Después de años de solicitudes, Twitter por fin ha introducido un botón de edición, dando a sus usuarios la posibilidad de modificar sus tuits hasta 30 minutos después de publicarlos. Pero es poco probable que esta función resuelva los mayores problemas con los que se enfrenta la empresa y, en algunos casos, incluso podría empeorarlos.

Al principio, esta función se limitará al personal de Twitter para realizar pruebas, antes de implementarse a finales de este mes para los suscriptores de Twitter del servicio de suscripción mensual Blue de 5 euros. Dado que Twitter Blue es un banco de pruebas para las nuevas funciones de la empresa, es muy probable que ese botón de edición finalmente se ponga a disposición de todos los usuarios.

Twitter lleva años resistiéndose a incluir la opción de editar tuits, a pesar de que ha sido la función más solicitada por sus usuarios, incluido el posible nuevo propietario Elon Musk. El exdirector ejecutivo Jack Dorsey afirmó en 2020 que la empresa probablemente nunca introduciría un botón de edición, y explicó que eso arruinaría la "onda" de los primeros días de Twitter como servicio de mensajería SMS.

Los expertos han señalado en repetidas ocasiones que la posibilidad de editar tuits podría permitir que los malos usuarios reescriban su historial y difundan desinformación, incluso si se dispone de su historial completo de tuits.

Por ejemplo, los tuits inofensivos que se vuelven virales se podrían editar fácilmente para mostrar desinformación o discurso de odio, e incluso si las versiones anteriores del tuit son visibles, eso no significa necesariamente que la gente las mirará. Un botón de edición convertiría también, en teoría, a los usuarios de alto perfil cuyos tuits atraen la atención masiva en aún mayores objetivos para el hackeo, si los malos actores saben que esos tuits tienen garantizada una audiencia masiva.

Mediante un ícono, una marca de tiempo y una etiqueta, se alertará a los usuarios sobre el hecho de que los tuits han sido editados y eso, según Twitter, está diseñado para dejar en claro que el mensaje original se modificó dentro de la media hora de su primera publicación. Los tuits se pueden editar "unas cuantas veces" dentro de ese período de tiempo, y se mostrará un registro de cómo se ha cambiado un tuit cuando alguien entra en esa etiqueta.

"Nuestro objetivo con las pruebas es comprender mejor cómo los tuits editados afectarán la forma en la que las personas usan Twitter, así como planificar y anticipar lo que podría suceder si lo ofrecemos a todos", afirmó el portavoz de Twitter.

La empresa ha reconocido que las personas podrían hacer un mal uso de esta función y está analizando esa posibilidad. Es probable que eso sea un intento de restar importancia a esa situación, según el experto en políticas de internet Konstantinos Komaitis.

"Dependiendo de cómo Twitter decida diseñarlo, podría ayudar a las personas con errores tipográficos y nada más que eso, o puede cambiar, creo yo, todo el discurso público y la forma en la que interactuamos y compartimos una opinión", considera el experto.

Dar a los usuarios un botón de edición también se podría interpretar como una distracción útil de los problemas más profundos a los que se enfrenta la plataforma: su próxima disputa legal con Musk, los evidentes problemas de privacidad y seguridad expuestos por el exjefe de seguridad convertido en denunciante Peiter "Mudge" Zatko, y constantes preocupaciones sobre su incapacidad profundamente arraigada para frenar el trollling, el discurso de odio y otros comportamientos tóxicos. Un botón de edición no hace nada para resolver estos problemas.

Informar a los usuarios que un tuit ha sido editado será esencial para minimizar la posibilidad de abuso, señaló Komaitis, usando el ejemplo de alguien que tuitea una foto de un perro bonito para generar respuestas positivas y luego la cambia por una foto de Hitler.

"Sabemos que estas situaciones pueden ocurrir, y no es por Twitter o internet, sino porque así es como funciona la sociedad actualmente", afirmó el especialista y agregó que era poco probable que los potenciales beneficios de un botón de edición superaran las posibilidades de abuso.

"Twitter necesita crear tantas medidas de seguridad como sea posible para garantizar que se trate solo de pequeños errores o una mala elección de palabras, en vez de cambiar por completo la forma en la que se llevan a cabo las conversaciones".

Al limitar la función a los suscriptores de pago al menos por ahora, Twitter podría reducir drásticamente, aunque no erradicar por completo, el grupo de usuarios que es probable que la usen de manera maliciosa.

Pero también plantea dudas sobre si un tuit editado contará como un tuit real. Esto podría afectar el número de usuarios activos diarios. Y también es discutible si usar a los suscriptores de pago para probar la función es realmente equivalente a entregarla a la base de usuarios más tóxica de la plataforma.

En última instancia, la popularidad de la idea de un botón de edición habla de nuestro perfeccionismo, opina el autor de Social Warming: How Social Media Polarizes Us All, Charles Arthur.

"Parece que tenemos unas ganas muy extrañas de esta capacidad de editar nuestras vidas, de usar tecnologías para hacer retroceder el tiempo, lo que apunta a una especie de ansiedad social de pensar 'Oh, no, ¿acaso dije algo mal?'", indica Arthur.

"No tenemos confianza en lo que hemos dicho, aunque lo hayamos hecho un poco mal. El problema es que cualquier cosa que se pueda usar maliciosamente se usará así, y Twitter es el verdadero hervidero de personas que hacen cosas maliciosas".