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Yamen Saraiji ha liderado la creación de un par de brazos robóticos que emergen de una mochila y son controlados en remoto por un operador

Inteligencia Artificial

Conozca al hombre con cuatro brazos: dos robóticos y dos naturales

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Las extremidades mecánicas de Yamen Saraiji no las controla él sino otra persona en remoto gracias a la realidad virtual. Así es el primer prototipo de Fusión, que aspira a ampliar las capacidades físicas de  en situaciones como las cirugías complicadas e incluso en la exploración espacial

  • por Rachel Metz | traducido por Mariana Díaz
  • 09 Agosto, 2018

Yamen Saraiji tiene cuatro brazos, y dos de ellos le están dando un abrazo.

Estas cariñosas extremidades son largas, delgadas y robóticas, y están conectadas a la mochila que lleva puesta. Ambos brazos robóticos son controlados en remoto por otra persona que lleva un casco Oculus Rift VR. Gracias a ellas, el portador puede ver el mundo desde la perspectiva de Saraiji (las cámaras conectadas a la mochila aseguran un buen punto de vista) y manejar los controladores portátiles para dirigir las extremidades robóticas.

Después del abrazo, los brazos robóticos liberan a Saraiji. La mano derecha le choca los cinco y Saraiji sonríe.

Este profesor de la Escuela de posgrado de Diseño Visual de la Universidad Keio con sede en Tokio (Japón) dirigió el desarrollo de este proyecto de brazos robóticos en una mochila, llamado Fusión. El objetivo consistía en explorar cómo distintas personas pueden colaborar para controlar (o ampliar) el cuerpo de una de ellas. Aunque algunas de las situaciones que Saraiji me mostró a través de vídeo chat desde su laboratorio en Japón eran ridículas, cree que el dispositivo podría ser útil para cosas como la terapia física o dar instrucciones en remoto.

Además de abrazar y chocar los cinco, la persona que controla los brazos y las manos en remoto, el operador, puede recoger cosas y mover las extremidades robóticas. Pero también puede controlar las manos reales del portador de la mochila. Para ello solo hay que quitar las manos mecánicas y reemplazarlas con correas que se atan alrededor de las muñecas. El dispositivo, que Saraiji ha creado junto a sus compañeros de la Universidad de Keio y la Universidad de Tokio, se exhibirá en la conferencia Siggraph de gráficos por ordenador e interacción tecnológica en Vancouver (Canadá) este mes.

Los brazos robóticos se pueden atar al usuario

Fotos: Los brazos robóticos se pueden atar a las muñecas del usuario, lo que le da al operador remoto más control sobre los movimientos del brazo del usuario.

Se han llevado a cabo otros esfuerzos para crear extremidades adicionales. De hecho, esta no es la primera vez que Saraiji construye miembros robóticos destinados a unirse a un humano. La mayoría de los investigadores de Fusión y él ya construyeron MetaLimbs, un conjunto portátil de brazos y manos que un usuario controlaba con los pies.

Sin embargo, el enfoque de que sea otra persona la que controle las extremidades robóticas (alguien que puede estar en otra habitación u otro país y con realidad virtual) es algo diferente. Saraiji quería ver qué pasaría si alguien más pudiera sumergirse en su cuerpo y tomar el control.

La mochila incluye un ordenador que transmite datos de forma inalámbrica entre el portador del brazo robótico y el operador que controla las extremidades con realidad virtual (RV). El PC también se conecta a un microcontrolador, lo que le permite saber cómo colocar los brazos y las manos robóticas y cuánto hay que girar las articulaciones.

Los brazos robóticos, cada uno con siete articulaciones, emergen de la mochila junto con una especie de cabezal conectado. Este cabezal tiene dos cámaras para que el operador remoto pueda ver una retransmisión en directo y en realidad virtual de todo lo que el portador de la mochila está viendo. Cuando el operador mueve su cabeza en RV, los sensores rastrean ese movimiento y hacen que la cabeza robótica se mueva en consecuencia (puede girar hacia la izquierda o hacia la derecha, inclinarse hacia arriba y hacia abajo y pivotar de lado a lado, explica Saraiji).

 

 

Vídeo: El proyecto Fusión permite que una persona use un conjunto de brazos en la espalda mientras que otra persona los controla remotamente a través de realidad virtual.

El sistema portátil funciona con una batería de una hora y media de duración. Y es bastante pesado, casi rozando los 10 kilos. "Por supuesto, aún es un prototipo", señala Saraiji.

Mientras hablo con él, Saraiji se pone la mochila y recluta a un estudiante para que haga de controlador y le ayude a demostrarme cómo funciona. Así que le pido que recoja algo del suelo. Es un juguete amarillo, y aunque al principio cacharrea un poco con él, finalmente se las apaña para dárselo a Saraji. Luego, una de las manos robóticas le quita el juguete y se lo devuelve a Saraji nuevamente. Después, Saraiji camina por detrás del operador, lo que le permite utilizar los brazos robóticos para masajearse el cuello. Los dedos pueden hacer varias cosas gracias a los distintos botones del controlador de Oculus. El operador puede mover el meñique, el anular y el dedo medio de cada mano robótica simultáneamente con un solo botón, mientras que el pulgar y el índice tienen sus propios controles.

El investigador principal del MIT (EE. UU.) Hermano Igo Krebs, que lleva décadas estudiando robótica para rehabilitación, no cree que el proyecto sea práctico para ese fin. Pero sí cree que podría ser útil en otras muchas situaciones diferentes; como ayudar a un astronauta en el espacio exterior, por ejemplo, o a un paramédico con un procedimiento médico que no domina.

A Saraiji le gustaría convertir el prototipo en un producto real, así que está trabajando con sus compañeros para presentarlo a una aceleradora de start-ups de Tokio.

Inteligencia Artificial

 

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