Un alienígena de cara cuadrada y tres patas se abre paso a base de empujones y codazos para llegar a una enorme planta que se está apoderando de su diminuto planeta. Pero con cada bocado esa fruta prohibida crece cada vez más. De repente, el peso de la planta voltea la esfera por completo y todas las pequeñas criaturas caen al espacio.

¡Rápido! ¡Intente ayudar a alguno de ellos!

Está usted viendo Agence, una breve película interactiva de realidad virtual del estudio Transitional Forms de Toronto (Canadá) y del National Film Board of Canada. La cinta no aspira a romper récord de taquilla, mitad película, mitad videojuego, este contenido en tierra de nadie tendrá dificultades para encontrar su público. Pero como primer ejemplo de película que utiliza el aprendizaje reforzado para controlar a sus personajes animados, podría ofrecer un vistazo al futuro del cine.

Su director, Pietro Gagliano, afirma: "Me apasiona la inteligencia artificial (IA) porque creo que va de la mano del cine". En 2015 ganó el primer premio Emmy concedido a una experiencia de realidad virtual (RV). Y ahora, junto al productor del National Film Board of Canada David Oppenheim, está experimentando con un estilo narrativo que denomina película dinámica. Su colaborador señala: "Creemos que Agence representa una especie de película dinámica de la era muda. Es un principio, no un taquillazo".

Agence se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia (Italia) en septiembre y hace una semana fue lanzada a través de la plataforma de videojuegos online Steam. La trama principal gira en torno a un grupo de criaturas y su apetito por una planta misteriosa que aparece en su planeta. ¿Podrán controlar su deseo o desestabilizarán su hogar y se verán abocados a su perdición? Los supervivientes ascienden a otro mundo. Después de varias ascensiones, hay un final secreto, afirma Oppenheim.  

Gagliano y Oppenheim quieren que los espectadores puedan sentarse y ver cómo se desarrolla la historia mientras los personajes de la IA dependen de sus propios algoritmos, pero que también puedan involucrarse en la trama y cambiarla sobre la marcha. Hay un amplio espectro de interactividad, afirma Gagliano: "Muchas películas interactivas ofrecen momentos para tomar decisiones en los que es posible ramificar la trama, pero yo quería crear algo que permitiera transformar la historia en cualquier momento".

Un cierto grado de interactividad proviene de elegir el tipo de IA que controla a cada personaje. Se puede usar la IA basada en reglas, que guía al personaje con simples métodos de ensayo y error: si pasa esto, haz aquello. Pero también se puede elegir que los demás se conviertan en agentes de aprendizaje reforzado entrenados para buscar recompensas, como por ejemplo luchar por un bocado de la deseada fruta. Los personajes basados en reglas se mantienen más unidos a la dirección de Gagliano. Los agentes de aprendizaje reforzado introducen algo de caos.

Pero también es posible participar. Con controles de RV o una consola de videojuegos, los espectadores también pueden mover a los personajes de un lado para otro, hacerlos plantar más plantas gigantes y ayudar a equilibrar el planeta. Los personajes siguen con sus tareas alrededor, buscando sus recompensas lo mejor que pueden.

La película despertó cierto interés en Venecia. Oppenheim afirma: "Mucha gente viene en busca de esa mezcla de relato e interactividad. La introducción de IA en esa mezcla fue algo a lo que la gente respondió muy bien".

A la madre de Gagliano también le gusta. Cuando se lo mostró, pasó todo el tiempo resolviendo las peleas entre las criaturas. Su hijo recuerda: "Ella les decía: '¡Hay que portarse bien! Vuelve aquí y juega bien'. Fue algo que yo no me imaginaba".

Pero la gente que esperaba un juego se ha mostrado más fría. "Los jugadores lo ven más como un rompecabezas", destaca Oppenheim. Y su corta duración y la falta de retos han desanimado a algunos críticos online.

No obstante, ambos creadores consideran que Agence sigue siendo un trabajo en progreso. Quieren colaborar con otros desarrolladores de IA para dar a sus personajes algunos deseos diferentes, que llevarían a historias distintas. A largo plazo, creen que podrían usar IA para generar todas las partes de una película, desde el comportamiento de los personajes hasta el diálogo y los entornos completos. Eso podría crear experiencias sorprendentes y oníricas para todos nosotros, concluye Oppenheim.