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Ms. Tech; imagen original de Virgin Media/NASA

Espacio

Virgin Orbit planea llevar naves a Marte desde un avión comercial

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Su sistema LauncherOne está diseñado para enviar satélites a órbita terrestre baja a bordo de un Boeing 747, pero la compañía acaba de anunciar que también lo usará para enviar cargas hasta el planeta rojo. Su innovadora pero dudosa propuesta podría democratizar el acceso al espacio

  • por Neel V. Patel | traducido por Ana Milutinovic
  • 16 Octubre, 2019

La semana pasada, Virgin Orbit, la spin-off de satélites de la compañía de turismo espacial Virgin Galactic, anunció sus planes para lanzar tres misiones a Marte. Ha firmado un acuerdo de colaboración con la compañía satelital polaca SatRevolution y con varios grupos de universidades polacas para enviar tres pequeñas naves espaciales robóticas a Marte para investigaciones científicas. Las misiones se lanzarían mediante el cohete LauncherOne de Virgin Orbit y podrían tener lugar en 2022.

Si lo consigue, se convertirá en la primera empresa privada que viaje al planeta rojo. También supondrá una entrada inesperada en los vuelos al espacio profundo para una compañía cuyos planes se centran en los lanzamientos aéreos, que siempre se han considerado inadecuados para viajar más allá de la órbita terrestre baja.

Virgin Orbit todavía tiene que lanzar LauncherOne (espera hacerlo más adelante este año), pero el plan es que un Boeing 747 llamado Cosmic Girl lleve el cohete a gran altitud y luego lo suelte. El cohete encendería sus motores en el aire y aceleraría hacia el espacio. Los lanzamientos aéreos requieren menos combustible y protección que los convencionales con cohetes, y pueden ocurrir prácticamente en cualquier lugar, ya que no están condicionados por un sitio de lanzamiento ni por el clima. Pero los aviones tienen dificultades para despegar portando grandes cohetes y cargas útiles.

Ir al espacio profundo mediante un sistema de lanzamiento aéreo "es una idea bastante nueva", afirma el ingeniero aeroespacial de Georgia Tech Glenn Lightsey.

Una de las principales razones por las que un viaje de este tipo se ha vuelto factible radica en que los satélites son cada vez más pequeños, explica. Pueden recoger el mismo tipo de datos e imágenes que hace una generación se captaban con instrumentos mucho más grandes. La nave espacial SatRevolution no pesará más de 50 kilogramos, pero se encargará de obtener imágenes de Marte y de su luna Phobos, estudiar la atmósfera marciana y posiblemente analizar el suelo en busca de signos de agua subterránea.

El vicepresidente de Proyectos Especiales en Virgin Orbit, Will Pomerantz, asegura que animados por el programa lunar Artemis de la NASA, muchos de sus clientes se han interesado por saber si LauncherOne podría enviar pequeños satélites a la Luna. La compañía empezó a calcular si podría añadir otro propulsor al cohete de dos etapas para lograr el impulso extra necesario para salir de la órbita de la Tierra y enviar pequeñas cargas útiles al espacio profundo.

El responsable explica: "Nos dimos cuenta de que, en realidad, tenemos algo bastante interesante que ofrecer, y que hay otra clase de clientes para nosotros". Aunque no ha revelado detalles sobre cómo se fabricará el tercer propulsor, las opciones incluyen motores de cohetes de combustible sólido y sistemas de propulsión con combustible líquido. Lightsey cree que un sistema de propulsión eléctrica adicional también podría funcionar (aunque el empuje más débil significa un viaje más largo a Marte, exponiendo potencialmente la electrónica de la carga útil a cantidades dañinas de radiación). "No hay una solución perfecta, pero hay diferentes formas de resolver el problema. Se puede", afirma Lightsey.

Aunque la compañía aún necesita demostrar que puede llegar a orbitar, está valorando misiones a destinos como Venus, Luna y asteroides cercanos. Pomerantz está especialmente entusiasmado con lo que esto podría significar para abrir el espacio profundo a países como Polonia "que siempre ha estado interesada en el espacio, pero que nunca ha sido incluida en las misiones".

Eso no significa que la industria haya cambiado sus apuestas hacia los sistemas de lanzamiento aéreo. Lightsey sostiene que incluso los aviones más grandes con las mayores capacidades de elevación ofrecen pocas posibilidades de llevar algo más que pequeñas cargas útiles como cubesats. Cree que tal vez se puedan utilizar los futuros lanzamientos aéreos para pequeñas misiones de reabastecimiento, o para entregar pequeños paquetes a puestos tripulados de avanzada y a las estaciones espaciales.

El experto concluye: "A través del crecimiento en la industria espacial comercial, cada vez tenemos más opciones para llevar cargas útiles al espacio y llegar a lugares desafiantes. Es algo muy buen para la industria. Todo eso tiene el objetivo de lograr que los vuelos espaciales se vuelvan más accesibles".

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