La televisión en 3-D sin gafas aún está muy lejos de alcanzar el mercado.
Los fabricantes de televisiones y productores de contenidos empezaron el año apostando fuertemente por la televisión en 3-D, con la esperanza de subirse a la ola de éxito de la película en 3-D Avatar. Aunque el 3-D sin gafas aún está lejos, los fabricantes esperan poder animar a los consumidores con una gama de productos que sacan el mayor partido de las dificultades que surgen al llevar contenidos 3-D a la pequeña pantalla.
La producción de una televisión en 3-D que no requiera el uso de gafas es “poco práctico de aquí a un futuro próximo,” afirma Peter Fannon, vicepresidente de asuntos corporativos y de gobierno de Panasonic.
Las demos de la tecnología de televisión 3-D sin gafas aún no han logrado convertirse en productos reales. Hace dos años, Mitsubishi llamó la atención de todo el mundo al mostrar sus investigaciones dentro del campo de la tecnología 3-D sin gafas, aunque la compañía no posee ningún producto basado en ese trabajo.
Fannon afirma que el problema principal con el 3-D sin gafas es que aumentaría significativamente los costes de producción. La mayoría de las pantallas de TV sin gafas utilizan lentes lenticulares, que proporcionan luz a distintos ángulos—por lo que el ojo es alcanzado por imágenes distintas. Este tipo de pantalla necesita que las imágenes del mismo objeto sean capturadas desde muchos ángulos distintos, obligando a los productores de contenidos a filmar y procesar la misma escena desde una docena o más de ángulos distintos al mismo tiempo. “Ese es un coste de producción que nadie se puede permitir,” afirma. Las lentes lenticulares también pueden distorsionar la imagen, y los espectadores a menudo tienen que ver la televisión desde un ángulo específico.
En vez de todo esto, las tecnologías 3-D utilizadas hoy día emplean gafas para controlar las imágenes. La tecnología más común, utilizada en las salas de proyección, está hecha por RealD, una compañía con sede en Beverly Hills, California. Esta tecnología utiliza una pantalla especial para reflejar luz polarizada en el público cuando las imágenes se proyectan sobre ella. Después las gafas filtran la luz para que las imágenes sean correctamente dirigidas a cada ojo.
RealD ha cerrado acuerdos con muchos de los principales fabricantes, incluyendo a Sony, JVC, Samsung, Toshiba, Panasonic y DirecTV, para usar su formato y distribuir contenidos 3-D a las televisiones. Sin embargo, la mayoría de las televisiones 3-D utilizan “gafas activas” para procesar los contenidos 3-D en cada ojo, al contrario que las gafas pasivas utilizadas en las salas de proyección.
Las gafas de 3-D activas utilizan baterías, y contienen lentes capaces de abrirse y cerrarse rápidamente. La pantalla de la televisión—a menudo una pantalla de LCD o plasma—funciona a doble velocidad, mostrando el doble de imágenes para que cada ojo vea una imagen continuada y de alta calidad.
Un portavoz de RealD explicó que la tecnología de pantalla especial utilizada en los cines, donde la pantalla hace la mayoría del trabajo, sería demasiado cara de trasladar a las televisiones 3-D para consumidores. Las gafas activas, por otro lado, son demasiado caras para que los cines las distribuyan en altos volúmenes, pero funcionan bien para los usuarios en el hogar.
Fannon desde Panasonic añade que las gafas polarizadas funcionan mejor en ambientes oscuros, donde las grandes pantallas cubren todo el campo de visión del espectador. Los obturadores activos son mejores para su uso en el entorno casero, afirma.
Los retos que surgen por el uso del 3-D no sólo tienen que ver con la tecnología de las pantallas. El canal de deportes ESPN anunció recientemente que ofrecería un canal de 3-D especial, que comenzará en junio con la retransmisión de los eventos de la Copa del Mundo. Como parte de la oferta de estos contenidos, el canal tiene que modificar algunas de sus prácticas de filmación, explica Anthony Bailey, vicepresidente de tecnología emergente en ESPN.
“El cambio mayor viene dado por el posicionamiento de la cámara,” afirma Bailey. Filmar el 3-D funciona mejor si las cámaras están posicionadas más cerca y más bajo de lo habitual, señala Bailey. Denota que durante las pruebas que ha llevado a cabo el canal, el cambio de una cámara a otra puede añadir cambios en la perspectiva que pueden alterar el tamaño percibido de los jugadores en el campo. Los movimientos pesados también tienden a ser borrosos, y la colocación de gráficos en la pantalla puede resultar muy complicada.
Bailey señala que ESPN comenzará a mostrar fútbol en parte porque las pruebas del canal han ayudado a determinar algunas de las mejores formas para presentar este deporte en 3-D. ESPN aún está buscando la mejor forma de filmar torneos de golf y otros deportes.
Además de simplemente asegurarse de que el contenido está disponible, parte de la estrategia de la industria consiste en ofrecer productos preparados para el 3-D. Además de las televisiones, las compañías están lanzando reproductores de Blu-ray y cámaras que permitan el 3-D. Los consumidores que deseen contenidos 3-D provenientes del servicio de televisión por satélite DirecTV tendrán que descargar un nuevo software para sus decodificadores, pero no necesitarán hardware nuevo.
Fannon desde Panasonic cree que este método hará que la televisión en 3-D será ampliamente adoptada en mucho menos tiempo del que tardó el HDTV en ser adoptado. Con esa tecnología, afirma, existía un problema del tipo “la gallina y el huevo”—el contenido y el hardware no fueron lanzados en orden. Ahora las esperanzas, afirman, residen en que los consumidores se pasen al 3-D cuando compren sus nuevas televisiones, puesto que hay contenidos disponibles y no necesitarán hardware adicional. Por el contrario, los consumidores que en su día quisieron disfrutar de contenidos HD de DirecTV, por ejemplo, tuvieron que comprar una nueva antena y un nuevo decodificador además de una nueva televisión.
Fannon afirma que Panasonic tiene planes para ofrecer sus televisiones de plasma en 3-D por sólo unos cientos de dólares más que el precio base de sus televisiones estándar y de características completas. Mitsubishi vende televisiones 3-D en la actualidad por un precio entre 1.500 y 4.200 dólares.