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Inteligencia Artificial

Las obras de ficción que sí entendieron cómo será el futuro de la inteligencia artificial

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La mayoría de las novelas y películas de robótica futurista no son más que eso, ficción. Pero hay unos cuantos títulos que sí han conseguido reflejar la profundidad de las implicaciones de un mundo repleto de robots inteligentes

  • por Brian Bergstein | traducido por Patricia R. Guevara
  • 02 Noviembre, 2017

Incluso las aplicaciones más futuristas de la inteligencia artificial (IA), desde los mayordómos robóticos hasta los escáneres de salud instantáneos, ya nos resultan familiares. Aunque aún estén lejos de convertirse en realidad, estos conceptos han sido un recurso inagotable y recurrente de la cultura pop. En el cine, probablemente haya visto la inteligencia artificial como una amenaza en Terminator o 2001: Una odisea en el espacio; como casi una destructora del mundo en Juegos de guerra; como dueña de la humanidad en Matrix; o como una compañera en Her y en la película que hicieron juntos Stanley Kubrick y Steven Spielberg llamada A. I. Inteligencia Artificial. Pero muchas historias, obras de teatro, programas de televisión y películas menos conocidas también destacan por su realista percepción sobre cómo nos afectará la sofisticación de la inteligencia artificial.

The Machine Stops (La máquina se para), por E. M. Forster, 1909

La humanidad, en su deseo de comodidad, se había excedido. Había llevado la explotación de las riquezas de la naturaleza demasiado lejos. Silenciosa y complaciente, se estaba hundiendo en la decadencia, y el progreso había llegado a convertirse en el progreso de la Máquina.

Esta breve historia tiene lugar en un futuro escalofriantemente parecido a la Singularidad imaginada por Ray Kurzweil, excepto que aquí se trata del paso final antes del fin del mundo, en lugar de ser el epítome de una iluminación asistida por computadora. Todos se sientan solos en una sala subterránea, escuchando o dando conferencias a amigos que siempre están en algún lugar lejano; y se aparecen entre sí en una forma parecida a los hologramas, porque en ese escenario la vida se trata solo de una discusión interminable de ideas, más que de la experiencia física. La Máquina se ocupa de todas sus otras necesidades; al menos, por un tiempo.

R. U. R. (Robots Universales Rossum), por Karel Capek, 1920

"'¡Robots del mundo! Nosotros, la primera unión de los Robots Universales de Rossum, declaramos que el hombre es nuestro enemigo y la plaga del universo". ¿Quién demonios les enseñó a usar frases como ésa?".

Esta obra teatral acuñó el término "robot" en el lenguaje a partir de la palabra checa "robota", que significa "trabajo forzoso" (ver INFOGRAFÍA: La robótica pasa del 'hierro' a la inteligencia artificial). Trata de la arrogancia del dueño de una fábrica que no puede resistir la tentación de automatizar la mayor cantidad de trabajo posible, hasta que las "personas artificiales" que crea que se vuelven contra él y contra el resto de la humanidad.

There Will Come Soft Rains (Vendrán lluvias suaves), por Ray Bradbury, 1950

"Señora McClellan, ¿qué poema le gustaría esta noche?" La casa estaba en silencio. La voz dijo al fin: "Como no expresa usted ninguna preferencia, seleccionaré un poema al azar".

Un hogar inteligente que, en el año posapocalíptico 2026, ha sobrevivido a sus ocupantes humanos, pero aún cocina para ellos e intenta guiarlos a través de sus rutinas diarias.

Humanos, debutó en 2015

Hobb: "Robert, estas máquinas tienen consciencia".

Robert: "¿Cómo sabes que no están simplemente simulándolo?"

Hobb: "¿Cómo sabemos que no?"

Imagínese el mundo de hoy, con la salvedad de que unas personas artificiales llamadas Synths manejan el trabajo duro en fábricas, campos agrícolas y hogares. Esta serie de televisión es apasionante porque explora sus implicaciones en muchos niveles. ¿Cómo erosiona el trabajo robótico la motivación y el sentido de propósito de los seres humanos? ¿Y qué pasa si algunos de estos Synths fueran capaces de sentir y pensar por sí mismos? La serie recuerda a R. U. R. y, de hecho, el apellido de un personaje que piratea robots de manera legal es Capek.

Chappie, 2015

"Chappie, en la vida, mucha gente te dirá lo que no puedes hacer. Y sabes qué, nunca debes hacerles caso".

A diferencia de una máquina codificada bajo las Tres Leyes de la Robótica de las historias de Isaac Asimov (ver Las leyes de Asimov no sirven para controlar a los robots asesinos), el robot policial Chappie de esta película, al principio, no sabe cómo comportarse. Debe aprender qué es lo correcto y lo incorrecto mediante la observación del mundo. Esa inocencia infantil se vuelve problemática cuando es robado por dos delicuentes que intentan utilizarlo para cometer un crimen. Como el psicólogo y empresario de inteligencia artificial Gary Marcus escribió en The New Yorker, "Chappie puede entenderse como un apasionado alegato a favor de la educación moral, no sólo para los humanos, sino también para nuestros futuros compañeros de silicio" (ver Un niño de dos años inspira una IA más humana​).

Speak (Habla), por Louisa Hall, 2015

Ramona aprendió por el bien de su muñeca. Corrió con ella en la mano para que su muñeca pudiera sentir movimiento. Nunca se pelearon. Eran perfectas la una para la otra. La muñeca de mi hija era un espejo suavemente borroso que le sostuve en la cara.

Los recuerdos de un creador de muñecas inteligentes y otros cuatro personajes (que viven en diferentes periodos de tiempo desde 1663 hasta 2040) se entrelazan en esta novela para explorar las similitudes fundamentales entre la inteligencia, la memoria y la expresión humanas y artificiales (ver El día que los humanos empezaron a llorar a sus compañeros robots caídos en guerra).

Inteligencia Artificial

 

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