Resulta inevitable pensar que la nueva serie documental de Netflix sobre la misión Inspiration4 de SpaceX está inacabada, precisamente porque la propia misión ni siquiera se lanzará hasta el pasado mañana, 15 de septiembre (desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, EE.UU.). 

Inspiration4 se convertirá en la primera misión totalmente civil en órbita, lo que significa que no contará con astronautas entrenados procedentes de algún cuerpo nacional de astronautas. Se trata de ciudadanos particulares que irán al espacio a bordo de un vehículo privado durante unos días antes de regresar a la Tierra. Los dos primeros episodios se pueden ver en estos momentos, pero los dos siguientes no se estrenarán antes de hoy, y los últimos no se lanzarán hasta finales de este mes, después de que la misión ya haya terminado.

Es importante recordar eso, porque los dos primeros episodios de Countdown: Inspiration4 Mission to Space dedican mucho tiempo a intentar convencernos de que lo que está a punto de suceder es algo de gran importancia. Como resultado, se parece más a un anuncio de SpaceX que a algo que realmente plantea cuestiones difíciles o trata de ganarse a los escépticos. Countdown, producido por Time Studios, presupone más o menos, con razón o no, que si lo estamos viendo, nos encanta el espacio y los viajes espaciales y estamos ahí para animar a SpaceX. Si queremos recordar todas las formas en las que SpaceX es asombroso, las encontraremos y más de la cuenta en estos dos episodios iniciales.

No les aburriré con demasiados antecedentes de Inspiration4 (puede ver nuestro artículo anterior sobre la misión aquí). Pero la misión y la nueva serie documental llegan inmediatamente después de un verano espacial multimillonario, en el que Richard Branson y Jeff Bezos despegaron hacia el espacio (o casi al espacio). Inspiration4 presenta a su propio multimillonario, Jared Isaacman, cuyo carácter nerd lo convierte en una persona menos carismática en la pantalla, pero cuyo ego más contenido y un perfil más bajo significan que es una persona mucho más fácil de contemplar que Branson o Bezos.

En 90 minutos, a Isaacman y al fundador de SpaceX, Elon Musk, se les pide solo una vez que respondan a la fuerte reacción que causaron Branson y Bezos este verano, y las preguntas plantea la idea de por qué la sociedad debe preocuparse por el espacio cuando el mundo parece estar desmoronándose. Musk dice que pensar en un futuro para la humanidad más allá de la Tierra es emocionante; e Isaacman responde que una de las razones por las que se asoció con el Hospital de Investigación Infantil St. Jude y creó un brazo de la recaudación de fondos de la misión fue para compensar este privilegio y hacer algo bueno.

No son malas respuestas, pero no hay un seguimiento que nos acerque a la mente de estas dos ricas e influyentes figuras. Sus motivaciones se mantienen simples, y durante los dos primeros episodios, apenas nos hacemos una idea de quiénes son y por qué se gastan su dinero en el espacio.

La serie documental se vuelve convincente al presentarnos el equipo: Hayley Arceneaux, Sian Proctor y Christopher Sembroski. La historia de Arceneaux es especialmente tensa y conmovedora mientras relata cómo sufrió un osteosarcoma cuando era niña, pero también es una historia realmente maravillosa de resiliencia y, por supuesto, de esperanza. Su juventud y energía (tiene 29 años) resultan contagiosas. Arceneaux es una novata absoluta cuando se trata de conocimientos espaciales; una de sus primeras preguntas al aceptar participar en Inspiration4 fue si podrá ir a la Luna. "Al parecer no hemos estado allí desde hace décadas", dice, riéndose de la vergüenza.

Aquí es donde se vuelve más fácil apoyar Inspiration4. Arceneaux y Sembroski son como el resto de nosotros que nunca tuvimos planes de ir al espacio, y nunca hemos pensado que tendríamos esa oportunidad. La historia de Proctor y su pasión por la aviación y el espacio muestran que llevaba toda la vida esperando un momento como este.  En el pasado, ninguno de ellos habría tenido posibilidades de ir al espacio y ahora se encuentran a punto de realizar algo literalmente fuera de este mundo.

Eso no significa que Countdown tenga razón al decirnos que la misión cambiará el futuro del espacio tal y como lo conocemos; durante al menos una generación o dos, los viajes espaciales seguirán estando bajo el control de los poderes más grandes y más ricos, y las personas comunes no tendrán oportunidades como esta, excepto en algunas circunstancias extraordinarias. Pero la misión nos da una idea de aquello por lo que podemos luchar.