La NASA ha compartido dos piezas de audio de seísmos marcianos detectados por el módulo de aterrizaje InSight a principios de 2019. Los fragmentos ofrecen una evidencia más de cuánto tienen en común Marte y la Tierra, y lo distintos que se han vuelto a lo largo de miles de millones de años
La sonda InSight de la NASA llegó a Marte en noviembre de 2018 para estudiar las profundidades del planeta y observar su actividad sísmica. Gracias a un sismómetro especializado llamado SEIS, la sonda detectó movimientos por primera vez el 6 de abril del año pasado.
Desde entonces, InSight ha medido más de 100 estruendos, de los cuales 21 se consideran terremotos reales.
Lo podemos escuchar: la NASA ha publicado dos audios que corresponden a sendos terremotos de Marte detectados el 22 de mayo y el 25 de julio de 2019, con magnitudes de 3,7 y 3,3, respectivamente. Estas lecturas de SEIS están muy por debajo del rango normal de la audición humana, por lo que se han acelerado y procesado en frecuencias más altas.
Por qué es importante: los sonidos son curiosos, pero también ofrecen algunos datos útiles. Cuando se producen terremotos en la Tierra, las vibraciones resultantes pueden viajar sin interrupciones y pasar en cuestión de segundos, porque las fracturas en la corteza terminan llenándose con el tiempo por los minerales transportados por el agua.
Sin embargo, en la Luna, la ausencia de agua líquida en la corteza significa que las fracturas son permanentes, por lo que los terremotos en la Luna crean una intensa dispersión de las vibraciones. Las ondas sonoras pueden durar decenas de minutos.
Marte es una especie de mezcla de los dos casos. La superficie está llena de cráteres como en la Luna, pero sus fracturas no son tan fuertes, por lo que las ondas sísmicas duran uno o dos minutos. Se trata de una evidencia más de cuánto tienen en común Marte y la Tierra, y lo distintos que se han vuelto a lo largo de miles de millones de años.