Aunque el país quiere aumentar su gasto militar bajo el argumento de que el de China no deja de crecer, estos tres gráficos demuestran que el poder bélico de Estados Unidos sigue sin tener rival. Su partida para servicios secretos supera a la de todo el presupuesto militar ruso
Estados Unidos gasta más dinero en su ejército que cualquier otro país del mundo, y con mucha diferencia. En 2019, su enorme presupuesto fue de casi 586.000 millones de euros. Este dinero se destina a la única fuerza de combate global en la historia del mundo. Pero en los últimos 30 años, China ha pasado de gastar alrededor de 18.000 millones de euros anuales en sus fuerzas armadas a alrededor de 225.680 millones de euros cada año.
¿Significa esto que la era del dominio militar estadounidense que data del colapso de la Unión Soviética está llegando a su fin? ¿O es la hegemonía estadounidense, ya sea para bien o para mal, una realidad que persistirá en las próximas décadas? Por supuesto, es imposible predecir el futuro, pero un análisis del estado actual de las tecnologías clave que sustentan la capacidad de Estados Unidos de mostrar su fuerza a nivel mundial indica lo grande que es su liderazgo.
El tamaño del liderazgo de Estados Unidos en el gasto militar anual esconde lo mucho que se ha acumulado esta diferencia a lo largo de las décadas. No en la cantidad de personal, sino en tanques, barcos, aviones, helicópteros, satélites y otro hardware militar, y en entrenamiento y sistemas que permiten que todas estas máquinas y personas trabajen juntas de manera efectiva. En número de personas, el ejército de China es un poco más grande que el de Estados Unidos.
En función de cómo se mire (muchas bases estadounidenses más pequeñas son secretas), EE. UU. tiene presencia militar en entre 50 y 80 países de todo el mundo, entre más de 800 bases (muchas de las cuales oficialmente no se llaman así). Como estima The New York Times, hay unos 200.000 soldados estadounidenses desplegados en el extranjero.
En cambio, China tiene tres bases extranjeras, en Yibuti, Tayikistán y Camboya. (La base de Yibuti se reconoce abiertamente, mientras que las otras dos son secretas a voces). También tiene un número considerable de tropas desplegadas como parte de las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU en la República Democrática del Congo, Líbano, Malí, Sudán y Sudán del Sur.
Varios años de enormes presupuestos militares han facilitado a Estados Unidos su capacidad de vigilar el mundo y mostrar su poder. Como demuestra su larga y no acabada intervención en Afganistán, esto no significa necesariamente que Estados Unidos siempre prevalecerá. Pero tiene una habilidad expedicionaria única. El reabastecimiento de combustible de los aviones y los buques de asalto anfibio pueden no sonar a vanguardia tecnológica, pero tienen una importancia militar crucial.
Los portaviones permiten al ejército estadounidense mostrar su fuerza en casi cualquier parte del mundo, más que cualquier otra tecnología en concreto. Algunos expertos temen que sean vulnerables a los ataques de China. Pero, como señaló el director del Instituto Lexington, Loren Thompson, los portaviones son difíciles de encontrar y hundir. Thompson escribe: "La conclusión es que China no está ni cerca de superar los obstáculos necesarios para atacar con éxito a los portaviones estadounidenses".
La capacidad de China para defender sus fronteras y alrededores ha aumentado drásticamente en las últimas décadas. Las recién construidas islas artificiales del Mar del Sur de China funcionan de manera similar a los portaviones estacionarios. El pequeño número de submarinos de propulsión nuclear de China se ve compensado, en parte, por una gran flota de motores diesel. El equilibrio de poder en Asia es claramente diferente de lo que era hace una generación.
Pero, a pesar del aumento en la inversión militar de China, Estados Unidos sigue gastando mucho más. Es difícil comprender qué significan esos 586.768 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que en 2018 el Gobierno de EE. UU. pagó a Lockheed Martin (el mayor contratista de defensa) 36.560 millones de euros, que es bastante más que el presupuesto militar total de Brasil de (27.713 millones de euros. La cantidad mínima del presupuesto de servicios secretos de inteligencia y de defensa estadounidense es de 73.120 millones de euros, lo que significa que Estados Unidos gasta considerablemente más en su servicio secreto que todo el presupuesto militar ruso de 55.066 millones de euros. El presupuesto total de defensa de Italia, la octava economía más grande del mundo, es de 23.470 millones de euros. Esto es casi lo mismo que la cantidad anual de gasto burocrático en el presupuesto del Departamento de Defensa de EE. UU. (22.568 millones de euros) que McKinsey descubrió en una auditoría que realizó a petición del Pentágono. Por eso, los llamamientos de aumento del gasto de EE. UU. para mantener el ritmo de China se deberían recibir con escepticismo.