Normalmente, suele haber mucha repercusión social sobre lo que Elon Musk se trae entre manos en cada momento. Pero puede que te hayas perdido la noticia de que ha realizado una visita de tres días a China, en la que se reunió con varios altos cargos del gobierno del país.

Desde que China levantó en enero la mayoría de sus restricciones de viaje, heredadas de la pandemia, los ejecutivos extranjeros han acudido en tropel. Y Musk tenía buenas razones para ir, pues China es una parte vital del imperio de los vehículos eléctricos de Tesla, como mercado y como centro de producción. Pero como propietario de Starlink, SpaceX y, recientemente, Twitter, Musk tiene una relación más complicada con el país.

Hay poca información en inglés sobre el viaje de Musk a China. Ya que Musk, habitualmente activo en Twitter, se mantuvo muy callado durante todo el viaje. Aunque la plataforma está prohibida en China, la gente dispone de todo tipo de herramientas VPN para acceder a él. Aun así, Musk no pareció querer dar la impresión de que estaba en Twitter mientras estuvo allí. Solo tuiteó una vez sobre el viaje, después de salir de China. De hecho, incluso dejó de comentar otros tuits, algo que normalmente hace docenas de veces al día.

Sin embargo, a partir de las lecturas públicas compartidas en las webs del Gobierno chino y los avistamientos de Musk subidos a las redes sociales chinas, podemos reconstruir su viaje desde el martes hasta el jueves.

El CEO tuvo un itinerario bastante ajetreado: en 44 horas, Musk se reunió con al menos tres altos funcionarios chinos, cenó con el consejero delegado del mayor proveedor mundial de baterías para vehículos eléctricos y visitó la fábrica de Tesla en Shanghái, entre otras cosas.

El avión privado de Musk aterrizó en Pekín la tarde del 30 de mayo, hora local. Ese mismo día se reunió con Qin Gang, nuevo ministro de Asuntos Exteriores de China y anterior embajador en EE UU. Según el comunicado de prensa del ministerio, Musk aseguró en la reunión que se opone firmemente a desvincular las cadenas de suministro entre EE UU y China, porque los dos países están "interconectados, como gemelos unidos e inseparables". Esa noche, cenó con Zeng Yuqun, consejero delegado de CATL, un proveedor clave de baterías para los coches de Tesla.

Al día siguiente, se reunió con otros dos ministros, los de Comercio y Tecnología. Reuters informó que también visitó por la tarde al viceprimer ministro Ding Xuexiang, el sexto cargo más alto del partido en China, pero ni el Gobierno ni Musk han hecho pública la reunión. Por la noche, voló a Shanghái y se dirigió a la Gigafactoría de Tesla. Allí se hizo fotos con los empleados, que más tarde publicaría en Twitter.

En la mañana del 1 de junio, su último día en China, Musk se reunió por última vez con Chen Jining, también secretario del partido en Shanghái. Todo esto antes de que su avión partiera hacia Texas a las 11:23h de la mañana.

Sin embargo, Musk no es el primer ejecutivo estadounidense que visita China este año. Antes que él, estuvieron Tim Cook (Apple), Mary Barra (General Motors), Jamie Dimon, (JP Morgan), Laxman Narasimhan (Starbucks), y otros profesionales. Pero, hasta ahora, Musk ha recibido la mayor bienvenida, tanto de los funcionarios del Gobierno chino como de la población en las redes sociales chinas.

La motivación principal del viaje es que China y Tesla mantienen una relación mutuamente beneficiosa desde hace años. No solo porque China es el segundo mayor mercado para Tesla, sino que además la Gigafactoría de Shanghái produjo más de la mitad de los coches Tesla vendidos en todo el mundo el año pasado. Por otro lado, la fábrica de Shanghái también contribuyó significativamente al empleo y la fiscalidad locales, además de convertir a la ciudad en un centro de producción de vehículos eléctricos.

Durante el estricto cierre perimetral de un mes que tuvo lugar en Shanghái en 2022, el gobierno municipal tomó medidas adicionales para asegurarse de que la fábrica pudiera reanudar su producción, incluso cuando otras partes de la vida de la ciudad estaban en pausa. Durante esta visita, Musk reconoció esos esfuerzos y agradeció al ministro de Comercio en particular.

No obstante, hay otros factores que complican la relación entre Musk y China.

Por un lado, desde hace tiempo Starlink preocupa a Pekín por su capacidad para sortear los tradicionales cortes en las comunicaciones y ofrecer una inteligencia satelital adicional. Su aplicación durante la guerra de Ucrania, en la que China se sitúa en gran medida del lado de Rusia, ha aclarado aún más la cuestión. A principios de 2023, se informó de que investigadores de las academias militares chinas habían publicado docenas de artículos sobre cómo actuar contra los satélites Starlink.

En Weibo, el equivalente chino de Twitter, Musk (o quien maneje su cuenta verificada) publicó una nota el 30 de mayo que parecía diseñada para calmar las aguas: "El programa espacial chino está más avanzado de lo que la mayoría cree".

En el centro de la complicada relación de Musk con China se encuentra el hecho de que sus distintas empresas tienen relaciones diferentes con el gobierno chino. Tesla es excepcionalmente bien recibida en el país, mientras Twitter es un gran quebradero de cabeza para el gobierno y está estrictamente prohibido. Por otro lado, SpaceX y Starlink se encuentran en un punto intermedio, representando tanto un riesgo para la seguridad como una oportunidad de colaboración.

Hasta ahora, la propiedad de sus empresas no ha hecho que Tesla caiga en desgracia en China. Pero, en esta época de tensiones sostenidas entre EE UU y China, tratar con el Gobierno chino es un acto muy delicado para cualquier empresa estadounidense. Y Tesla será, probablemente, un barómetro adecuado. Por mucho que le guste trolear en EE UU, Musk fue más cauto cuando estuvo en China.

Póngase al día con China

1. La prohibición de TikTok en Montana podría ser otra "ley basura de internet", muy politizada y con pocas probabilidades de sobrevivir a la revisión judicial. (MIT Technology Review en español)

2. El pasado 4 de junio se cumplieron 34 años de la protesta y masacre de la plaza de Tiananmen.

• Todos los años en Hong Kong, la ciudadanía se reúne en un parque público para celebrar una vigilia. Este año, la vigilia fue bloqueada por una feria de comida organizada por grupos pro-Pekín en ese mismo parque. (Wall Street Journal)

• La policía se llevó a las personas que intentaron quitar las velas. (Reuters)

• Las vigilias y protestas han sido llevadas a cabo por personas en el extranjero. (CNN)

3. Shein, el ecommerce chino de moda, ha atraído a un gran número de seguidores de la Generación Z, y ha contratado por primera vez a grupos de presión en Washington para responder a las acusaciones de prácticas de trabajo forzoso. (Política)

4. Funcionarios de Defensa de todo el mundo se reunieron la semana pasada en Singapur para el Diálogo de alto nivel Shangri-la. (CNBC)

• Mientras tanto, los maestros del espionaje celebran otra reunión secreta en la misma ciudad. (Reuters)

• Bill Burns, director de la CIA, también realizó en mayo un viaje a China, en el que se reunió con funcionarios de los servicios de Inteligencia de Pekín. (Financial Times)

5. Al comenzar el mes del Orgullo, las comunidades LGBTIQ+ de China pierden sus escasos grupos de apoyo, al verse obligados por el gobierno a cerrar sus operaciones. (The Economist)

6. La policía local de China se enfrenta cada vez más a un nuevo tipo de estafa: utilizar herramientas de IA generativa para hacerse pasar por otras y solicitar transferencias de dinero a los contactos de la víctima. (Wall Street Journal)