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Tecnología y Sociedad

Cuatro formas de destruir el monopolio de Amazon, Google, Apple y Facebook

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La UE lleva años avisando de que las 'Big Tech' han acumulado demasiado poder y compiten de forma desleal aunque sus servicios sean gratuitos. Ahora, EE. UU. empieza a ser consciente y busca la mejor forma de abordar el problema. Entre las posibles opciones: la fragmentación y la regulación

  • por Angela Chen | traducido por Ana Milutinovic
  • 11 Junio, 2019

Los cuatro gigantes tecnológicos, Google, Amazon, Facebook y Apple, (las Big Tech o GAFA, por sus siglas), de repente se han convertido en el blanco de una nueva auditoría por parte del Gobierno de Estados Unidos. La Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), el Departamento de Justicia (DOJ) y el Congreso (todos de EE. UU.) están investigando si estas empresas están acumulando demasiado poder.

Una de las estrategias planteadas para quitarles su cuasi-omnipotencia consiste en dividirlas, pero la estrategia será difícil, larga y no está claro cómo podría acabar.

¿Por qué se acusa a Facebook, Amazon, Apple y Google de ser monopolios?

Todas estas situaciones se asocian a conflictos de intereses masivos, destaca la directora de Estrategia de Cumplimiento del Instituto Open Markets, Sally Hubbard. Google puede destacar sus propios productos en los resultados de búsqueda y Amazon también dentro de su plataforma. Apple se lleva una comisión del 30 % de los desarrolladores de aplicaciones y puede impedir que sus productos se vendan en otros lugares.

Varios abogados y activistas llevan años diciendo que las Big Tech han acumulado demasiado poder. Ahora, algunos políticos como la candidata demócrata a la presidencia y senadora Elizabeth Warren y el senador republicano Josh Hawley están liderando la iniciativa del cambio. Este nuevo interés probablemente empujará a los reguladores a analizar la actividad de las GAFA más de cerca.

¿Cómo se volvieron tan poderosas las Big Tech?

Compañías como Google y Amazon recopilan una gran cantidad de datos, y los utilizan para mejorar las herramientas de todos sus servicios y seguir creciendo para ganar a sus competidores. El efecto de red también juega un papel importante. Si la mayor parte de la gente está en Facebook, optar por darse de alta en una nueva red social parece poco útil.

Los gigantes de la tecnología obtienen muchos de estos datos al comprar compañías más pequeñas. Muchos expertos culpan al estándar de bienestar del consumidor por dejar que esto suceda. Este principio básico de la ley antimonopolio considera que el factor clave es que los precios no suban. Pero dado que las compañías Big Tech ofrecen muchos servicios de forma gratuita, según el estándar de bienestar del consumidor está bien que sigan creciendo.

Bajo este punto de vista, Google es un motor de búsqueda, mientras que YouTube es una plataforma de vídeo. Son empresas que no compiten directamente, por lo que el hecho de que la primera adquiriera la segunda no debería ser un problema. El experto en antimonopolio de la Universidad de Tennessee en Knoxville (EE.UU.) y coautor de Big Data and Competition Policy, Maurice Stucke, detalla: "No se está teniendo en cuenta qué es lo que realmente impulsa las fusiones basadas en datos. Y la clave está en el acceso a esos datos, y en cómo pueden ayudar a la compañía a obtener o mantener su dominio".

Eso ya está cambiando. Ahora, algunos expertos creen que es cada vez más importante preguntar sobre los "componentes no relacionados con el precio de la competencia", como la privacidad (aunque, esto podría ser complicado, ya que estos componentes son más difíciles de medir que el precio). Ahora ya no solo evaluarán si dos compañías compiten, sino el hecho de si una se hará más fuerte en general al comprar a la otra (ver "¿En que pensábamos al dejar que Facebook comprara WhatsApp?").

¿Han intentado los reguladores abordar este problema?

Sí, pero sobre todo en Europa. La Unión Europea (UE) ha presentado tres casos contra Google, relacionados con su red de anuncios, los resultados de búsqueda de compras y el requisito de la compañía de que los teléfonos Android vengan precargados con otras aplicaciones de Google. Los reguladores alemanes decidieron recientemente que Facebook no puede rastrear automáticamente a sus usuarios en otras páginas web o fusionar los datos de los usuarios de WhatsApp e Instagram con sus datos de Facebook, sino que eso debería ofrecerse como una opción.

El principal resultado de estas medidas se centra en multas (los reguladores europeos han multado a Google con casi 8.000 millones de euros en los últimos tres años), pero estas cantidades no han cambiado nada. El abogado antimonopolio de Carr & Ferrell Gary Reback, opina: "Creo que se han dado cuenta de que las multas contra estos monopolios tecnológicos no tienen sentido. Es solo un precio por hacer negocios. Generan tanto efectivo que no hay ninguna multa capaz de generar un cambio en su comportamiento".

Es poco probable que la UE pueda obligar a las compañías estadounidenses a dividir su negocio, agrega Reback. Pero la información reunida en sus investigaciones podría acelerar las de Estados Unidos.

¿Cómo sería la fragmentación de las Big Tech?

La posibilidad de fragmentación corporativa se suele centrar en Facebook, Amazon y Google. En su plan, Elizabeth Warren resalta que Facebook debería separarse de Instagram y WhatsApp. Amazon debería hacer lo mismo con Whole Foods y Zappos, y Google debería deshacerse de Waze, de su compañía de hogares inteligentes Nest y de su empresa de publicidad DoubleClick.

Su plan básicamente obliga a estas compañías tecnológicas a convertirse en "servicios de plataforma". Si son una plataforma, no deben tener derecho a usarla. Esto significa que Amazon no puede gestionar su mercado online y vender los productos de Amazon Basics en ese mismo mercado. Google tendría que deshacerse de su negocio de anuncios.

¿Es la fragmentación de Apple, Amazon, Google y Facebook la única solución?

Fragmentarlas es la opción más clara. El abogado antimonopolio de Bruselas (Bélgica) de Dechert LLP Alec Burnside afirma: "No creo la probabilidad sea mayor de un 50 %, pero [se trata de] un tema serio. Hay una corriente de opinión dominante que cree que la ley antimonopolio debe volver a sus raíces y contemplar ese tipo de asuntos. Pero eso debe pasar por un proceso judicial con una gran carga de pruebas, lo que sería una batalla importante".

Los expertos que no están a favor de una fragmentación consideran la medida excesiva y que perjudicaría a nuestras herramientas tecnológicas: la búsqueda se volvería menos funcional, por ejemplo. Algunos piensan que estos problemas se podrían resolver facilitando la toma de datos de una plataforma para usarla en otra (la llamada "portabilidad de datos"), u obligando a diferentes servicios a trabajar entre sí ("interoperabilidad de datos") para no bloquear a los usuarios. Facebook y otra red social podrían comunicarse igual que las personas con cuentas de Yahoo y Gmail pueden enviarse correos electrónicos mutuamente.

Otra táctica consiste en insistir en las reglas de no discriminación para asegurarse de que Google y Amazon no puedan tratarse a sí mismas de forma especial. Así que Amazon no podría priorizar sus propios productos en su página web, y a Google le pasaría lo mismo con su propio contenido en lugar de, por ejemplo, el de Yelp.

Una tercera idea es la que ha lanzado el experto en gobernanza de internet Viktor Mayer-Schönberger, quien opina que el problema fundamental es que estas empresas tienen demasiada información. Su solución consiste en obligarlas a compartir los datos con otros competidores más pequeños. Facebook, por ejemplo, podría compartir sus datos con la pequeña red social Mastodon.

Pero aunque los reguladores obligaran a las Big Tech a deshacerse de sus negocios, eso no solucionaría algunos problemas clave. Para Hubbard, la raíz de los problemas de Facebook se basa en que su modelo de negocio requiere que la gente permanezca en su página web para poder recopilar datos para la segmentación de publicidad. Eso le da a Facebook un incentivo para rastrear a sus usuarios y difundir la desinformación, un problema que no se resolverá por mucho que se deshaga de Instagram.

Para Stucke, no hay ninguna solución fácil. Descubrir la mejor manera de regular las compañías de tecnología implicará la coordinación muchas áreas legales distintas: propiedad, privacidad, protección al consumidor, propiedad intelectual y más. "Cuidado con cualquiera que ofrezca una solución simple", concluye.

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