Preguntamos a activistas, empresarios, historiadores y economistas cómo definen este término engañosamente simple.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de progreso? En términos generales, progresar significa acercarse a una cosa y alejarse de otra. Pero hacia dónde nos dirigimos y qué dejamos atrás son cuestiones clave que impulsan los movimientos políticos, dan forma a los tratados internacionales y definen nuestro propio sentido de crecimiento personal.
Nuestras nociones de progreso individual o colectivo reflejan nuestros valores y esperanzas para el futuro. Saber lo que queremos lograr también puede ayudarnos a determinar qué papel podría o debería tener la tecnología. Para explorar esas posibilidades, los siguientes expertos respondieron a una pregunta engañosamente simple: ¿Qué significa el progreso para usted?
Oportunidad
Shivani Siroya, fundadora y CEO de Tala (Estados Unidos).
Crecí entre la India y Estados Unidos, por lo que durante mucho tiempo mi idea del progreso tuvo que ver con la diferencia entre estos dos lugares: el en desarrollo y el desarrollado, el emergente y el consolidado. El progreso consistía en cerrar la brecha, para que uno llegara a la altura de los sistemas y estándares establecidos por el otro.
Pero, durante la última década, he empezado a pensar en quién tiene el poder de determinar y medir el progreso, y cómo podemos transferir ese poder a las personas que más lo necesitan.
Hay algo de arrogancia en pensar que podemos definir cómo sería el progreso para otra persona. Por eso que me dedico a crear sistemas y herramientas que permitan a las personas perseguir lo que más les importa. Y también es la razón por la que dejé de buscar respuestas en los sistemas existentes.
La conclusión: el progreso no es cerrar una brecha, sino abrir una puerta.
Justicia
Jillian York, directora de libertad de expresión internacional, Electronic Frontier Foundation (Alemania).
El progreso, para mí, no se encuentra en el crecimiento de las empresas ni en el desarrollo de las nuevas tecnologías, sino en la justicia, la igualdad y los derechos humanos. El "progreso" tecnológico no significa nada si a algunos de nosotros no nos deja avanzar. Sin embargo, las empresas desde Silicon Valley (EE. UU.) hasta Shenzhen (China) siguen adelante con escasa diversidad, reconocimiento de daños y consideración por los derechos humanos.
Trabajo en equipo
Bárbara Paes, activista y cofundadora, Minas Programam (Brasil).
Durante demasiado tiempo, el progreso de la tecnología ha supuesto avances a cualquier coste. Avanzar es bueno, quedarse parado es malo y mirar hacia atrás es peor. Pero el verdadero progreso solo puede ocurrir cuando reflexionamos sobre los riesgos y las consecuencias de las decisiones que tomamos.
El progreso significativo consiste en utilizar nuestras habilidades y recursos para crear un mundo en el que todos puedan prosperar. Esto implica cuestionar nuestras propias suposiciones, reconocer cómo las diferentes tecnologías pueden dañar a las comunidades que han se enfrentado a la opresión durante mucho tiempo y, a veces, decidir dejar de desarrollar las tecnologías que pueden causar daños.
El progreso llega cuando avanzamos hacia un futuro justo y equitativo, y no cuando simplemente hacemos cosas nuevas y brillantes.
Innovación
Yariv Bash, cofundador de SpaceIL y Flytrex (Israel)
El progreso significa fomentar activamente la innovación. En la industria de los drones, el progreso se ha producido en forma del desarrollo regulatorio. Los reguladores de EE. UU. no solo aceptaron que la entrega por drones se convertiría en un estándar de la industria, sino que ayudaron a determinar la mejor manera de garantizar que eso ocurriera. A diferencia de la idea convencional sobre la regulación, que suele considerarla como una barrera para el progreso, el enfoque progresista de la Administración Federal de Aviación está acelerando la seguridad y marcando el inicio de una nueva era de entrega bajo demanda. Cuando la regulación impulsa la innovación, se produce un verdadero progreso, independientemente de la industria.
Humildad
Vera Keller, profesora asociada de historia, Universidad de Oregón (Estados Unidos)
Para mí, detrás del progreso se esconde otra palabra. El progreso proviene de una palabra del latín que significa "movimiento hacia adelante". Sugiere una marcha colectiva hacia el futuro. Pero, a menudo, cuando oímos hablar de progreso, lo que realmente se describe es un proyecto.
"Proyecto" proviene de una palabra que significa "lanzado hacia adelante". Lo que se lanza hacia el futuro tiene poco que ver con su diseño, y nadie puede asumir el éxito. Cuando presentamos proyectos arriesgados como progreso asegurado, usamos lo que la experta en estudios de tecnología Sheila Jasanoff identificó como "tecnologías de la arrogancia" modernas, es decir, formas de presentar los conocimientos que ocultan dudas.
Deberíamos redescubrir las "tecnologías de la humildad". Al final de mi libro, incluí una de esas tecnologías comunes en el siglo XVII: una lista que identifica todo lo que desearía saber sobre mi tema. La transparencia sobre nuestra ignorancia hace que el conocimiento que comunicamos sea más confiable y tiende una mano a los demás.
Optimismo
Matthew Slaboch, profesor asistente visitante de ciencias políticas, La Universidad de Denison (Estados Unidos)
Casi universalmente, la gente piensa que sus sociedades y el mundo están en mal estado. Pero la creencia generalizada de que actualmente no estamos progresando no rechaza necesariamente la idea del progreso en sí: la idea de que la humanidad puede lograr avances duraderos sigue vigente, incluso en esta época desanimada.
¿Es útil nuestra expectativa de que el futuro será mejor que el pasado? La insistencia dogmática en un futuro "mejor" llevó a otros regímenes (como los nazis y los soviéticos) a causar un dolor tremendo a millones de personas. Pero si la idea de progreso se pierde, también podríamos perder el espíritu de innovación que hace posible la resolución de problemas.
Bienestar
Farhana Sultana, profesora asociada de Geografía, Universidad de Syracuse (Estados Unidos)
El progreso a menudo se mide únicamente en función del crecimiento económico. Pero el progreso real implicaría un crecimiento que no externalice los costes sociales o ambientales.
El progreso se suele medir en ganancias incrementales, como la Ley de Derechos Civiles de EE. UU. Pero limitar la idea de progreso solo a eso no incluiría el racismo estructural generalizado que sigue sin abordarse. Del mismo modo, los acuerdos climáticos son de hecho una forma de progreso, pero no hay suficientes acciones concretas para frenar la crisis climática, mientras que los grupos marginados pagan el precio más alto.
El progreso se debe medir por cómo están los de abajo, no solo los de arriba.
Calidad de vida
Danny Dorling, profesor de Geografía, Universidad de Oxford (Reino Unido)
Para mí, el progreso tiene que ver con lo que realmente importa en la vida: la salud, la satisfacción laboral, la calidad de la vivienda, el nivel de vida y la verdadera educación. Finlandia, por ejemplo, tiene una de las tasas más bajas de mortalidad infantil del mundo y la mayor proporción de trabajadores satisfechos con sus vidas y la flexibilidad de sus trabajos. En Finlandia, más que en cualquier otro país, los trabajadores pueden elegir su horario de trabajo. Finlandia también tiene la tasa más baja del mundo de personas sin hogar (Estados Unidos tiene una de las más altas) y es conocida por su sistema educativo. Además, Finlandia tiene una mayor igualdad de ingresos que EE. UU. y mucho menor huella de carbono. No es de extrañar que su población sea más feliz.