Tecnología y Sociedad
Los nuevos métodos de reciclaje todavía no solucionan el problema del plástico
La tecnología nos ofrece más opciones para los residuos plásticos, pero los nuevos métodos aún distan mucho de ser perfectos
Si miras en el fondo de una botella de agua de plástico o de un envase de comida para llevar, es posible que encuentres un logotipo formado por tres flechas que forman un bucle con forma de triángulo. A veces llamadas "las flechas que se persiguen", este sello se utiliza en los envases para sugerir que son reciclables.
Esas flechitas evocan una bonita historia: un mundo en el que el material se reciclará en una nueva botella o algún producto similar, formando quizá un bucle interminable de reutilización. Pero la realidad actual del reciclado de plástico no se corresponde con esa idea. Sólo se recicla un 10% del plástico fabricado: la inmensa mayoría acaba en vertederos o en el medio ambiente.
Los investigadores se han esforzado por resolver el problema ideando nuevos métodos de reciclado, denominados a veces reciclado avanzado o químico. Mi colega Sarah Ward escribió recientemente (en inglés) sobre un nuevo estudio en el que los investigadores utilizaron un proceso químico para reciclar prendas de fibras mixtas que contenían poliéster, un plástico común.
Este artículo explica por qué estas nuevas tecnologías son tan atractivas en teoría, y hasta dónde tendríamos que llegar para que solucionen el enorme problema que hemos creado.
Uno de los principales problemas del reciclado tradicional es que requiere una clasificación cuidadosa. Eso es posible (aunque difícil) en algunas situaciones: los humanos o las máquinas pueden separar las jarras de leche de las botellas de refresco de los envases de comida para llevar. Pero cuando se trata de otros productos, resulta casi imposible separar sus componentes.
Por ejemplo, la ropa. Menos del 1% de la ropa se recicla, y en parte se debe a que gran parte de ella es una mezcla de distintos materiales, que a menudo incluyen fibras sintéticas y naturales. Es posible que ahora mismo lleves una camisa hecha de una mezcla de algodón y poliéster, y que tu bañador contenga nailon y elastano. Mi proyecto actual de ganchillo utiliza una mezcla de lana y acrílico.
Es imposible distinguir manual o mecánicamente los distintos materiales de un tejido de la misma forma que se hace al clasificar el material reciclado de la cocina, por lo que los investigadores están explorando nuevos métodos basados en la química.
En el estudio sobre el que escribió Sarah, los científicos demostraron un proceso que puede reciclar un tejido fabricado con una mezcla de algodón y poliéster. Utiliza un disolvente para romper los enlaces químicos del poliéster en unos 15 minutos, dejando los demás materiales prácticamente intactos.
Si esto pudiera funcionar rápidamente y a gran escala, algún día podría permitir que las instalaciones disolvieran el poliéster de los textiles mezclados, separándolo de otras fibras y, en teoría, permitiendo que cada componente se reutilizara en futuros productos.
Pero este proceso plantea algunos problemas que veo con frecuencia en los métodos de reciclado. En primer lugar, alcanzar una gran escala industrial sería difícil: como señaló un investigador con el que habló Sarah, el disolvente utilizado en el proceso es caro y difícil de recuperar una vez utilizado.
Además, los métodos de reciclado suelen acabar degradando el producto de alguna manera, un problema difícil de resolver. Este es también uno de los principales inconvenientes del reciclado mecánico tradicional: a menudo, el plástico reciclado no es tan resistente o duradero como el nuevo. En el caso de este estudio, el problema no está en el plástico, sino en los otros materiales que los investigadores intentan conservar.
Al principio del proceso de reciclado textil, la ropa se tritura en trozos finos para que los productos químicos puedan infiltrarse y descomponer el plástico. También se trituran las fibras de algodón, que quedan demasiado cortas para ser hiladas. Así que, en lugar de una camiseta nueva, el algodón resultante de este proceso podría descomponerse y utilizarse para otra cosa, como biocombustible.
Los investigadores intentaron modificar su método para desmontar los tejidos de forma que se conservaran las fibras de algodón más largas, pero la investigación publicada sugiere que el proceso químico no funciona bien hasta ahora.
Esta historia me hizo pensar en un artículo reciente de ProPublica, en el que Lisa Song analizaba la realidad del reciclaje comercial avanzado en la actualidad. Se centró en la pirólisis, que utiliza el calor para descomponer el plástico en sus componentes básicos. Como explica en el reportaje, aunque la industria presenta estos nuevos métodos como una solución a la crisis de los plásticos, la realidad actual de la tecnología dista mucho del ideal que imaginamos.
La mayoría de los nuevos métodos de reciclado están aún en fase de desarrollo, y es realmente difícil recuperar materiales útiles a tasas elevadas de forma que sea posible volver a utilizarlos. Hacer todo eso a una escala lo suficientemente grande como para siquiera hacer mella en nuestro problema con los plásticos es un reto enorme.
Algo a tener en cuenta la próxima vez que veas esas flechitas.