Los auriculares Pixel Buds de Google nos adelantan al futuro de la traducción en directo, a pesar de que el hardware actual sea un poco torpe
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¿Qué? La traducción casi en tiempo real ahora funciona para una gran cantidad de idiomas y es fácil de usar.
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¿Por qué? En un mundo cada vez más globalizado, el lenguaje sigue siendo una barrera para la comunicación.
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¿Quién? Google, Baidu.
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¿Cuándo? Ya.
En el clásico libro de ciencia ficción Guía del Autoestopista Galáctico, los personajes se introducen un pez Babel amarillo en el oído para obtener traducciones al instante. En el mundo real, Google ha creado una solución intermedia: un par de auriculares que cuestan unos 130 euros, llamados Pixel Buds. Los cascos son compatibles con los smartphones Pixel de la compañía y la app Google Translate, que traduce un discurso, prácticamente, en tiempo real.
Una persona utiliza los auriculares mientras otra sostiene un teléfono. La persona con los cascos habla en su idioma (los auriculares vienen con el inglés de forma predeterminada), la aplicación traduce el mensaje oral y lo reproduce en voz alta a través del teléfono. La persona que sostiene el teléfono responde; esta respuesta se traduce y se reproduce por medio de los auriculares.
Google Translate ya tiene una función de conversación y sus aplicaciones para iOS y Android permiten que dos usuarios hablen; identifica automáticamente qué idiomas están usando y los traduce. Sin embargo, el ruido de fondo puede dificultar que la aplicación entienda lo que dice la gente, y también hace que le cueste más identificar cuando la gente deja de hablar y debe empezar a traducir.
Pixel Buds soluciona todos estos problemas porque el usuario debe mantener un dedo sobre el auricular derecho mientras habla. Al dividir la interacción entre el teléfono y los auriculares, cada persona tiene el control de un micrófono y puede mantener contacto visual, ya que no necesita estar pendiente de pasar el teléfono a su interlocutor.
Los Pixel Buds fueron criticados por su diseño mediocre. El usuario tiene una pinta ridícula cuando los lleva puestos y puede que no encajen bien en su oído. También pueden ser difíciles de configurar con un teléfono. Sin embargo, un hardware mal diseñado se puede arreglar. Pixel Buds muestra la promesa de comunicación comprensible entre idiomas distintos en tiempo real. Y no se necesita ningún pez amarillo como el de Guía del Autoestopista Galáctico.