Los cascos de realidad virtual suelen dejar un espacio para las gafas entre la pantalla y los ojos del usuario, pero resulta incómodo y puede interferir con la calidad de las imágenes mostradas.

Esta incomodidad puede suponer un nuevo nicho de negocio para EyeNetra, una start-up cuyos dispositivos guiados por smartphone pueden deducir la graduación de tus gafas de forma similar a las abultadas máquinas que se encuentran en la consulta de un oculista (ver Ya es posible revisar la vista con un 'smartphone' y desde casa). La empresa quiere averiguar si su tecnología podría definir la graduación necesaria para los cascos de realidad virtual. Si lo consiguiera, los fabricantes podrían emplear esa graduación para adecuar las lentes del casco o las imágenes de la pantalla a las condiciones de visión de cada usuario. El objetivo es que la experiencia de la realidad virtual, que se prevé como una tecnología cada vez más popular según avancen los años, sea más fácil y cómoda para las millones de personas que llevan gafas.

La gran afluencia de dinero invertido en los últimos siete años tanto para el desarrollo de cascos y de videojuegos de realidad virtual ha supuesto un gran impulso para la tecnología. Varios cascos de realidad virtual se lanzarán al mercado en un futuro próximo: Oculus, propiedad de Facebook, planea empezar a comercializar su casco Rift durante el primer cuatrimestre del año que viene; y una nueva versión del casco Gear VR de Samsung, que se desarrolló junto con Oculus y depende de un smartphone de Samsung como su pantalla y procesador, estará disponible en noviembre.

EyeNetra ha empezado a montar un nuevo prototipo, que esencialmente es una adaptación del dispositivo ya existente de la empresa Netra. Este aparato consiste en un visor de mano que depende de un smartphone para calcular el error refractivo, que se refiere a la incapacidad de enfocar la luz debido a la forma del globo ocular del usuario (para juzgar esto, un usuario acerca un Netra a los ojos y utiliza diales para alinear las imágenes mostradas en pantalla, y el software ayuda a decidir el resultado). Para el prototipo, dice el cofundador y director de tecnología de EyeNetra, Vitor Pamplona, la empresa intenta combinar la capacidad de Netra de realizar una prueba refractiva con una pantalla de realidad virtual que puede utilizar los datos resultantes acerca de las debilidades de enfoque y ajustar las imágenes mostradas.

Ramesh Raskar, otro cofundador y el científico jefe de EyeNetra, que es profesor adjunto del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massacusetts (MIT, EEUU), dice que la empresa ya mantiene relaciones con algunos fabricantes de cascos de realidad virtual (que rehusó nombrar). Esto podría ayudar a incluir la tecnología de EyeNetra para medir el error refractivo de los usuarios. Entonces se podría simplemente sustituir las lentes del casco con otras más adecuadas para el usuario.

Raskar señala que determinar la graduación para la realidad virtual podría diferir un poco de la graduación de unas gafas convencionales, puesto que las gafas deben mostrar al usuario los objetos más cercanos con la mayor nitidez posible. Los cascos de realidad virtual, por el contrario, quieren ofrecer un campo visual más amplio que puede que incluso llegue a envolver la cara del usuario.

También, a diferencia de la graduación de unas gafas, no será necesario que un optómetro u oftalmólogo defina la graduación para la realidad virtual, puesto que a diferencia de las gafas, los cascos no serán considerados como dispositivos médicos.