Un panel de expertos recuerda cuando su asistente virtual llegó a parecer humano y sugiere un futuro en el que comprendan y expresen emociones
Aunque sé que las ingeniosas ocurrencias de Siri no son más que trucos preprogramados, hay momentos en que sus respuestas a lo que digo dan la impresión de que es un asistente humano real. Parece ser que las personas que fabrican los asistentes virtuales como Siri y Google de vez en cuando también tienen esa sensación.
El cofundador de Siri, Adam Cheyer, mencionó una experiencia parecida durante su participación en un panel con otros expertos en inteligencia artificial en una conferencia hace una semana sobre cómo implementar el control por voz en el internet de las cosas, celebrada por la start-up de reconocimiento de voz wit.AI (ver "El reconocimiento de voz logra freír beicon en el microondas"). Sucedió mientras estaba trabajando en CALO (siglas de "cognitive agent that learns and recognizes", o "agente cognitivo que aprende y reconoce"), un proyecto financiado por la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa (DARPA) del Departamento de Defensa de EEUU, que llevó a la creación de Siri (ver "TR10: Asistente inteligente de Software").
Cheyer dijo que le hizo una pregunta a CALO utilizando el tipo de frase que podría usar con un ser humano. El software respondió de una forma más parecida a un humano que a una máquina.
"En ese momento pensé, 'Dios mío, ¡acabamos de cruzar la raya!", señaló, aunque rápidamente se dio cuenta de que la respuesta del sistema a su pregunta tenía sentido dadas sus capacidades en aquel momento.
Otro panelista, Rob Chambers, director gerente principal de programa de Cortana, el software de asistente virtual de Microsoft, describió una experiencia similar. Un día mientras Chambers se cepillaba los dientes y miraba su teléfono inteligente, de pronto Cortana le mostró un mensaje preguntándole si le gustaría leer artículos de noticias sobre tecnología de teléfonos inteligentes. Chambers señala que la experiencia le dio la repentina sensación de que Cortana era "real", aunque sabía que la capacidad de aprender los tipos de cosas que a la gente le gusta saber era algo que estaba programado para ser añadido al software.
A pesar de estos destellos de aparente humanidad, varias personas en el panel, que también incluyó a gente que había trabajado en el asistente virtual de Google, Google Now, estuvieron de acuerdo en que los asistentes virtuales por ahora no van a pasar de hacer tareas administrativas como programar reuniones a convertirse en nuestros mejores amigos. Para eso, habrá que agregarles la capacidad de entender y expresar emociones.
"Lo que falta en internet en general, en el mundo en que vivimos, en esta era electrónica, es personalidad y emoción con las que podamos conectar de alguna forma humana profunda", afirmó el fundador y ex director general de la compañía de reconocimiento de voz Nuance, Ronald Croen. "Esto podría sonar aterrador en cierto sentido, porque no es una persona real, pero podría ser muy gratificante y potente cuando el contenido tenga importancia, cuando la experiencia de estar involucrado tenga importancia".