Nadie puede predecir el futuro, pero en MIT Technology Review pasamos gran parte de nuestro tiempo pensando en qué podría depararnos. Sabemos que es especialmente difícil hacer predicciones sobre tecnología, pues la mayoría de las tecnologías emergentes fracasan o se desvanecen. Algunas empiezan como dispositivos de consumo, pero acaban encontrando su nicho en aplicaciones más especializadas. Sólo unas pocas se convierten en nombres conocidos.

Cada año elaboramos una lista de 10 tecnologías revolucionarias, y seleccionamos los avances que creemos que tienen más potencial para cambiar nuestras vidas, para bien o para mal. Llevamos haciéndolo más de 20 años, y el mes que viene revelaremos nuestra lista de 2024.

No siempre hemos estado en lo cierto (adiós a Baxter), pero a menudo hemos sido los primeros en detectar importantes áreas de progreso, ya incluimos el procesamiento del lenguaje natural en nuestra primera lista en 2001. Ahora, esta tecnología es la base de grandes modelos lingüísticos y herramientas de IA generativa como ChatGPT. 

Todos los años, nuestros periodistas y editores proponen tecnologías que creen que merecen un puesto, y nosotros pasamos semanas debatiendo cuáles deben pasar el corte. Estas son algunas de las tecnologías que no hemos elegido esta vez y por qué las hemos dejado fuera, de momento.

Nuevos fármacos para el Alzheimer

Los enfermos de Alzheimer carecen desde hace tiempo de opciones terapéuticas. Ahora se ha demostrado que varios fármacos nuevos ralentizan el deterioro cognitivo, aunque de manera modesta, al eliminar las placas dañinas del cerebro. En julio, el Departamento de Alimentación y Medicamentos de EE UU (FDA, por sus siglas) aprobó Leqembi, de Eisai y Biogen; mientras Donanemab, de Eli Lilly, podría ser el siguiente. Pero estos fármacos tienen efectos secundarios graves, como inflamación y hemorragias cerebrales, que pueden ser mortales en algunos casos. Además, son difíciles de administrar, los pacientes reciben las dosis por vía intravenosa y deben someterse a resonancias magnéticas periódicas para comprobar si hay inflamación cerebral. Estos inconvenientes nos hicieron reflexionar aún más.

Combustible de aviación sostenible

Los combustibles alternativos para aviones fabricados con aceite de cocina, grasas animales sobrantes o residuos agrícolas podrían reducir las emisiones de los vuelos. Llevan años desarrollándose y los científicos avanzan a buen ritmo, con varios vuelos de demostración recientes. Pero la producción y el uso de estos combustibles tendrán que aumentar de manera considerable para que tengan un impacto significativo en el clima. Aunque parecen prometedores, durante 2023 no ha habido un momento clave o un gran avance que merezca un puesto para los combustibles de aviación sostenibles.

Geoingeniería solar

Una forma de contrarrestar el calentamiento global podría ser liberar partículas en la estratosfera que reflejen la energía del sol y enfríen el planeta. Esta idea es muy controvertida entre la comunidad científica, pero algunos investigadores y empresas han empezado a explorar si es esto es posible al lanzar una serie de pruebas a pequeña escala y a gran altura. Uno de estos lanzamientos llevó a México a prohibir los experimentos de geoingeniería solar a principios de 2023. No está muy claro hacia dónde se dirigirá la geoingeniería a partir de ahora o si estos primeros esfuerzos se estancarán. En medio de esta incertidumbre, decidimos mantenernos al margen por el momento.

Reproducción macho-macho

En marzo, unos científicos anunciaron que habían creado crías de ratón sanas a partir de células de dos ratones macho para transformar algunas de esas células en óvulos. El estudio de prueba de concepto demuestra que esta técnica puede permitir la reproducción entre animales del mismo sexo, e incluso que los animales se reproduzcan sin necesidad de una pareja. El avance permitiría la reproducción entre animales del mismo sexo algún día, puede que en humanos también. Pero probar algo en ratones está muy lejos de ser probado en personas, así que lo posponemos.

Narcan de venta libre

En marzo, la FDA aprobó el primer uso sin receta de naloxona, el aerosol nasal que revierte las sobredosis de opiáceos. Este ya se vende en tiendas de todo EE UU, como CVS, Walgreens y Walmart, donde dos dosis cuestan unos 45 dólares (41 euros). Ampliar la disponibilidad de este medicamento sin receta salvará vidas, sin duda, dado que las sobredosis de opiáceos matan a más de 80.000 estadounidenses al año. Pero, en nuestra opinión, el verdadero avance en este caso fue un nuevo método de distribución más que un avance científico o tecnológico.

¿Qué ha entrado entonces en nuestra lista? Tendrá que volver en enero para comprobarlo. Sin embargo, ya adelantamos una de nuestras selecciones para 2024 con los asistentes a nuestro reciente evento EmTech en Cambridge, Massachusetts (EE UU). Los suscriptores pueden ver un vídeo de ese anuncio tan especial. (¿No está suscrito? Acceda aquí).