Un año después del estallido de la pandemia, que provocó la transformación digital acelerada de numerosas compañías, salió al mercado una solución orientada a agilizar la gestión de gastos corporativos en América Latina. Triunfó en poco tiempo. Era la mexicana Clara, una de las start-ups que ha experimentado un crecimiento más rápido en la región: solo en 2021, se expandió a Brasil y Colombia, recaudó más de 100 millones de dólares de financiación y se convirtió en unicornio (empresa tecnológica valorada en más de 1.000 millones de dólares antes de salir a bolsa).

En el nuevo episodio del pódcast Constante Futuro, realizado por MIT Technology Review en español en colaboración con MAPFRE y que ya puedes escuchar en Spotify, Ivoox y Apple Podcasts, el cofundador y CEO de Clara, Gerry Giacomán, reflexiona sobre las claves que han pavimentado el camino hacia el éxito de su start-up, los baches que ha superado la compañía y sus próximos pasos.

Esta entrevista se ha editado por su longitud y para su claridad.  

Antes de cofundar Clara, estudiaste en las prestigiosas universidades de Yale y Stanford. Durante unos años, trabajaste impulsando el crecimiento de diferentes compañías en Estados Unidos. De vuelta a México coincidiste con tu socio, Diego García, en una compañía dedicada a la movilidad compartida. ¿Qué lecciones aprendiste de esa experiencia laboral y de qué forma todo este conocimiento impulsó el nacimiento de Clara?

Crecer en México me hizo consciente de la desigualdad de oportunidades que existen en Latinoamérica. La motivación para ir a estudiar al extranjero fue buscar la mejor preparación con el objetivo de tener impacto en nuestro país. En un principio, creí que lo iba a hacer a través del sector público. Sin embargo, en la universidad descubrí una nueva forma de hacer negocios, el emprendimiento, donde es posible crear una empresa con base tecnológica que no esté enfocada únicamente a corto plazo.

Cuando reorienté mi carrera, trabajaba con la mayor parte del equipo inicial de Clara en una empresa de micromovilidad compartida. Por entonces, nos dimos cuenta de que no disponíamos de las soluciones tecnológicas para poder empatar esa agilidad que ofrecíamos. Fue con esta chispa con la que decidimos empezar Clara para ayudar a la siguiente empresa a ser más exitosa, y ahora a más de 8.000 en toda la región.

“En América Latina hay muchas oportunidades de automatizar procesos”

Seguro que muchos de nuestros oyentes están acostumbrados a guardar las facturas físicas y enviarlas al Departamento de Administración para que después los profesionales contables los registren y reembolsen. Este proceso consume mucho tiempo y, además, puede provocar errores. ¿Cómo contribuís a hacer más eficientes estos procesos en Clara?

Esto que mencionas es un gran ejemplo. En Latinoamérica hay muchas oportunidades de automatizar procesos. Por ejemplo, para hacer ese cierre contable uno tiene que juntar todos los recibos, pedírselos a los clientes, descargarlos y luego cargarlos en un sistema. Todo esto lo podemos hacer con Clara a través de nuestra solución de facturación centralizada.

Además, podemos ir más allá conectándonos a las cuentas de nuestros clientes y haciendo una vinculación automatizada de todos los gastos que pasan por la plataforma de Clara. Buscamos que se vuelva una experiencia mágica, que ahorre mucho tiempo para que los equipos de finanzas se conviertan en aliados de la empresa ayudando a tomar mejores decisiones. Clara es un gran ejemplo de cómo algo que existe en Latinoamérica nos permite crear innovaciones que no son posibles en otras partes del mundo porque requieren de equipos dedicados a crear esa tecnología, enfocada en cómo funcionan las cosas aquí y no solamente una adaptación de algo que está hecho para otro contexto.

Has hablado de cómo generáis soluciones propias, en lugar de replicarlas de otras, para dar ese servicio al usuario de manera más personalizada. ¿Qué tecnologías están en las bambalinas de vuestra solución?

En México se sigue usando el efectivo para más del 90% de las transacciones de menos de 500 pesos o de 25 dólares. Una de las cosas más emocionantes que estamos haciendo es pasar del pago analógico a digital. Ahora podemos usar esta información para hacer cosas tan sencillas como dar visibilidad y trazabilidad en tiempo real a nuestros clientes y a sus equipos sobre cómo se están usando los recursos de la empresa.  

También podemos usar procesos que incluyan inteligencia artificial de forma automatizada. Por ejemplo, esta vinculación de cada gasto con su factura que mencionaba es un motor que se va a hacer cada vez más inteligente con los inputs de los clientes que alimentan el modelo.

“Estamos en el inicio de un cambio estructural hacia un capitalismo renovado”

Además de conocer vuestra tecnología, nos gustaría conocer cómo estáis construyendo Clara desde el punto de vista empresarial, ya que trabajáis de forma deslocalizada y estáis creciendo muy rápido. ¿Cómo lográis crear una cultura corporativa fuerte que mantenga al equipo?

Algo muy importante en Clara es que no solo somos una empresa que ofrece soluciones con tecnología, soluciones innovadoras a nuestros clientes, sino que también buscamos implementar esa tecnología al interior de Clara al máximo posible para eficientar todos nuestros procesos internos.

En lugar de buscar crecer con un equipo muy grande, buscamos atraer al mejor talento posible y empoderar a las 300 personas que se han sumado a Clara con todas las herramientas, desde los mejores equipos al software que utilizamos y los procesos para determinar las líneas de crédito

La revista mexicana Expansión te ha incluido recientemente en su lista 41+1 LGTB+ de 42 líderes empresariales de la comunidad LGTB y eres el único profesional de ese listado que lleva las riendas de un unicornio. La inclusividad es además uno de los principales valores de Clara. ¿Qué estrategia seguís para impulsar esa inclusividad y cuáles son los beneficios de contar con equipos diversos?

 Después de estudiar en la universidad en Estados Unidos, pasar un tiempo en consultoría, usar mis ahorros para empezar mi primera empresa en México y tener cierto éxito, sentí que no estaba en condiciones como para crear una gran empresa. Me faltaba mayor preparación como líder y quería pasar tiempo en Silicon Valley, el Hollywood para las personas interesadas en el mundo de la tecnología. Parte de mi historia también fue crecer como persona LGTB, porque en México no estaba en condiciones para tener una vida plena donde amar o formar la relación que quisiera. Pero el contexto emprendedor y el contexto de lo que es ser una persona LGTB en Latinoamérica ha mejorado mucho en la última década.

Es muy importante para mí seguir aportando. En Clara, uno de los seis valores que codificamos antes de tener la primera línea de código es la inclusividad. Nos valoramos como equipo por la misión que compartimos y no por factores que no tengan que ver, como la orientación sexual que tenga uno, a quien ame o el género. Buscamos promover el liderazgo diverso.

En el tercer episodio de Constante Futuro, Un vuelo meteórico hacia la innovación social, charlábamos con Eduardo della Maggiora, el CEO de Betterfly, un unicornio insurtech y social que ofrece beneficios corporativos para incentivar hábitos saludables. Eduardo nos comentó que la cara bonita del emprendimiento son las rondas de capital, pero la otra cara es caerse muchas veces y volver a levantarse. ¿En qué situaciones os habéis caído en Clara y os habéis vuelto a levantar?

Nosotros podríamos pintar una foto de los últimos 18 meses en la que destacar todas las cosas que han salido bien, los grandes hitos, levantamientos y personas que se han sumado al equipo, pero debajo también ha habido muchos retos.

Hace poco más de un año, estábamos todavía muy jóvenes como empresa y teníamos un socio que estaba trabajando con nosotros. En nuestro caso, lo usábamos como apoyo para la emisión de tarjetas corporativas. En el plazo de poco más de un año cerraron. Por suerte, nosotros ya habíamos iniciado preparaciones para empezar a operar nuestras tarjetas corporativas con nuestra propia licencia directa, pero fue un proceso que tuvimos que acelerar bastante para poder seguir atendiendo a nuestros clientes. Esta experiencia habla de la resiliencia, de la capacidad de equipo para asumir cualquier reto.

Comentábamos al principio del episodio cómo ha sido el avance de Clara, pero últimamente, os habéis estado preparando para algo realmente importante. Habéis nombrado como CFO a Rodrigo Aparicio, con una amplia experiencia en dirección financiera. ¿Significa esto que veremos a Clara salir a bolsa próximamente?

Si, su misión es preparar a la empresa para salir a bolsa en algún momento y vamos encaminados en varios sentidos; el crecimiento de la empresa, los niveles de ingresos que estamos recibiendo, llegar a la escala mínima para ser relevantes en un mercado público y generar confianza en inversionistas de equity, pero también de deuda. Además, tenemos grandes aliados en ambos lados de la ecuación. Recientemente, hemos anunciado nuestro facility de deuda con Goldman Sachs por 150 millones de dólares. Esto conlleva tener unos procesos internos robustos y que generen confianza, a pesar de ser una empresa joven. También realizar auditorías, tener políticas de seguridad muy bien establecidas y hacer todo lo que se esperaría de una empresa que cotice en bolsa.

Hace poco, publicaste un artículo donde analizas la situación de las startups latinoamericanas tras el bum de los dos últimos años. ¿Qué consejos darías a otras compañías, en especial a los proyectos emprendedores, para actuar y planificar sus finanzas en estos tiempos de incertidumbre que vivimos?  

Más que incertidumbre, creo que son tiempos de racionalización. Ha habido un gran bum de inversión en empresas como la nuestra y creo que estamos viendo el inicio de lo que es un cambio sistémico hacia una economía donde se hacen más inversiones en empresas que tengan una mayor habilidad de apostar por la tecnología y crecer ágilmente.

Este crecimiento se tiene que dar de una forma más gradual de lo que se vivió del 2019 al 2021, porque si sucede tan rápido como sucedió entonces, se puede caer. Hay muchas empresas solucionando el mismo problema y la diferenciación siempre debe ser con la tecnología, la calidad del producto, la experiencia que se genere. Creo que es algo saludable.

En alguna ocasión has señalado que “las start-ups son la posibilidad de soñar el futuro para atraerlo hacia el presente”. ¿Qué porvenir sueñas que tenga tanto Clara como el emprendimiento en América Latina en los próximos años?  

Para mí, el concepto de las start-ups es mágico porque es una manera de pensar en crear valor, donde el foco no está en la optimización de cada trimestre sino en trabajar en una visión de muchos años. Para hacerlo posible, hay que varios elementos que se pueden unir. Un equipo hábil, que podría tener roles en empresas muy grandes con mucha responsabilidad, pero que cree en la misión y en trabajar en un equipo pequeño, pero más ágil. También socios e inversionistas que creen y han visto cómo puedes crear algo que empieza desde muy pequeño.

Este es el caso de Clara: 18 meses después de haberla lanzado en México, somos el segundo emisor de tarjetas corporativas más grande en México, solo después de American Express y esperamos ser el primero. Lo único que limita las posibilidades es cómo de grande es el sueño de uno. Creo que las personas que han liderado empresas de tecnología que ya han sido exitosas, o que estamos buscando serlo, estamos en el inicio de lo que debe ser un cambio estructural hacia un capitalismo renovado, donde se premia la generación de valor, las soluciones innovadoras y que creemos cada vez más casos de éxito, más semillas que consigan crear un bosque de posibilidades.