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El nivel de amigos en común revela la fuerza de la relación entre dos personas
"Cuantos más amigos (en común), más me arrimo" podría ser el título de esta investigación que confirma algunas observaciones sociológicas de mediados del siglo XX. En concreto, demuestra que cuantos más vínculos en común tengan dos personas más vinculadas están entre ellas
La red de vínculos entre individuos (su red social) ha fascinado a los sociólogos desde hace mucho tiempo. Estas redes no son aleatorias pero tampoco están totalmente ordenadas. Ocupan un terreno intermedio en el que las personas están muy vinculadas a unos pocos individuos que conocen bien, tienen vínculos más débiles en un grupo más grande de amigos y compañeros de trabajo, y muestran otros enlaces extremadamente débiles con una amplia gama de conocidos ocasionales.
Los sociólogos miden la fuerza de estos vínculos mediante una variedad de indicadores, tales como la frecuencia con que una persona llama a otra, si esa llamada es recíproca, el tiempo que ambas personas pasan hablando, etcétera. Pero estos indicadores a menudo son difíciles de medir y requieren mucho tiempo. Así que, a los teóricos de la red les encantaría tener alguna forma de medir esa fuerza entre los enlaces desde la estructura de la propia red.
Foto: La estructura de pajarita en una red social revela la fuerza de los vínculos.
Hoy, ven su deseo concedido gracias al trabajo de la investigadora de la Universidad de Harvard en Massachusetts (EEUU) Heather Mattie y algunos compañeros. El equipo afirma haber encontrado un patrón especial en los vínculos entre individuos que revela la fuerza que hay entre ellos. El patrón forma una estructura topológica que se asemeja a una pajarita.
El método del equipo es sencillo. Mattie y su equipo estudian la fuerza de los enlaces en dos redes sociales de entornos muy diferentes.
El primero es la red de vínculos entre casi 70.000 personas en 75 aldeas rurales de la India. Los científicos sociales reconstruyeron la red a través de encuestas diseñadas para recopilar información social relevante. Esta encuesta incluía preguntas sobre qué amigos y parientes visitaban la casa del encuestado; qué personas le pedían algo prestado, recibían su consejo médico o les acompañaban al templo; y así sucesivamente.
Esto permitió a los investigadores reconstruir una red social formada por 37.000 aristas entre 17.000 personas para las que disponían de información completa. Luego, utilizaron el número de vínculos sociales de las encuestas como una medida de fuerza para los enlaces sociales entre las personas. Así que, si dos personas eran parientes que se visitaban en casa, iban juntos al templo y se prestaban dinero, cada uno de estos factores contribuiría al vínculo entre ellos.
Los investigadores también construyeron la red social entre usuarios de teléfonos móviles de un país europeo no identificado. Debido al tamaño de la red, el equipo eligió al azar 500.000 personas y luego construyó la red social utilizando el número y la duración de las llamadas entre ellos. Asumieron que el vínculo era más fuerte si las llamadas eran recíprocas y si el tiempo total dedicado a hablar era elevado.
Después, el equipo examinó la estructura de ambas redes. Para cada par de individuos, construyeron la red de amigos que tenían en común y la red de los que no tenían en común. El resultado es una estructura que se parece a una pajarita (ver diagrama). A continuación, analizaron este tipo de redes.
La lectura de sus resultados es interesante. El equipo se encontró con que el número de amigos que los pares de individuos tienen en común está fuertemente correlacionado con la fuerza del vínculo entre ellos, resultado que coincide con el que se obtiene midiendo de otras maneras. Esto es independientemente de que las personas estén vinculadas por registros de teléfonos móviles o por lazos sociales en aldeas rurales indias.
Este resultado recoge los hallazgos de dos de los primeros investigadores que trabajaron en redes sociales. El primero proviene de la influyente antropóloga Elizabeth Bott, que en 1957 publicó un libro llamado Family and Social Networks. En este libro planteó la hipótesis de que el grado de agrupamiento en la red de un individuo podría alejar a la persona de un vínculo con otra. En otras palabras, si usted es parte de un grupo de amigos o parientes cercanos, es menos capaz de establecer vínculos fuertes fuera de ese grupo.
El segundo resultado proviene del sociólogo estadounidense Mark Granovetter, que en 1969 escribió un artículo muy influyente llamado The Strength of Weak Ties (La fuerza de los vínculos débiles). En esta publicación sugirió que cuanto más fuerte sea el lazo entre dos personas, mayor será la fracción de amigos que tendrán en común.
El esquema de la pajarita captura ambas ideas. "Ambos conjuntos de datos proporcionan pruebas que respaldan la hipótesis de vínculos débiles y la hipótesis de Bott", señalan Mattie y su equipo. El nuevo hallazgo tiene implicaciones interesantes. Sugiere que medir la fuerza de los vínculos entre individuos es sencillo si simplemente se examina la estructura de su red social. "Esta estructura local permite análisis factibles desde el punto de vista computacional para redes de cualquier tamaño", dicen los investigadores. Y debería permitir una prueba adecuada de la hipótesis original de Bott, que ella aplicó a parejas y familias casadas. "Esto permitiría probar la versión original de la hipótesis de Bott, en lugar de la forma generalizada que presentamos aquí", afirma la investigación.
El trabajo también muestra cómo las redes sociales pueden revelar más sobre las personas de lo que ellas mismas quieren mostrar. Los resultados de Mattie implican que la forma de tu red social no sólo revela de quién eres amigo, sino también con qué fuerza está vinculado a esa persona. No todo el mundo va a estar contento con eso.
Ref: arxiv.org/abs/1710.04177: The Social Bow Tie.