Inteligencia Artificial
Los satélites se comerán unos a otros si no empezamos a retirar los viejos
Los satélites en desuso pueden permanecer en el espacio hasta 25 años tras el fin de su vida útil. Y cuanto más tiempo estén arriba más probabilidades tienen de chocar con otros. Reducir este plazo a cinco años parece una buena opción
Todo lo que sube, tiene que bajar, aunque tal vez hecho pedazos y sembrando el caos. A medida que los costes del hardware y los lanzamientos espaciales se reducen, aumentan los lanzamientos de enjambres de satélites al espacio para monitorizar nuestro planeta y transmitir datos. Pero a algunos investigadores empiezan a estar preocupados de que el elevado número de dispositivos que rodean el planeta agrave la ya problemática cuestión de los residuos espaciales.
A finales de 2016, se calculó que había 1.459 satélites operativos en órbita alrededor de la Tierra. Pero esa cifra podría dispararse rápidamente a medida que las empresas siguen lanzando pelotones de naves cada vez más pequeñas. Este año, por ejemplo, Planet Labs lanzó 88 de sus diminutos satélites al espacio para fotografiar el planeta.
Tal vez crea que esto no debería suponer un problema. Después de todo, cada uno de los satélites de Planet Lab no mide más que una mochila y sólo pesa unos cuatro kilos. Pero otras organizaciones tienen proyectos más amplios. SpaceX planea lanzar 4.425 satélites para ofrecer conexión a internet en todo el planeta. Samsung ha descrito que 4.600 satélites lograrían que la empresa hiciera algo parecido, y Boeing también quiere participar con una flota propia de 3.000 satélites.
La perspectiva de estos enormes enjambres de satélites ha mantenido en vela al investigador de la Universidad de Southampton (Reino Unido) Hugh Lewis. Su preocupación: el número cada vez mayor de satélites en órbita aumenta el riesgo de colisiones, y las reglas actuales, que estipulan que los satélites antiguos deben regresar a la Tierra como tarde 25 años después del final de su vida útil, no serán suficientes para impedir que el problema se descontrole.
En lugar limitarse a imaginar lo que podría pasar, Lewis simuló cómo interactuarían 1.000 satélites adicionales en órbita durante los próximos 200 años. Sus cálculos de superordenador, que serán presentados en la próxima conferencia de la Agencia Espacial Europea, sugieren que el número de colisiones entre satélites podría aumentar un 50% bajo las directrices actuales de retirada. Hablando con la BBC, Lewis explicó el origen del problema:
Lo que hemos descubierto es que cuando colocas los satélites de un enjambre en una órbita en desuso, se cruzan con objetos que están debajo de ellos. Y si tardan 25 años en pasar por esas altitudes más bajas, es muy probable que colisionen con objetos de la población de más abajo durante el descenso. Pero si se reduce el plazo de 25 años a cinco años, se reduce significativamente las probabilidades de que esas interacciones se produzcan.
Puede que un aumento del 50% no parezca alarmante, visto lo visto. Pero como señala la revista New Scientist, podría acercarnos más que nunca al temido síndrome Kessler: una cascada de colisiones que finalmente generaría un cinturón de deshechos espaciales que rodearía la Tierra. Eso podría inhabilitar muchos satélites existentes, además de dificultar nuevos lanzamientos y la exploración espacial mucho más que hoy.
Se han propuesto algunas ideas para retirar los deshechos, incluido un cohete que se alimentaría de ellos. Pero Lewis tiene una sugerencia más sencilla: definir una ventana de retirada de cinco años, en lugar de los 25 años actuales. Por el bien de los enjambres de satélites y nuestras conexiones a internet, podría ser buena idea.
(Para saber más: BBC, New Scientist, SpaceX’s Plan to Provide Internet from Orbit Edges Closer to Launch, La bienintencionada 'start-up' que posee la mayor flota de satélites privados del mundo, Junk-Eating Rocket Engine Could Clear Space Debris)