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¿Servirán las estrategias del Pentágono para conseguir que Motorola vuelva a ser competitiva?
Además de reducir la plantilla y recolocar a algunos ejecutivos, Google quiere dedicar Motorola a investigar en tecnología arriesgada y de vanguardia.
El despido de 4.000 empleados de Motorola Mobility, llevado a cabo el lunes por Google apenas tres meses después de comprar la empresa por 12.500 millones de dólares (unos 10.000 millones de euros), es el primer paso de una apuesta arriesgada por reinventar Motorola como competencia de Apple y Samsung mediante el uso de tecnología punta.
Pero será un reto conseguir crear un teléfono inteligente que se haga un hueco en un mercado ampliamente dominado por Apple y Samsung, y al mismo tiempo, convencer a los fabricantes de teléfonos que usan el sistema operativo Android de Google de que el gigante de los buscadores no favorecerá a su propio aparato.
Aparte de recortar un 20 por ciento la plantilla de Motorola, Google ha despedido al 40 por ciento de los vicepresidentes de Motorola e instalado un equipo de gestión dirigido por un nuevo director general, Dennis Woodside, que ha sido ejecutivo de publicidad de Google durante mucho tiempo. Google también ha creado un departamento nuevo dentro de Motorola -Tecnología Avanzada y Proyectos- compuesto por investigadores encargados de encontrar tecnologías de vanguardia que puedan dar una ventaja competitiva a los productos de Motorola. Y en el cambio de ejecutivos se ha incluido a una nueva vicepresidenta sénior, Regina Dugan, exdirectora de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, (DARPA, por sus siglas en inglés), el brazo de la investigación a largo plazo del Pentágono.
Con la explosión del uso de los teléfonos inteligentes, el mercado móvil se ha convertido en un enorme campo de batalla estratégico para las empresas tecnológicas. Apple ha cogido la delantera con claridad con el iPhone y el iPad y ha dejado a todos –desde competidores avezados como Microsoft hasta novatos relativos como Facebook- esforzándose por mantener el paso (ver "Si Facebook hiciera un teléfono, ¿te harías su amigo?").
La experiencia de Dugan en DARPA podría servir para dar impulso a una misión de investigación en Motorola, afirma Wade Trappe, profesor en el Winlab de la Universidad Rutgers (EE.UU.). “Es muy buena dirigiendo grandes programas de investigación. Y Motorola y la plataforma Android tienen que pensar creativamente para poder competir con la impecable interfaz y otras características que tiene el iPhone”, sostiene.
Una portavoz de Google afirmó que la empresa no permitiría a sus ejecutivos de Motorola hacer declaraciones más allá de unas entrevistas embargadas para una historia que apareció este lunes en el New York Times. Pero los recortes están descritos en este Documento legal de Google .
Según el reportaje del New York Times, Woodside piensa reducir el número de modelos que fabrica Motorola de los 27 que lanzó el año pasado a apenas un puñado y quiere que esos aparatos tengan batería de larga duración, cámaras mejoradas y posiblemente incluso nuevas características como tecnología de reconocimiento de voz capaz de identificar a las personas que están hablando en una habitación. Se comenta que Dugan, además, está contratando a investigadores expertos en metales, inteligencia artificial e ingenieros acústicos.
Pero no está claro que el modelo de investigación de DARPA vaya a funcionar en el mundo de avances frenéticos de los teléfonos inteligentes, explica Chetan Sharma, analista de tecnologías inalámbricas con sede en Seattle (EE.UU). “Regina proporciona la perspectiva de alguien externo, especialmente en el caso de proyectos en los que los avances se producen a grandes saltos y no en pequeños pasos”, explica. “Sin embargo, tendrá que ponerlo en práctica en un marco donde se dan restricciones en forma de competencia, tiempo y dinero”, puntualiza.
A pesar de que DARPA ha tenido algunos éxitos de sobra conocidos –como el de ser el precursor de Internet- la Agencia también admite sin problemas que ha fracasado en numerosas ocasiones. Y se ha embarcado en algunos proyectos extraños, como montar un programa de investigación para averiguar cómo recomponer documentos triturados.
Sharma sostiene que tendrán que trabajar mucho para convencer a otros fabricantes de teléfonos que usan Android de que Google no dará un trato preferente a Motorola. “El mayor reto para ellos es mantener el ecosistema Android al mismo tiempo que lanzan su propio aparato Google”, explica. “Es muy difícil atraer al ecosistema al mismo tiempo que se compite contra él”.
Google cerró el acuerdo de Motorola en mayo. Anunció su intención de compra el año pasado diciendo que en parte le interesaba adquirir las 17.000 patentes de Motorola (ver “Razones por las que Google ha comprado Motorola”) para ayudar a Android, relativamente pobre en patentes, a defenderse de la competencia.
Según Trappe, uno de los problemas más difíciles que quedan por resolver en el campo de los teléfonos inteligentes es inventar sistemas más sencillos para cobrar por las aplicaciones móviles. “Ese ha sido un reto inmenso para todos”, señala Trappe. “Apple tiene iTunes y la App Store, que son máquinas de producir dinero. Pero Google no ha sido capaz de replicar ese modelo”, concluye.