Cadenas de bloques y aplicaciones
La nueva moda de pasear el 'smartphone' y sus diferencias de género
Cada vez más gente camina por la calle con su móvil en la mano aunque no lo esté usando. Esta investigación revela que las mujeres son mucho más propensas a este nuevo fenómeno que los hombres, pero las razones podrían variar entre la seguridad, el estatus y las relaciones románticas
Es poco probable que conozca a alguien que, a día de hoy, no tenga un smartphone. Personas de todas las edades y grupos socioeconómicos han incorporado este dispositivo en su vida cotidiana, lo que lo ha convertido en una herramienta estratégica para las relaciones humanas, tanto sociales como laborales. Y como era de esperar, la revolución de los teléfonos inteligentes también ha dado lugar a nuevos comportamientos humanos.
Ahora podemos descubrir un poco más sobre uno de estos nuevos comportamientos gracias al trabajo de los investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago (EE. UU.) Laura Schaposnik y James Unwin, quienes han descubierto un fenómeno asociado al smartphone que había pasado desapercibido hasta ahora.
El equipo ha bautizado a este nuevo comportamiento como "pasear el teléfono". Esta conducta implica sostener un smartphone durante un buen rato sin llegar a usarlo de verdad. Sorprendentemente, parece que muchos peatones lo hacen. Pero lo más curioso es que los hombres y las mujeres pasean sus teléfonos de formas muy diferentes. Schaposnik y Unwin han intentado descubrir cómo ha surgido este fenómeno y a qué se deben las diferencias de género.
Los investigadores comenzaron su trabajo estudiando a más de 3.000 peatones adultos en seis puntos del centro de París (Francia). Poco más de la mitad de los peatones eran mujeres y la edad media de la muestra era de alrededor de 35 años.
Los investigadores observaron a cada persona desde una distancia de entre 20 metros y 30 metros. Anotaron su género y si estaban solos, en pareja o en un grupo más grande. También tuvieron en cuenta si los transeúntes llevaban visiblemente un teléfono inteligente y, de ser así, si lo estaban usando. En caso contrario, el equipo etiquetaba a esas personas como paseadores de teléfonos.
Después, Schaposnik y Unwin analizaron los datos para identificar patrones. Los resultados son interesantes. De los 3.038 adultos que observaron, 674 eran paseadores de teléfono, un 22 % del total. No obstante, hubo diferencias significativas entre géneros. El porcentaje de paseadores de teléfonos hombres fue del 20 %, mientras que, en el caso de las mujeres, la cifra ascendía al 33 %.
Pero los resultados revelan algo aún más llamativo en la forma de pasear el teléfono cuando hombres y mujeres iban en pareja. Entre las personas que caminan solas, el 30 % de los hombres fueron clasificados como paseadores de teléfonos, frente al 37 % de las mujeres. Entre parejas de mujeres, el 40 % paseaba sus teléfonos; mientras que entre parejas de hombres la cifra baja hasta el 24 %. Sin embargo, la conducta de pasear el teléfono fue dramáticamente menos común en parejas mixtos, con solo un 18 % de etiquetados.
De hecho, la tasa de llamadas telefónicas entre las mujeres se redujo en casi un 30 % cuando caminaban acompañadas por un hombre. En el caso de los hombres, sus llamadas se reducían un 23 % cuando caminaban acompañados por una mujer.
¿Por qué el comportamiento entre las parejas mixtas es tan diferente? Schaposnik y Unwin tienen algunas ideas para contestar a esta pregunta.
Un factor importante es si el hombre y la mujer son una pareja romántica. Investigaciones previas han demostrado que las parejas de peatones de sexo mixto tienen más probabilidades de estar en una relación. Schaposnik y Unwin sugieren que esto debería tener un impacto en su comportamiento a la hora de sujetar su teléfono.
La razón es que la presión social estipula que las personas deben responder a los mensajes dentro de marcos de tiempo específicos. "Si uno quiere ser parte de una conversación que está en constante evolución, los dispositivos móviles deben estar siempre a mano para poder usarse al instante", señalan Schaposnik y Unwin y añaden: "Por lo tanto, existe una necesidad común entre las personas de indicarse a sí mismas y a quienes les observan que están disponibles y listos para recibir cualquier comunicación entrante". Eso explicaría por qué hay tantas personas con tendencia a pasear su teléfono sin usarlo.
Los estudios sugieren que las parejas románticas que se envían mensajes de texto esperan una respuesta en cinco minutos. Pero, por supuesto, esta presión disminuye cuando están físicamente presentes.
Schaposnik y Unwin explican que esto es por lo que las parejas mixtas tienen a pasear menos su teléfono. Básicamente se trata de que no necesitan seguir revisando sus dispositivos para recibir un mensaje de su pareja. "Como es más probable que una fracción de las parejas observadas del mismo sexo se encuentren comprometidas en una relación romántica, esto podría explicar la disminución de la conducta de pasear el teléfono frente a parejas de un solo sexo", señalan los investigadores.
Pero esta tendencia también puede estar relacionada con otro fenómeno: las personas que mantienen una relación romántica pueden estar menos interesadas en el resto de sus relaciones sociales. "La observación de que pasear el teléfono es menos frecuente entre parejas distinto sexo podría ser un ejemplo específico de un abandono más amplio de otras relaciones para las personas cuando tienen relaciones románticas estables", afirma la investigación.
Hay otros factores también pueden influir en este fenómeno. Los investigadores señalan la creciente evidencia de que las personas pueden desarrollar una dependencia psicológica hacia sus teléfonos. "Es concebible que la simple manipulación del objeto pueda conducir a una disminución correspondiente de la tensión o la ansiedad frente a cuando llevan el teléfono en un bolso o en un bolsillo", añaden. De hecho, se sabe que las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar este tipo de dependencia y esto podría explicar la diferencia general de género.
Otro factor potencial es la seguridad. Sostener un teléfono hace que sea menos probable que el dispositivo sea robado. También demuestra una conexión potencial con otro ser humano que podría disuadir a algunos tipos de delincuentes. "Parece bastante plausible que las personas puedan sostener sus teléfonos para su seguridad personal contra las amenazas percibidas, en forma de una señal de advertencia visible para los posibles atacantes", dicen Schaposnik y Unwin.
Por último, está la idea de ver los smartphones como un indicador de un cierto estatus socioeconómico. "Al llevar un dispositivo móvil de forma visible para el resto, incluso cuando no se usan, los humanos están mostrando su estatus social", explican los investigadores. De hecho, tal comportamiento podría ser aún más sutil, y podría querer demostrar que el usuario está esperando un mensaje de otro ser querido y que, por lo tanto, no está disponible para un vínculo romántico.
Es un trabajo interesante, pero está claro que todavía queda mucho trabajo por delante. El comportamiento de las personas en una gran ciudad europea como París podría ser razonablemente representativo para sociedades occidentales relativamente acomodadas. Pero no es difícil imaginar que los smartphones desempeñan un papel diferente en otras sociedades, y que los patrones de uso también pueden ser diferentes allí.
También podría ser útil preguntar a quienes pasean su teléfono si están en una relación o no. ¿Podría ser que este fenómeno se esté convirtiendo en una especie de indicador social para mostrar el estado romántico de una persona? Tal vez, pasear un teléfono sea el equivalente a llevar un anillo de boda.
Claramente hay más trabajo por hacer. Y es probable que en este momento Schaposnik y Unwin lo estén planeando, mientras sujetan sus teléfonos inteligentes y esperan mensajes de texto.
Ref: arxiv.org/abs/1804.08753 : The Phone Walkers: A Study Of Human Dependence On Inactive Mobile Devices