A medida que los filtros y la censura de internet recorren el mundo, un examen exhaustivo de las principales tecnologías para evitarla (realizado parcialmente en cibercafés de China, Vietnam y Corea del Sur), llega a la conclusión que las herramientas principales funcionan bien, pero pueden retrasar mucho el acceso a Internet y, en algunos casos, presentan brechas de seguridad.

"La cuestión del rendimiento es un problema en términos de la gran proporción de usuarios en países donde existe la censura", afirmaa John Palfrey,  profesor de derecho de Internet de la Universidad de Harvard, y coautor del informe publicado esta semana por el Harvard Berkman Center for Internet and Society. "Al igual que con muchas herramientas basadas en Internet, se trata de una cuestión de escala", añade Palfrey. "¿Puedes crear un entorno en el que sea lo suficientemente fácil y lo suficiente seguro que las personas utilicen estas herramientas? De no ser así, seguirá considerándose una actividad marginal", explica. 

En un proyecto en curso, la OpenNet Initiative (un proyecto de Harvard, la Universidad de Toronto, la Universidad de Oxford y la Universidad de Cambridge), está estudiando la difusión de la censura en internet y la vigilancia a nivel mundial. Un informe futuro mostrará un gran aumento de la actividad global de filtrado. Hasta ahora, al analizar datos recientes de 71 países, los investigadores de OpenNet han confirmado que existen filtros en más de tres docenas de países (un aumento respecto de los 25 países que aplicaban filtros según un informe de 2006, que examinó un total de 46 naciones). El nuevo análisis, que se concluirá en varias semanas más, también mostrará un bloqueo mayor en los sitios de redes sociales como Facebook y YouTube; el aumento de filtros en las plataformas de bloggeo, especialmente en el Medio Oriente y en el Norte de África; y un aumento de los casos de naciones occidentales que tratan de bloquear las páginas que contienen pornografía, incitación al odio y terrorismo.

Para evitar restricciones de la web, los usuarios de Internet pueden instalar cierto software. Estas herramientas emplean varios métodos para redirigir la información para evitar bloqueos del gobierno o ISP a través de ordenadores intermediarios, u ordenadores de naciones que no aplican filtros que pueden acceder a páginas bloqueadas y pasarlas. Algunas versiones permiten que las personas en las naciones que filtran aprovechen sus redes personales de amigos y familiares en el extranjero para conseguir direcciones de ordenadores fiables y seguros. Los sistemas más complejos hacen que los datos reboten en algunos lugares, mediante datos identificadores cifrados, para proteger el anonimato.

Diez herramientas (algunos productos comerciales y algunas herramientas de código abierto, sin fines de lucro) se pusieron a prueba para el nuevo estudio, que se llevó a cabo, en parte, en el laboratorio xs Harvard y, en parte, en cibercafés de Pekín, Shangai, Hanoi y Seúl. Hal Roberts, investigador de Berkman, visitó los cafés y puso a prueba las herramientas para evitar filtros. Las mejores herramientas en general fueron Ultrareach, Psiphon, y Tor, mientras que Dynaweb y Anonymizer también obtuvieron buenos resultados. Las demás padecieron problemas serios respecto del uso o de la seguridad.

"Todas las herramientas que probamos funcionaron en el sentido de que si estabas sentado en un café de internet en China, y tratabas de acceder a una página, lo lograbas", afirma Roberts. Pero un gran problema, asegura, fue la gran cantidad de tiempo de carga de las páginas restringidas, en función del ancho de banda limitado en los intermediarios o los desvíos adicionales que tomaron los datos para llegar a la cafetería. "La única herramienta que fue más dinámica fue Ultrareach, pero incluso para Ultrareach, la transmisión fue de dos a ocho veces más lenta que la conexión directa", concluye Roberts. En algunos casos, el tiempo extra ayuda a proporcionar seguridad adicional, (especialmente en el caso de Tor).

El mayor problema es que las herramientas para evitar los filtros sólo están a disposición de unos pocos millones de personas en todo el mundo, (un número pequeño, considerando que sólo China cuenta con unos 300 millones de usuarios de Internet). El desafío del futuro será difundir la noticia más ampliamente por el mundo, aumentar la disponibilidad ordenadores de intermediarios y obtener más apoyo técnico y financiero en la lucha contra la censura.

La investigación para evitar filtros cuenta con el respaldo de organizaciones de los derechos humanos y de derechos civiles, incluídas Human Rights Watch y la Electronic Frontier Foundation y algunos gobiernos occidentales. "Es fácil entender por qué los gobiernos y quienes financian a los derechos humanos estarían interesados en apoyar las herramientas para evitar la censura", señala el texto del informe, que tiene como coautores a Palfrey, Roberts, e Ethan Zuckerman (que encabeza un grupo de defensa del bloggeo llamado Global Voices). "En la medida en la que el discurso se desplaza de los medios de comunicación tradicionales a los medios de comunicación nuevos, participativos, la capacidad de acceder a y de crear información en línea, se convierte en el equivalente a la capacidad de leer, escuchar y hablar libremente", explica el texto.