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Espacio

Rocket Lab amenaza el duopolio espacial de SpaceX y Blue Origin

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Con el anuncio de un nuevo artefacto llamado Neutron, Rocket Lab desafía a la empresa de Jeff Bezos como la principal competencia de Elon Musk. Los vuelos tripulados y la seguridad de los vehículos son algunos de los retos de esta nueva aventura orbital

  • por Neel V. Patel | traducido por Ana Milutinovic
  • 15 Abril, 2021

En la industria espacial privada puede parecer que está SpaceX y luego todos los demás. Solo Blue Origin, respaldada por su propio fundador, el multimillonario creador de Amazon Jeff Bezos, parece capaz de atraer el mismo nivel de atención. Pero Blue Origin aún no ha ido más allá del espacio suborbital.

Rocket Lab pronto podría cambiar ese duopolio. La empresa fundada en Nueva Zelanda y con sede en California (EE. UU.) ocupa el segundo lugar, después de SpaceX, en cuanto a la frecuencia de lanzamiento; las dos son las únicas empresas estadounidenses que entran en órbita con regularidad. Su pequeño cohete insignia, Electron, ha volado 18 veces en poco menos de cuatro años y ha enviado casi 100 satélites al espacio, con solo dos lanzamientos fallidos. 

El pasado 1 de marzo, la compañía dejó aún más claras sus ambiciones cuando dio a conocer los planes para su nuevo cohete, llamado Neutron. Con 40 metros de altura y la capacidad de transportar 20 veces la carga útil de Electron, Neutron se presenta como la entrada de Rocket Lab en los mercados de grandes satélites y lanzamientos de megaconstelaciones, así como de futuras misiones robóticas a la Luna y a Marte. Y lo que es más prometedor: Rocket Lab asegura que Neutron también será diseñado para los vuelos espaciales tripulados. La empresa se refiere a Neutron como una "alternativa directa" al cohete Falcon 9 de SpaceX.

"Rocket Lab es una historia de éxito entre las pequeñas empresas de lanzamiento. Está entrando en el territorio de las empresas de lanzamiento más grandes y consolidadas, especialmente en el de SpaceX", afirma el experto en Políticas Espaciales de la Universidad de Florida Central (EE. UU.) Roger Handberg.

Otra noticia del 1 de marzo contribuye a los objetivos de la empresa: la fusión de Rocket Lab con Vector Acquisition Corporation. Unir fuerzas con una compañía de adquisición con propósito especial (un tipo de empresa que aparentemente permite que otra cotice sin una oferta pública de venta) ayudará a Rocket Lab a beneficiarse de una enorme inyección económica que le otorga una nueva valoración de 4.100 millones de dólares (3.444 millones de euros). Gran parte de ese dinero se destinará al desarrollo y las pruebas de Neutron, que la empresa quiere empezar a volar en 2024.

Se trata de un cambio radical para Rocket Lab. Su CEO, Peter Beck, había mostrado poco interés sobre la idea de construir un cohete más grande que pudiera lanzar mayores cargas y quizás ofrecer lanzamientos para varios clientes a la vez

Pero el mercado de satélites ha acogido las misiones de viajes espaciales compartidos en órbita, especialmente dado el aumento de las megaconstelaciones de satélites, que probablemente constituirán la mayoría de los lanzados a la órbita durante la próxima década. Neutron es capaz de llevar 8.000 kilogramos (kg) a la órbita terrestre baja, lo que significa que a lo mejor podría enviar docenas de cargas a la órbita al mismo tiempo. Como un mea culpa en un tono desenfadado, el vídeo introductorio de Neutron mostraba a Beck comiéndose sus propias palabras. 

También hay otras formas en las que Neutron sitúa a Rocket Lab en mayor competencia con SpaceX. Ambas empresas invierten en vuelos espaciales más económicos gracias a materiales de menor coste y sistemas reutilizables. El propulsor de primera etapa de Neutron estará diseñado para aterrizar en vertical en una plataforma en el océano, al igual que el propulsor de primera etapa del Falcon 9 de SpaceX. 

Las comparaciones con SpaceX no acaban ahí. Rocket Lab afirma que Neutron se diseñará para llevar a cabo misiones humanas en la órbita terrestre y a la Estación Espacial Internacional (EEI), tal y como hace actualmente SpaceX. El diseño de Neutron es comparable al del vehículo de lanzamiento ruso Soyuz, que puede llevar a tres astronautas a la EEI. Y, por supuesto, ambas compañías están interesadas en realizar misiones a destinos más allá de la órbita de nuestro planeta: Neutron podrá enviar cargas de 2.000 kg a la Luna y de 1.500 kg a Marte y Venus.

Pero también existen algunas distinciones. A diferencia de SpaceX con su vehículo Crew Dragon, Rocket Lab aún no construye sus propias cápsulas de tripulación. Si Neutron consigue llevar a humanos a la órbita, no está claro exactamente qué vehículos lanzará. Rocket Lab no está construyendo una nave espacial interplanetaria como Starship ni trabaja en un servicio global de internet por satélite como Starlink. El único gran proyecto de Rocket Lab, aparte de los cohetes, es el bus satélite Photon, la infraestructura de la nave espacial que normalmente indica al control terrestre dónde se encuentra el satélite. 

Además, Neutron no funcionará de forma tan sencilla. Hacerlo reutilizable requerirá muchas pruebas, una tras otra (ni siquiera Electron aún es reutilizable por completo). Por otra parte, el diseño del motor de Neutron es demasiado grande y complejo para ser adaptado de Electron, por lo que la empresa debe comenzar desde cero y descubrir cómo escalar la producción.

Como era de esperar, los vuelos espaciales tripulados serán el gran reto de la empresa. "Su nuevo vehículo los hará más competitivos en cuanto a las cargas", resalta Handberg, pero añade que "los vuelos espaciales tripulados son más problemáticos". La EEI es un destino, pero Rocket Lab competirá con SpaceX y Boeing por esos contratos. Tal vez pueda hacer negocios con el turismo espacial, pero ese sector aún está muy verde.

Y luego está el tema de la seguridad. "Rocket Lab tiene un problema de competidores, pero será secundario frente al coste de evaluar el nuevo vehículo para transportar a humanos y construir una infraestructura para respaldar las operaciones", señala Handberg. Además, recuerda que "SpaceX tuvo un contratiempo de vuelo más con el vehículo Crew Dragon": el vuelo de prueba fallido de Starliner en diciembre de 2019 ha pospuesto en más de un año las esperanzas de Boeing de enviar a personas al espacio. Sin embargo, con Neutron, la distancia entre SpaceX y Rocket Lab se ha reducido de repente, en lo que respecta al impacto en la industria espacial comercial. Cuando Neutron esté listo para volar en 2024, se encontrarán aún más cerca.

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