Más allá de la genética, el CEO de Ribera Salud, Alberto de Rosa, cree que la salud es una cuestión de prevención. Defensor de la innovación, critica que el sector sanitario no avanza a la velocidad suficiente y apuesta por un modelo colaborativo en el que el ciudadano asuma más responsabilidad
"En el futuro van a faltar médicos", alerta el CEO del grupo de gestión sanitaria Ribera Salud, Alberto de Rosa. En su opinión, el sector sanitario en España debe prepararse para esta posible situación e innovar de forma urgente para que la atención hospitalaria no quede obsoleta. Cree que las instituciones públicas necesitan modernizarse y evolucionar al compás de las sociedades cambiantes actuales, en las que incluso las enfermedades son distintas a las de antes.
De Rosa está seguro de que la tecnología construirá un sistema sanitario más ágil y cercano, con hospitales más pequeños e ingresos más cortos. Pero, para lograrlo, afirma que la sociedad también tiene trabajo que hacer. Considera necesario un cambio cultural que reduzca la reticencia de algunas personas a convivir con una atención médica más tecnológica y a convertirse en agentes activos para mantener propia salud.
Una de las 10 Tecnologías Emergentes que MIT Technology Review ha seleccionado en 2018 son los estudios genéticos masivos, capaces de encontrar rasgos comunes en el ADN de las personas para predecir posibles enfermedades. ¿Cómo valora esta nueva tecnología?
No tengo dudas de que estas tecnologías van a transformar la sanidad como la conocemos hoy día. Si pienso en los hospitales del futuro, ya no me imagino esos grandes centros de 1.000 camas, sino hospitales pequeños, con pocas camas, pero con mucha tecnología. Las UCI [Unidades de Cuidados Intensivos] serán más grandes porque podremos intervenir a gente cada vez más mayor. Además, contaremos con procesos más ágiles y la gente pasará cada vez menos tiempo allí ya que, gracias a la tecnología, el ciudadano podrá tener desde su casa una atención casi individualizada de médicos o enfermeros a través de herramientas de telemedicina.
Ese es el modelo hacia el que vamos, y su principal barrera es cultural. Aún partimos de un concepto tradicional en el que asociamos la sanidad como un sector algo estático, pero cuando seamos capaces de interiorizar que la tecnología va a darnos soluciones mucho más inmediatas, nos aproximaremos cada vez más a esos hospitales del futuro.
¿Qué piensa de la aplicación del big data y de la inteligencia artificial tanto en la ciencia como en la gestión empresarial?
Estoy convencido de que el big data y la inteligencia aumentada (prefiero llamarla así), van a ayudar mucho al sector. Pero no podemos obviar que aún nos enfrentamos a grandes retos: hay que trabajar para que la información sea confidencial y tener claro el uso que se hace de la misma. Y, sobre todo, no podemos perder el foco central, que es poner a disposición del ciudadano y de su cuidador toda esa información organizada para que ambos puedan asumir parte de responsabilidad en sus cuidados personales.
Desafortunadamente, creo que el sistema sanitario aún no es muy innovador, todavía le queda un largo camino por recorrer. Tiene que ser mucho más permeable al ciudadano, más ágil y flexible ante los retos de la innovación tecnológica que abren las sociedades cambiantes.
¿Qué valor están aportando las nuevas tecnologías a su negocio? ¿Y a los usuarios?
La enfermedad, al final, es un fracaso para el sistema. Es cierto que es una cuestión de la naturaleza, pero también hay que vivirla como un fracaso del sistema en el que se tiene que trabajar con el ciudadano para tratar de alargar lo máximo posible su estado de bienestar y salud. Están cambiando muchos factores del sector: la sanidad, la sociedad e, incluso, las propias enfermedades. La gente hoy vive mucho más, tiene enfermedades crónicas que exigen un largo periodo de relación con el sistema sanitario y, en el fondo, mientras no haya una desventaja grande, no hace falta tener que ir presencialmente al médico. La tecnología puede, por tanto, permitir al sistema sanitario que sea más ágil, cercano y resolutivo.
Una de las iniciativas para nutrir ese trabajo colaborativo fue nuestro portal de salud, ideado para que el ciudadano pudiera participar en la gestión de su propia enfermedad. Gracias a esta plataforma, que ya utilizan más del 50 % de nuestros pacientes, se pueden comunicar directamente con su enfermero o su médico.
En este ejercicio de empoderar al ciudadano, la tecnología es la palanca de cambio, la que acerca la sanidad a cada individuo. Y esto no es ciencia ficción, la medicina basada en las "5P" ya es una realidad: poblacional, predictiva, preventiva, proactiva y personalizada. Hoy la salud la tenemos todos en el bolsillo porque el móvil es una herramienta de salud de primer nivel que siempre nos acompaña.
Estas nuevas tecnologías están favoreciendo la entrada de empresas ajenas al sector que han detectado nuevas oportunidades de negocio. Por ejemplo, Amazon se ha lanzado al mercado a través de una joint venture junto a JPMorgan y Berkshire Hathaway. ¿Cómo se están preparando ante estos nuevos competidores?
Nuestra primera reacción es de sorpresa. La segunda es pararnos a analizar las razones que mueven a estas empresas a introducirse en un sector que, a priori, les es ajeno y estudiar el valor que pueden aportar a la sanidad.
Muchas veces erramos al pensar que somos más expertos en una materia por llevar muchos años en un sector. Hoy las reglas del juego han cambiado, es precisamente la tecnología la que está rompiendo esos esquemas y esas barreras tradicionales que existían antes. Por eso, no nos tiene que parecer tan raro que compañías de fuera introduzcan su experiencia en otros ámbitos. Estas iniciativas se vuelven interesantes en la medida que hacen que grandes compañías ayuden a que se normalicen estos conceptos de transformación y de cambio en el sector público.
Pero no podemos olvidar que esa visión tecnológica debe llevar siempre de la mano el concepto de humanización, cercanía y calidez en la atención de profesionales sanitarios. El caso ideal llegaría de la fusión de ambas visiones, ya que el sanitario es un sector que lleva años de transformación en la superficie, pero no tantos de transformación de fondo.
Según el OCSE, en los próximos cinco años se prevé que faltarán en el mercado laboral más de cuatro millones de "empleados digitales". ¿Está ya afectando esta tendencia a su sector?
Nosotros aún no lo estamos notando, pero es verdad que en el sistema sanitario tenemos que estar preparados y ser conscientes de que en el futuro van a faltar médicos, profesionales relacionados con la tecnología y empleos de altísima cualificación.
Eso es un problema en el que las autoridades deben tomar partido y actuar al ritmo que requiere esa sociedad en permanente transformación. Y, nosotros, como organizaciones, debemos ser capaces de atraer y retener a ese talento. Nuestro objetivo es estar en la vanguardia tecnológica siempre porque, para retener al mejor talento, hay que apostar por la innovación y por la transformación digital.
Incorporar nuevos equipos y líneas de trabajo requiere un cambio organizacional: aceptar nuevos riesgos, adoptar la cultura del error… ¿Cómo se trasmitió esta necesidad de innovar al Consejo de Administración y a la organización?
Ribera Salud tiene cultura digital; nacimos con la innovación y con el uso de la tecnología al uso del paciente. Fuimos, de hecho, la primera compañía dentro del sistema público español que introdujo la historia clínica electrónica.
Para mí, el concepto de transformación cultural es fundamental en una organización. Al principio, la gente es reacia a hacer cosas diferentes, pero cuando consigues involucrarles y hacerles protagonistas de ese proceso y que vean que el esfuerzo de adaptarse a nuevas metodologías facilita su trabajo y mejora la atención al ciudadano, entonces logras resultados. Se crea así una inercia muy positiva en la compañía en la que va sumándose la creatividad, los ambientes ágiles e innovadores que logran mantener el talento. Apostamos por una cultura de innovación que va desde abajo hacia arriba.
¿Cómo está afrontando como CEO los desafíos que plantea la transformación digital?
Como CEO he tenido la suerte de liderar un proceso de introducción de la tecnología en el sistema sanitario cuando no había aún esa experiencia digital en el sector. Si me remonto 20 años atrás, el papel más relevante fue el capitanear ese cambio cultural interno ante las dificultades que surgían por nuestra condición de pioneros. Había que impulsarlo y transmitir confianza a la gente de que estábamos dando los pasos correctos. Y, aún hoy, el desafío sigue siendo saber proyectar con seguridad que estamos caminando hacia el futuro.