía, más dinero generan. Disociar las ganancias del consumo de energía podría ayudar, pero esto será un reto a causa del mosaico de normas diferentes en todo el país.
Si bien las empresas de bajo capital, como las que tienen como objetivo la eficiencia energética, son atractivas, algunas de gran capital siguen teniendo éxito, particularmente si son capaces de atraer financiación extranjera. Great Point Energy, con sede en Cambridge, MA (Estados Unidos), ha desarrollado un proceso para convertir el carbón en gas natural. Sus centrales proyectadas podrían costar tanto como mil millones cada una. La financiación de estos proyectos no está disponible en Estados Unidos, indica Andrew Perlman, presidente ejecutivo de Great Point. Pero la empresa está elaborando planes para una central de aproximadamente100 millones dólares en China que financiará una empresa de servicios públicos de electricidad de allí. "Tenemos un largo camino por recorrer", añade Perlman. Pero una vez que se construya la primera central y que la tecnología se pruebe, será mucho más fácil financiar la próxima central, concluye.