El telescopio espacial más importante de la historia ha superado todas sus expectativas de vida útil y podría funcionar durante varios años más. Pero cuando finalmente nos diga adiós, la investigación astronómica se quedará sin ningún instrumento en órbita capaz de medir el espectro visible y el ultravioleta
A principios de marzo, la NASA anunció que el telescopio espacial Hubble había entrado en modo seguro una vez más, "debido a un error del software de a bordo". Los sistemas del telescopio no se vieron afectados en absoluto, pero todas las operaciones científicas quedaron suspendidas mientras los equipos en Tierra trabajaban para solucionar el problema. La agencia no dio a conocer ningún detalle sobre el problema técnico exacto ni la causa, y tampoco explicó lo que se estaba llevando a cabo para solucionarlo.
No había mucho que temer, dado que unos días más tarde la NASA anunció que el telescopio volvía a su trabajo habitual. Además, los dispositivos espaciales como el Hubble entran en modo seguro cada vez que surge alguna anomalía. El modo seguro significa que el telescopio deja de apuntar hacia sus objetivos y de recopilar datos, y solo se asegura de que sus paneles solares continúen manteniéndolo encendido.
Esto ayuda a que el proceso de resolución de problemas sea más sencillo y fluido (especialmente para un problema de software que puede afectar a distintas partes). La vez anterior que Hubble entró en modo seguro fue en 2018, cuando se detectó un problema en dos de sus giroscopios (que se utilizan para mantener la orientación en órbita). El telescopio volvió a estar activo en tres semanas sin ningún problema persistente.
¡Pero la noticia de marzo fue otro recordatorio de lo viejo que es el Hubble! Sus tres décadas de servicio han superado cualquier expectativa de vida útil, y el telescopio ya está en sus últimas etapas. ¿Cuánto tiempo más le queda realmente al observatorio y qué pasará cuando finalmente deje de funcionar?
La última vez que los astronautas del transbordador espacial revisaron directamente el envejecido hardware del Hubble fue en 2009, y en esa ocasión estimaron que duraría hasta alrededor de 2016. "Después de unos años de actividad con todas las actualizaciones, los ingenieros reevaluaron la capacidad de supervivencia y la fiabilidad de los instrumentos y empezaron a darle mucho más tiempo. Las estimaciones más recientes aseguran que hay una excelente posibilidad de seguir haciendo ciencia tal y como se realiza actualmente hasta al menos 2026, y quizás durante toda la década. Pinta bastante bien en estos momentos", afirma el director de la oficina de la misión del Telescopio Espacial Hubble del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore (EE. UU.), Tom Brown.
Hubble se ha utilizado en prácticamente todo tipo de investigación astronómica: estudiar planetas y lunas en nuestro propio sistema solar; observar estrellas distantes, galaxias, supernovas, nebulosas y otros fenómenos astrofísicos, e investigar los orígenes y la expansión del universo.
Su contribución a la investigación de los exoplanetas en la última década ha sido especialmente sorprendente, teniendo en cuenta que cuando se lanzó en 1990, todavía faltan cinco años para detectar el primer exoplaneta orbitando una estrella similar al Sol. Hubble no está diseñado para encontrar exoplanetas, sino más bien para observaciones de seguimiento que pueden describir los planetas y sus atmósferas tras su descubrimiento. Cuando se lance el telescopio espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés) a finales de este año, los dos observatorios combinados podrían ayudar a los científicos a identificar un mundo similar a la Tierra que sea verdaderamente habitable para poder albergar vida.
El JWST se suele presentar como el sucesor de Hubble, pero eso no es del todo cierto. Hubble puede observar el universo en longitudes de onda en el espectro visible y ultravioleta, mientras que el foco del JWST está en el infrarrojo, que nos ayuda a estudiar los objetos de principios del universo y descubrir la química en otros mundos. Al estar situado en el espacio, el telescopio Hubble no tiene problemas por la inferencia causada por la atmósfera de la Tierra, que es especialmente perjudicial para las observaciones en ultravioleta (la capa de ozono bloquea la mayor parte de la radiación ultravioleta).
Esto también es fundamental cuando necesitamos ojos para estudiar los fenómenos poco conocidos, como por ejemplo la detección en 2017 de las ondas gravitacionales producidas por la colisión de dos estrellas de neutrones. Hubble pudo observar las secuelas de lo ocurrido, proporcionando datos fuera del espectro infrarrojo que se utilizó para definir la forma y la evolución de la fusión con más detalle.
Actualmente hay cuatro instrumentos científicos destacables activos a bordo de Hubble, por lo que incluso si una o dos cosas dejan de funcionar, todavía hay muchísimo trabajo científico importante que el resto del observatorio puede llevar a cabo. El telescopio también está construido con mucha redundancia, así que algunas averías de hardware y software no necesariamente impiden que los instrumentos funcionen individualmente.
Pero no hay planes para una nueva misión. Si se produce algún fallo catastrófico que deje a Hubble completamente inactivo, resulta difícil imaginar que la NASA dé luz verde a una misión de reparación para un observatorio que tiene más de tres décadas.
Entonces, ¿qué sustituirá a Hubble cuando le llegue el momento de retirarse? Brown señala que otros países tienen crecientes planes para poner otras misiones en órbita que podrían reanudar las investigaciones en el espectro visible y ultravioleta que actualmente realiza Hubble. El telescopio espacial Astrosat de la India ya realiza observaciones ultravioleta desde el espacio, pero con una apertura mucho más pequeña. China planea lanzar en 2024 su telescopio espacial denominado Xuntian, y los medios del país afirman que observará un área del espacio 300 veces más grande que el Hubble.
El verdadero sucesor del Hubble podría ser el telescopio espacial Large Ultraviolet Optical Infrared Surveyor, o LUVOIR, propuesto por la NASA, que es un observatorio de propósito general capaz de observar en múltiples longitudes de onda (incluyendo infrarrojo, óptico y ultravioleta). Pero si logra conseguir la financiación, LUVOIR no se lanzaría hasta 2039 como muy pronto.
Es posible que Hubble permanezca activo hasta que pueda ser sustituido de verdad, pero la mayoría de los astrónomos se preparan para una gran falta de información cuando Hubble al final deje de funcionar. Brown concluye: "Hubble es realmente la herramienta principal para la astronomía ultravioleta y óptica. Muchísima astronomía, especialmente la comprensión de la temperatura y la química en el espacio exterior, depende de la información que se puede obtener de él. Me temo que la comunidad espacial notará una verdadera pérdida cuando Hubble deje de funcionar".