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Tecnología y Sociedad

"Crowdsourcing" del trabajo a una fuerza de trabajo móvil en todo el mundo

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Una ambiciosa startup se esfuerza por crear un negocio basado en el pago a la gente pobre por hacer microtareas en sus teléfonos.

  • por Kate Greene | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 24 Noviembre, 2010

Hace unos años, Nathan Eagle tuvo una gran idea. ¿Qué pasaría si millones de personas en los países pobres—personas que no pudieran encontrar trabajo en sus economías locales—pudiesen convertirse en una fuerza de trabajo a distancia para organizaciones de todo el mundo? ¿Y si, en lugar de viajar para realizar estas tareas en centros de llamadas u otras oficinas de externalización de trabajo en grandes ciudades, pudiesen hacer su trabajo de forma rápida, fiable y fácil a través de mensajes de texto en sus teléfonos móviles?

Eagle creó una nueva pequeña startup, Txteagle, en Cambridge, Massachusetts, para poner la idea a prueba. Ha firmado acuerdos con compañías de telefonía móvil en todo el mundo para pagar a los trabajadores en forma de créditos de tiempo de uso móvil. En muchos lugares, eso es tan bueno como el dinero en efectivo.

Sin embargo, y aunque el concepto suena prometedor, la expansión del negocio ha resultado difícil. Eagle señaló a Technology Review este verano que su empresa "va a ser binaria—o un gran éxito o un fracaso espectacular".

Un gran reto es encontrar tareas valiosas que se puedan completar a través de mensajes de texto y llamadas telefónicas. Eagle tuvo la idea de formar la empresa después de haber creado un servicio que permitía a las enfermeras de la ciudad costera keniana de Kilifi enviar mensajes de texto a los bancos centrales de sangre con la cantidad de sangre que su hospital tenía a mano, para que sus suministros pudiesen ser reemplazados de manera más eficiente. El simple hecho de compensar a las enfermeras por el coste de sus mensajes de texto resultó ser la clave de su éxito.

Lanzó Txteagle en Kenia y, finalmente, consiguió que 10.000 personas realizasen tareas a tiempo parcial, tales como rellenar encuestas para agencias internacionales, la traducción de textos, o la recogida de datos de direcciones para directorios de empresas. Uno de sus primeros socios fue Nokia, que pagó a la población local por traducir las funciones del menú de sus teléfonos móviles a los 60 idiomas utilizados en el país. Sin embargo esa tarea se agotó rápidamente.

En la actualidad Txteagle necesita formar varias asociaciones sólidas con empresas multinacionales que pudiesen proporcionar un flujo constante de pequeñas tareas. Eagle cree que una idea prometedora es el uso de Txteagle como herramienta de investigación de mercado: los trabajadores podrían ser pagados por ayudar a las empresas a saber qué tipo de productos serían más deseables en las zonas rurales del mundo.

Txteagle recientemente anunció una colaboración con las Naciones Unidas, que utilizará la plataforma de telefonía móvil para encuestar hasta a 500.000 personas en 70 países sobre su gobierno local. Eso eleva el número de países con trabajadores de Txteagle hasta 80. El objetivo de la ONU es sentar las bases para los futuros esfuerzos de respuesta ante desastres, analizando cómo se comunican las comunidades y sus gobiernos entre sí. A las personas que completen la encuesta se les pagará cerca de 1 dólar, además del reembolso del coste del mensaje de texto.

Para la iniciativa de las Naciones Unidas, Txteagle está trabajando con la Red Global para la Reducción de Desastres (GNDR, en sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que influye en la política de más de 90 países. La mayoría de las organizaciones no lucrativas operan a una escala relativamente pequeña, afirma Terry Gibson, director de proyecto en GNDR, aunque Txteagle les permite llegar a un público mucho mayor.

Txteagle no es la única compañía que explora formas de encargar pequeñas tareas a personas de todo el mundo. En 2005, Amazon lanzó su proyecto Mechanical Turk, que establece una forma de que grandes grupos de trabajadores distribuidos participen en trabajos como la identificación de elementos en un conjunto de fotografías, o la entrada de datos y realización de transcripciones. Una startup de San Francisco, CrowdFlower, colaboró con organizaciones sin fines de lucro este año para que la gente pudiera traducir mensajes de texto y localizarlos en un mapa, procedentes de las víctimas de las inundaciones en Pakistán y el terremoto en Haití. Lukas Beiwald, consejero delegado de CrowdFlower, afirma que su compañía compensa a sus trabajadores a través de PayPal y, en algunos casos, con dinero virtual como el dinero usado en Second Life.

La tecnología fundamental de Txteagle incluye algoritmos para el control de la calidad, para que aquellas personas que hagan bien su trabajo de manera consistente reciban salarios más altos. Aquellos trabajadores que recluten a otros obtienen pequeñas bonificaciones. Para generar ingresos, la compañía toma una pequeña fracción de ciertas transacciones de pago.

Para ganar dinero real con este modelo de negocio, sin embargo, Eagle necesitará que millones de trabajadores utilicen la plataforma. Por ahora, estima que unas 100.000 personas estarán utilizando Txteagle para ganar dinero a finales de la encuesta de las Naciones Unidas. Y espera encontrar suficientes socios, con una cantidad adecuada de pequeñas tareas, para hacer que la cifra crezca aún más. "Nos gustaría ser conocidos como la mayor fuerza de trabajo en el mundo", afirma.

Kate Greene y Nathan Eagle son coautores de Reality Mining: Using Big Data to Engineer a Better World, que será publicado por MIT Press.

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