Los telescopios más poderosos del mundo están en el hemisferio occidental, pero un nuevo estudio sugiere que esta zona podría ser incluso mejor. Además de sus ideales condiciones atmosféricas, la ciudad elegida aprobó una norma en 2017 para preservar el cielo oscuro que evitaría la contaminación lumínica
Los mejores observatorios astronómicos del mundo se concentran en el hemisferio occidental, en lugares de gran altitud como la cumbre del Mauna Kea en Hawái (EE. UU.), La Palma en las Islas Canarias (España) y la cumbre del Cerro Paranal en el desierto de Atacama en Chile. Pero también hay lugares prístinos con vistas despejadas del cielo en el este y un equipo de astrónomos chinos propone la construcción de un observatorio en la meseta tibetana, en una parte de la región más grande de Asia a la que nos solemos referir como el "techo del mundo".
Este grupo publicó un nuevo artículo en la revista Nature que describe el potencial que han descubierto en la cima de la montaña Saishiteng, cerca de la ciudad de Lenghu en la provincia china de Qinghai (que está al lado del Tíbet, una región de altas tensiones políticas desde que China la anexionó forzosamente en 1951).
A más de cuatro kilómetros de altitud, se sabe que Lenghu "tiene cielos excepcionalmente despejados y, al mismo tiempo, el área tiene un paisaje espectacular similar a Marte", afirma el científico de la Academia de Ciencias de China y coautor del nuevo estudio Licai Deng. Explica que el gobierno local, con muchas ganas de atraer a turistas interesados en astronomía y geografía, contrató a su equipo para inspeccionar el área y ver si sería un buen lugar para construir un observatorio.
Son cuatro los factores que afectan principalmente a la idoneidad de algún lugar para la investigación astronómica. El primero es si suele tener cielos despejados, lo que significa que no suele haber formaciones de nubes densas y que cuenta con muy poca contaminación lumínica. El segundo es la estabilidad del aire local y las condiciones climáticas, y el efecto que tendrá la atmósfera en las observaciones ópticas e infrarrojas durante la noche (incluso las partículas más pequeñas en el aire pueden interferir). El tercero es si el sitio está conectado a infraestructura (como la energía) y si se puede acceder a él sin demasiados problemas. Y, por último, debería ser un área donde el cielo nocturno esté protegido de la actividad humana.
Los lugares de gran altitud como Lenghu crean mucho interés para los astrónomos, ya que simplemente hay menos atmósfera mientras se observan los objetos en el espacio. Los investigadores monitorizaron el área de Lenghu durante tres años, midiendo la oscuridad del cielo, el clima, las condiciones atmosféricas y más. Descubrieron que el área puntuó en los cuatro factores al menos igual de bien que otros posibles sitios examinados en la meseta tibetana. En muchos sentidos, los investigadores piensan que podría ser mejor que los sitios existentes en Hawái y Chile. Hay menos variabilidad en las temperaturas del aire y las condiciones atmosféricas resultan más estables, mientras que el cielo está un poco más despejado. La cantidad de vapor de agua en el aire también es baja, lo que es especialmente útil para observaciones infrarrojas importantes para la cosmología. Aproximadamente tres décadas de registros meteorológicos revelan una media de solo 18 milímetros de lluvia al año. "En este contexto, Lenghu tiene potencial de albergar grandes instalaciones", asegura Deng.
A largo plazo, Lenghu podría estar más protegido de los efectos de la actividad humana que Hawái o Chile. La ciudad aprobó un reglamento en 2017 para preservar el cielo oscuro, por lo que la contaminación lumínica debería seguir siendo mínima.
"Los resultados presentados para el sitio de Lenghu son casi tan buenos como los encontrados para Mauna Kea, que es ampliamente considerado como uno de los mejores sitios del mundo", destaca el astrónomo de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver (Canadá) Paul Hickson, quien previamente había realizado pruebas en el sitio Domo A en la Antártida. "Algo especialmente atractivo de esta ubicación es la atención que se le da al control de la contaminación lumínica".
De alguna manera, esta nueva investigación reafirma los actuales planes astronómicos de China para el área alrededor de Lenghu, que incluye un telescopio de exploración de imágenes de 2,5 metros que empezó a construirse este año, un telescopio infrarrojo solar de un metro que formará parte de una serie internacional de ocho telescopios, y otros dos de 1,8 metros y 0,8 metros para la ciencia planetaria.
Según señala Deng, la Universidad de Tsinghua (China) y la Universidad de Arizona (EE. UU.) están colaborando en la construcción de un telescopio de 6,5 metros para operar en la cumbre de la montaña Saishiteng. Y hay planes incipientes para ubicar allí también un telescopio de 12 metros. "Habrá mucha actividad en la cima de esta montaña", indica Deng.
Estos instrumentos contribuirán mucho a colocar a China en el mapa de la astronomía infrarroja y óptica; están a la par con algunos de los telescopios "grandes" que operan en los lugares como Chile. Pero aún no están a la altura de los observatorios "extremadamente grandes" que se están construyendo en todo el mundo, como el Telescopio Gigante de Magallanes de 24,5 metros en Chile, el Telescopio de Treinta metros en Hawái y el Telescopio Extremadamente Grande de 39,3 metros en Chile. Se espera que el tipo de ciencia que estos instrumentos podrían lograr inaugure una nueva era de la astronomía. Si China se toma en serio la creación de un programa más ambicioso de astronomía, tendrá que ponerse al día bastante rápido.
Es bueno que tenga la meseta tibetana. Hickson concluye: "Las montañas altas, secas y aisladas son generalmente los mejores lugares para la astronomía. Puede que haya otros posibles sitios en la meseta tibetana que aún no se han explorado, quizás incluso mejores".