Es la muestra de cómo se podría utilizar la criptografía avanzada en un videojuego al ejecutarse completamente en una cadena de bloques o blockchain, sin depender de ningún servidor. Esto significa que nadie tiene el control de cómo se desarrolla
Al empezar a explorar en Dark Forest, enseguida nos damos cuenta de cuánto desconocemos.
El universo es inmenso y su mayor parte está cubierta por la oscuridad. Nuestra misión, si decidimos aceptarla, es aventurarnos en lo desconocido, evitar ser destruidos por otros jugadores que podrían estar al acecho en la sombra y construir un imperio a través de los planetas que descubramos y logremos hacer nuestros.
Sin embargo, aunque este videojuego, aparentemente, luce y se puede jugar de manera muy similar a otros videojuegos online de estrategia, la realidad es que se trata de una historia muy diferente.
Esto se debe a que no depende de servidores en línea que ejecutan los populares videojuegos online de estrategia como Eve Online y World of Warcraft. En cambio, Dark Forest se ejecuta completamente en una cadena de bloques o blockchain. ¿Qué significa esto? Que nadie tiene el control de cómo se desarrolla.
Su temprano éxito no solo refleja una forma divertida de crear videojuegos que funcionan de una manera completamente diferente. También ayuda a demostrar que las cadenas de bloques se pueden usar para aplicaciones mucho más interesantes y complejas que el simple movimiento de dinero digital, algo que algunos impulsores del blockchain han estado afirmando desde que surgió esta tecnología.
De hecho, los fans incondicionales del videojuego creen que lo que lo hace tan genial es algo aún más profundo, algo que insinúa el futuro de nuestros reinos digitales compartidos. Y eso incluye la posibilidad de un metaverso que no sea propiedad de Meta u otra gran empresa tecnológica, sino que se ejecute de forma descentralizada entre sus usuarios.
Cómo fue construido
Dark Forest comenzó como una idea en la mente del seudónimo Gubsheep (usar el seudónimo no es raro en el criptomundo), quien lo describe como un "juego de estrategia multijugador que tiene lugar en un universo infinito generado por procesos".
El juego está parcialmente inspirado en la novela de ciencia ficción The Dark Forest (El bosque oscuro), de Cixin Liu. Gubsheep cuenta que estaba tan cautivado por el libro que lo leyó de una vez en la cafetería de una librería. Uno de los temas que le atrajo era el dilema al que se enfrentaría nuestra civilización si descubriera otra en el universo. No sabríamos si representa una amenaza existencial, según Gubsheep, pero una opinión es que para asegurar nuestra propia supervivencia deberíamos asumirlo como tal y no establecer ningún contacto.
Gubsheep leyó The Dark Forest solo unos días después de haber asistido a una conferencia dedicada a una clase criptoherramientas emergentes conocidas como pruebas de conocimiento cero. Con esta criptografía avanzada, es posible demostrar que una afirmación es verdadera sin revelar nada más al respecto. Por ejemplo, comprobar la nacionalidad sin revelar ningún otro dato del pasaporte.
Mientras caminaba de regreso a su apartamento desde la librería, nuevas ideas inspiradas en el libro The Dark Forest se comenzaron a combinar con otras por lo que acababa de aprender.
La idea de las pruebas de conocimiento cero se remonta a la década de 1980, pero algunas de las primeras aplicaciones prácticas han aparecido recientemente en los sistemas de cadena de bloques. El ejemplo más destacado es Zcash, una criptomoneda similar a Bitcoin que utiliza una clase de pruebas de conocimiento cero llamadas zk-SNARK, el mismo tipo que utiliza Dark Forest, para ocultar los datos de las transacciones para que los usuarios puedan actuar de forma anónima, casi como si estuvieran usando una forma digital de dinero en efectivo.
Gubsheep comenzó a imaginar un "bosque oscuro criptográfico" en el que los contrincantes serían como civilizaciones "andando de puntillas" a través de un universo lleno de contrapartes potencialmente hostiles, ocultos a la vista gracias a las pruebas de conocimiento cero. Cuando llegó a casa, se quedó despierto toda la noche esbozando esa idea. Poco tiempo después, convenció a dos amigos para que le ayudaran a construirlo.
Más adelante, los creadores de Dark Forest decidieron que necesitaban usar una cadena de bloques para que todo funcionara. Querían construir el juego de una manera que permitiera a todos poder verificar que "el protocolo matemático subyacente al juego se está siguiendo correctamente", explica Gubsheep. Reconoce que habría sido técnicamente posible crear el juego en un servidor tradicional para que se pudiera ver su historial completo, incluidas todas las pruebas de conocimiento cero, "pero en ese punto básicamente se empieza a construir una cadena de bloques".
Sabían que era una idea descabellada. Las cadenas de bloques son lentas y costosas de usar, lejos de ser la infraestructura ideal para un videojuego que debe controlar muchos sistemas interconectados y una gran cantidad de movimientos de los jugadores. A pesar de todo el revuelo inicial alrededor de una amplia variedad de usos no financieros de las cadenas de bloques, la percepción popular es que usar las cadenas de bloques solo tiene sentido para las aplicaciones más simples relacionadas con las finanzas.
Prueba de conceptos
Gubsheep y sus amigos lograron lo que se habían propuesto: crear un videojuego genial inspirado en la ciencia ficción utilizando criptografía de vanguardia. Lo que construyeron, además, ha dejado entrever nuevas posibilidades que no habían previsto del todo.
Dark Forest es el juego de blockchain más complicado hasta la fecha, y el primero de su tipo en presentar lo que los teóricos del juego llaman "información incompleta". Cuando un nuevo jugador llega por primera vez a Dark Forest, la mayor parte del universo, incluidos los oponentes potencialmente hostiles, está oculto. Estas áreas se vuelven visibles solo si el jugador las explora. Cada vez que los jugadores se mueven, envían una prueba a la cadena de bloques de que el movimiento es válido, sin revelar sus coordenadas en el universo.
Desde febrero de 2020, más de 10.000 personas han jugado Dark Forest. Algunos de ellos, como el desarrollador de software Nalin Bhardwaj, se han inspirado en los fundamentos técnicos del juego para quedarse ahí y trabajar en el universo de Dark Forest y crear nuevos videojuegos inspirados en Dark Forest, ya que les parece el primer paso hacia las realidades digitales enriquecidas (algunos las llamarían metaversos) gestionadas por redes descentralizadas en lugar de los servidores de una empresa.
Dark Forest no es solo el videojuego de blockchain más complicado, resalta Bhardwaj: "No creo que haya una aplicación en blockchain que sea más compleja". Al diseñarlo para ejecutarse en una cadena de bloques, los creadores del videojuego también han producido una infraestructura técnica que amplía el alcance de cómo podríamos usar las cadenas de bloques para interactuar online, argumenta Bhardwaj.
Para Bhardwaj y otros seguidores, Dark Forest es la prueba de varios conceptos nuevos a la vez. Primero, demuestra cómo se puede usar la criptografía avanzada para agregar nuevas funciones a los mundos online. Desarrolladores e informáticos inspirados en Dark Forest ya están explorando nuevos videojuegos y aplicaciones que aprovechan las pruebas de conocimiento cero.
Gubsheep y otros han lanzado, incluso, una organización de I+D, llamada 0xPARC (una referencia a PARC, la histórica empresa de I+D que Xerox había creado hace 40 años), para respaldar este trabajo. Bhardwaj recientemente realizó una beca de 0xPARC.
El alcance de 0xPARC no se limita a los videojuegos. Por ejemplo, una aplicación que le interesa a este grupo es la identificación digital, como el ejemplo del pasaporte. Las pruebas de conocimiento cero podrían permitir comprobar todo tipo de informaciones sobre uno mismo sin revelar nada más. Se podría comprobar que tenemos más de una cierta edad sin revelar la edad real, o que tenemos más de una cierta cantidad de dinero en la cuenta bancaria sin revelar la cantidad total. Además, se podría usar la criptografía de conocimiento cero para demostrar que se ha ejecutado un algoritmo de aprendizaje automático en un conjunto de datos confidenciales, al mismo tiempo que se mantiene la privacidad de los datos, asegura Gubsheep.
¿Una nueva visión para el metaverso?
El conocimiento cero no es el único enfoque en 0xPARC. Los analistas más profundos de Dark Forest parecen estar de acuerdo en que, si bien su uso de la criptografía es genuinamente innovador, la prueba de concepto aún más convincente en el videojuego es su mundo de juego "autónomo", un entorno online que nadie controla y que no se puede derribar.
Hasta ahora, Dark Forest ha existido en momentos temporales, conocidos como rondas, que tienen una duración entre una y dos semanas. Sin embargo, dado que existe completamente en los contratos inteligentes de blockchain (programas informáticos que blockchain almacena y ejecuta), el mundo de Dark Forest se podría implementar de tal manera que nadie tenga la capacidad de detenerlo, según el científico informático y cofundador de 0xPARC, Justin Glibert. "Se podría pensar en él como un servidor de Minecraft, pero que no se puede tumbar", afirma.
Una vez que se implementa un contrato inteligente, es un poco parecido a un robot que vive en el espacio digital, uno que puede funcionar para siempre. A menos que el creador instale un mecanismo que se pueda activar para eliminar el programa, seguirá ejecutándose mientras exista la red. En este caso, Glibert argumenta que el mundo virtual sería "más como un planeta digital" que como un videojuego.
¿Qué ocurre en un planeta digital? Cualquier cosa que permitan las reglas del mundo, su "física digital". Los jugadores de Dark Forest han utilizado su física digital para construir mercados en el videojuego, herramientas que automatizan las funciones del juego e incluso bots que pueden jugar el videojuego ellos mismos. Además, cualquiera puede copiarlo, modificarlo y desarrollarlo.
El equipo de Glibert en 0xPARC se centra en crear sistemas que facilitan no solo a los desarrolladores de videojuegos la creación de mundos autónomos, sino también a los habitantes de esos mundos la posibilidad de interactuar y crear.
Gubsheep cree que este es el desarrollo natural de internet. "El mundo digital se está convirtiendo en el anfitrión de un número cada vez mayor de nuestras interacciones más significativas", señala Gubsheep, pero apuesta a que será menos probable que la gente acepte una versión del "metaverso" que esté gobernado por una empresa o cualquier otra entidad centralizada.
Lo que querrán es "un sustrato creíblemente neutral para que la gente se exprese de manera relativamente libre, se autoorganicen y gobierne. Esa es una visión mucho más poderosa del metaverso para mí, y espero que los experimentos de 0xPARC puedan contribuir a eso", concluye Gubsheep.