Los ingenieros están desarrollando un traje más flexible—justo lo que se necesita para una misión a la luna.
Si la NASA regresa a la luna en 2020 tal y como tiene planeado, los astronautas saldrán en un traje espacial completamente nuevo. Les proporcionará una nueva movilidad y flexibilidad sobre la superficie lunar y, al mismo tiempo, les protegerá de la dureza de su atmósfera. El traje será capaz de mantener la vida hasta 120 horas e incluso estará equipado con un ordenador vinculado directamente con la Tierra.
El nuevo diseño también permitirá a los astronautas trabajar fuera de la Estación Espacial Internacional (EEI) y será apropiado para los viajes a Marte, tal y como delinea el programa de exploración de la NASA, llamado Constellation. “Los trajes actuales simplemente no pueden realizar todo lo que necesitamos que hagan,” afirma Terry Hill, el director de proyecto de ingeniería de traje espacial en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. “Tenemos un diseño completamente nuevo, algo que nadie ha hecho hasta ahora.”
La NASA ha propuesto un diseño plug-and-play, por lo que los mismos brazos, piernas, botas y cascos se puedan usar con distintos torsos. “Se trata de un traje reconfigurable capaz de hacer el trabajo de tres trajes especializados,” afirma Hill. La agencia espacial ha otorgado un contrato de 500 millones de dólares y 6,5 años para el diseño y desarrollo del traje espacial Constellation a Oceaneering International, con sede en Houston, y dedicada principalmente a la fabricación de equipamiento para la exploración en aguas profundas. Oceaneering se ha asociado con David Clark Company, localizada en Worchester, Massachusetts, que hasta ahora se ha dedicado al desarrollo de trajes espaciales para la agencia estadounidense desde los años 60.
En el trasbordador espacial los astronautas actualmente visten dos tipos de traje espacial El Advanced Crew Escape Suit (ACES) se lleva puesto durante las fases de lanzamiento y ascensión. Es suave, basado en tela, y protege contra la pérdida de presión atmosférica o la exposición a agua fría en caso de un aterrizaje en el océano, además de proporcionar un sistema de refrigeración para regular la temperatura corporal del astronauta. El ensamblaje completo consta de un paquete de supervivencia, un sistema de oxígeno de emergencia, y un paracaídas personal para que los astronautas puedan saltar del trasbordador durante la fase de aterrizaje.
Los astronautas se ponen un segundo traje, llamado Extravehicular Mobility Unit (EMU), cuando llevan a cabo tareas fuera de los confines del trasbordador o la EEI, tales como la colocación de paneles solares en la estación espacial o cualquier tipo de reparación. Tiene un torso superior duro, unas capas de material para proteger a los astronautas contra los micrometeoritos y la radiación, un sistema de regulación de temperatura, y sus propios sistemas de comunicaciones y mantenimiento de las funciones vitales. El EMU pesa más de 300 libras (136 kilos aprox.) y tiene una movilidad limitada en las piernas—los pies de los astronautas normalmente están bloqueados en sujetapies durante las tareas extravehiculares, y durante las misiones del Apollo, los astronautas fueron obligados a desarrollar un salto de conejo para poder moverse por la superficie lunar.
“Cuando fuimos a la luna por primera vez, simplemente estábamos intentando llegar hasta allí arriba. Ahora los astronautas tienen que ser capaces de explorar la superficie, recolectar recursos, y llevar a cabo operaciones científicas,” afirma Daniel Barry, vicepresidente y director de investigación y desarrollo en David Clark Company, además de director del proyecto de trajes espaciales de Constellation.
El nuevo traje espacial tendrá dos configuraciones. La primera es similar al traje de escape actual del trasbordador espacial, y está diseñada para el lanzamiento, la reentrada y las operaciones de emergencia en gravedad cero. Es suave y permite la movilidad en caso de pérdida de presión o en caso de que un miembro de la tripulación necesite abortar la misión.
Cuando los trajes usados en la actualidad son presurizados, tienden a endurecerse. Para los trajes Constellation, el equipo de Barry ha colocado unos paneles de material en las articulaciones—hombros, codos y rodillas—que mantienen constante el volumen dentro del traje, lo que permite que los astronautas se muevan con facilidad. Los ingenieros de David Clarck también han desarrollado materiales transpirables para el traje, lo que los hace más cómodos que el uretano convencional—o las telas de nylon con capas de neopreno.
La segunda configuración del traje espacial Constellation, que se usará para las excursiones lunares, utiliza los mismos brazos, piernas, botas y casco. Estos elementos se colocan en un nuevo torso reforzado y equipado con sistemas de mantenimiento de constantes vitales, de componentes electrónicos y de comunicación. Los astronautas también se colocarán una prenda exterior para protegerse de la dura atmósfera lunar, incluyendo los micrometeoritos. Los ingenieros también están trabajando en unos materiales mejorados para combatir el finísimo polvo lunar, que según pudo experimentar la NASA durante las misiones del Apollo, puede ser problemático y peligroso para la tripulación.
El nuevo diseño eliminará muchos de los elementos rígidos que añaden peso a los trajes lunares actuales y pueden dañar a la tripulación en caso de un aterrizaje forzoso. En su lugar, los ingenieros están utilizando unas estructuras compuestas de peso ligero. Es más, los astronautas serán capaces de entrar y salir de los trajes más rápidamente a través de una entrada trasera con cremallera. Los trajes actuales están hechos de dos piezas cuya colocación requiere tres horas y alguien que eche una mano para colocarlas.
Barry señala que un traje individual modular será más barato de manufacturar y reducirá la masa de lanzamiento y la complejidad logística. David Clark Company ha construido un primer prototipo que será puesto a prueba la semana próxima en la NASA con el nuevo vehículo de exploración tripulado, llamado Orion, que también está siendo desarrollado para el programa Constellation.
Hill afirma que el primer traje completo estará listo para ser puesto a prueba en septiembre, y que el diseño del traje final estará preparado para 2013 y listo para entrar en vuelo en 2015. El traje lunar incorporará pantallas OLED y un ordenador, y actuará como un nódulo en internet, enviando datos a la Tierra.
Durante las próximas semanas, la administración de Obama tomará una decisión acerca del futuro de los viajes espaciales humanos de los EE.UU., que podría cambiar significativamente la dirección del programa Constellation. “Si vamos a realizar misiones tripuladas por humanos, necesitamos un nuevo traje,” señala Hill. Además añade que “hemos hecho que el traje sea modular por ese motivo; si decidimos saltarnos la luna e ir a Marte, nuestra arquitectura no cambia.”