Las personas en zonas rurales podrían ganar más espacio aéreo inalámbrico gracias al cierre de la televisión analógica.
Una persona que viva en el norte del estado de Michigan podría sacar mucho más partido de la muerte de la televisión analógica que alguien que viva en la ciudad de Nueva York—por lo menos, en lo que se refiere a internet inalámbrico de largo alcance, según sugiere un estudio. El 4 de noviembre de 2008, la Comisión Federal de Comunicaciones votó para permitir que los "espacios en blanco" en el espectro de radio que fueron liberados por el cierre de la televisión analógica se utilizaran para la conectividad a internet inalámbrica de larga distancia. Este espectro no tendrá licencia, es decir, cualquier dispositivo compatible con los estándares puede usarlo.
El análisis más detallado del potencial de estos espacios en blanco para su uso en conexiones de internet inalámbricas de larga distancia acaba de ser publicado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley. Sus modelos muestran cómo la interacción de la densidad de población, las estaciones de televisión, y la economía determinarán en última instancia lo que obtienen los consumidores.
La decisión de liberar los espacios en blanco fue calurosamente acogida por empresas como Google, Microsoft e Intel, ya que las señales de baja frecuencia en el recién liberado espectro viajan a más distancia y penetran en los edificios existentes con mayor eficacia que las conexiones de datos inalámbricas tales como el Wi-Fi, el Bluetooth o los vínculos de telefonía móvil. (El cofundador de Google, Larry Page, ha llamado a este tipo de conectividad inalámbrica "Wi-Fi con esteroides".) Sin embargo, a diferencia del espectro comercial, las frecuencias disponibles para los dispositivos no serán las mismas en cada localización. En vez de eso, los dispositivos tendrán que usar cualquier espectro no reclamado por las estaciones de televisión digital en su área. Aunque la intención con todo esto es llevar a cabo un uso más eficiente del espectro disponible, en realidad hace que el despliegue real de estos dispositivos de espacios en blanco sea más complejo, puesto que tendrá que evitar pisar los dedos de la radio-frecuencia de las emisiones de la televisión local.
La FCC ha elaborado unas normas sobre los requisitos de funcionamiento de los dispositivos, y la versión final se espera para finales de este año. Varias compañías de electrónica ya están trabajando en la creación de dispositivos de espacios en blanco. No obstante, no está aún clara la magnitud exacta de las oportunidades que todo esto puede generar, afirma Mubaraq Mishra, que condujo el nuevo estudio con dos colegas de Berkeley, Anant Sahai y Kate Harrison.
Para intentar averiguar qué es lo que se podría ofrecer a las personas que quieran utilizar los espacios en blanco de internet, su modelo utiliza la base de datos de la FCC sobre estaciones de televisión activas para calcular el espacio en blanco disponible en cada zona. También se basa en las cifras del censo, tomando en cuenta el número de personas que viven en cada código postal de EE.UU.. Incluir los datos de población a nivel de código postal hace sus evaluaciones únicas, afirma Mishra, y más potentes. "Los espacios en blanco son, en última instancia, para la gente, no para localidades elegidas al azar, por lo que creemos que es importante incorporar esos datos también," señala. "Queríamos saber cuántos canales o cuánto ancho de banda le toca a una persona al azar en los EE.UU.".
La respuesta es que depende de dónde viva la persona. El número de estaciones de televisión que operan en una zona limita la cantidad de espacio en blanco disponible, mientras que el número de personas que vivan allí determina cuánto espacio en blanco se puede dedicar a cada individuo.
La imagen mostrada arriba a la izquierda, por ejemplo, muestra la variación del ancho de banda personal que podría estar disponible en todo el país en un escenario en el que 2.000 personas usaran una torre de transmisión de espacios en blanco en su área. El área de Nueva York es notablemente más oscura que el norte del estado de Maine, por ejemplo, lo que significa que los usuarios allí experimentarán velocidades más lentas. "Observamos cosas de ese estilo, porque allí donde está la gente, las cadenas de televisión también se sitúan", afirma Mishra. Algunos lugares poseen un buen equilibrio entre la población y la densidad de canales de televisión, lo que permite un mayor ancho de banda per cápita.
"Estos análisis podrían ser utilizados para una amplia gama de decisiones de negocios o técnicas, por ejemplo para ayudar a las empresas a saber qué tipo de servicios u ofertas de banda ancha son posibles y empezar a contestar preguntas sobre el tamaño de las células necesarias para llevarlas a cabo", asegura Mishra.
"Esto nos da una perspectiva muy interesante", afirma Kiran Challapali, investigador de Philips en Nueva York y presidente de la Alianza de Redes Cognitivas (CogNeA), un grupo comercial dedicado a la elaboración de estándares para que los dispositivos utilicen las conexiones de espacios en blanco de corto alcance dentro del hogar. "Será de gran utilidad para quienes estén pensando en adentrarse en el ancho de banda de espacios en blanco.
Kyutae Lim, director asociado de tecnología en el Centro de Diseño Electrónico de Georgia, así como presidente del único estándar internacional creado hasta ahora para dispositivos de espacios en blanco, publicado por el reconocido organismo de estandarización ECMA International en diciembre de 2009, está de acuerdo. "El aspecto de la comercialización de la larga distancia es menos atractivo que el de la baja potencia, puesto que hay que construir torres, y la disponibilidad del espectro no está clara", explica. "Es arriesgado gastar dinero en construir un sistema, así que los análisis de este tipo son necesarios".