A pesar de los esfuerzos de la OMS y de las propias plataformas por controlar la información falsa y el odio, la avalancha de contenido ha sido imparable. No obstante, las redes sociales también han viralizado datos veraces y se han convertido en un espacio para el duelo colectivo y la solidaridad
El Gobierno de EE. UU. ha presentado un decálogo que sus agencias deberán seguir cuando propongan nuevas regulaciones sobre inteligencia artificial para el sector privado. Tras los avances de China en este campo, el anuncio supone un cambio radical frente a su postura anterior de no interferir en la industria
El año pasado se habló más que nunca sobre los peligros de la inteligencia artificial, pero se hizo muy poco al respecto, como demostró el fallido comité de Google. Ahora, la industria debe empezar a tomar medidas tangibles para que la tecnología sirva exclusivamente para ayudarnos a prosperar
Así lo demuestra un nuevo estudio de 'big data' basado en datos de registros de teléfonos móviles. Aunque las causas de este fenómeno no están claras, parece que podría deberse a un racismo institucional que dota de menos recursos a los distritos de rentas bajas
El Gobierno de San Francisco tiene prohibido usar esta tecnología, pero la norma no afecta a las compañías privadas, cuyos fines pueden ser igual de discriminatorios que los públicos. El debate, tanto a nivel ciudadano como usuario, está servido
Un nuevo proyecto de ley intenta obligar a los gigantes a que controlen sus productos de inteligencia artificial para evitar la discriminación y la desinformación. El mayor problema sigue siendo que solo unos pocos políticos entienden de verdad la tecnología y sus posibles consecuencias negativas
El Departamento de Vivienda y Urbanismo de EE. UU. ha demandado a la red social tras descubrir que su algoritmo de publicidad ofrece un acceso desigualitario a los anuncios de vivienda y empleo. Por ejemplo, los trabajos relacionados con secretaría se muestran mayoritariamente a mujeres
Una investigación revela que la mayoría de estos algoritmos funciona con información sesgada hacia las minorías a causa de los comportamientos corruptos de los propios cuerpos de seguridad. Se trata de un lavado de cara tecnológico que hace creer que las decisiones algorítmicas son justas
A medida que la inteligencia artificial penetra en la sociedad y se usa para tomar decisiones que afectan a las personas, aumenta el problema de los algoritmos sesgados. El reto es que son muy difíciles de identificar y más aún de corregir. Le explicamos por qué
Esta tecnología cada vez es más usada por empresas y gobiernos con distintos fines. Más allá del problema de los sesgos, la capacidad de reconocer caras puede atentar contra los derechos civiles de las personas. Es necesario reforzar la regulación para evitar que se abuse de ella