Un equipo de investigadores tiene previsto ofrecer algo más que direcciones gracias a innovaciones en el software y el hardware.
La Realidad Aumentada (RA), que consiste en sobreponer objetos virtuales e información por encima del mundo real, puede que llegue en breve a tu teléfono. A medida que los móviles se fabrican con más sensores, mejores capacidades de video y una velocidad de procesado mayor, muchos expertos predicen que la RA se hará cada vez más común. No obstante, en uno de los paneles celebrados hoy en EmTech@MIT en Cambridge, Massachusetts, algunos panelistas admitirán que existen varios obstáculos que aún hay que saltar y que la “aplicación que arrase con las demás” dentro de la realidad aumentada aún no ha salido a la luz.
Ya están disponibles varias aplicaciones de RA para algunos teléfonos móviles con sensores de posición. Por ejemplo, la aplicación Metro Paris de PresseLite y Nearest Tube de Acrossair proporcionan a los usuarios de iPhone direcciones aumentadas hacia las paradas de metro más cercanas. Las aplicaciones de AR también están disponibles para los móviles cubiertos por la plataforma Android de Google. Layar, desarrolladores de SPRXmobile, y con sede en los Países Bajos, coloca información de Twitter, Flickr y Wikipedia sobre localizaciones mundiales reales, mientras que Wikitude, de la compañía austriaca Mobilizy, ofrece información turística obtenida de Wikipedia.
Algunos investigadores creen que la RA representa, fundamentalmente, un nuevo método para organizar e interactuar con la información. “En el futuro, veremos que la RA será un componente de cualquier tipo de interacción mediática digital,” afirma el codirector de Mobilizy, Alexander Igelsboeck, que dará una charla en las sesiones de EmTech@MIT.
Mobilizy lanzó esta semana un nuevo lenguaje de RA llamado Augmented Reality Mark-up Language (ARML). Con ARML, Mobilizy espera facilitar a los programadores la creación de contenidos basados en localizaciones para las aplicaciones de RA. La compañía considera que ARML es el equivalente del HTML en la web, e Igelsboeck enfatiza la importancia del contenido abierto y la estandarización para que la RA acabe de despegar. “Queremos abrir esos estándares para que estén disponibles dentro de las comunidades de desarrolladores que puedan crear aplicaciones innovadoras dentro de esta experiencia aumentada,” afirma.
Sin embargo, aún hay muchos retos por superar. Por ejemplo, la tecnología de posicionamiento actualmente disponible en los móviles se queda corta para las aplicaciones de RA sofisticadas. Los GPS que llevan los smartphones “realmente no fueron diseñados para la RA,” afirma el panelista Steven Feiner, profesor de ciencias informáticas en la Universidad de Columbia. “Han sido diseñados para aplicaciones más simples.”
Feiner, que lleva trabajando en la RA desde hace más de una década, afirma que los primeros ejemplos de RA requerían el uso de mochilas con ordenadores y unas pantallas instaladas en la cabeza. “Sin embargo, el sistema de seguimiento que usábamos en 2001 era mucho, mucho mejor,” afirma.
Feiner se está centrando en aplicaciones de RA de uso menos popular—ha desarrollado un programa que muestra los niveles de monóxido de carbono en Manhattan (ver la imagen de arriba), y otro que muestra etiquetas virtuales para los ingenieros—por ejemplo, una etiqueta flotante que dice, “Para quitar este tornillo hay que usar una llave de tubo de un cuarto de pulgada.” Añade que la RA se hará más práctica cuando se mejoren el reconocimiento de objetos y el seguimiento de la postura, así como la forma de poder funcionar con luz solar directa.
Otro obstáculo en potencia para la RA es la aceptación social. Aunque hoy día la gente ya manda mensajes de texto o ve sus correos electrónicos mientras anda, ver a través de un teléfono móvil puede resultar algo raro. Feiner sugiere que esto se podría solucionar con el uso de gafas bien diseñadas. “Cuando nos referimos a lo que la gente está dispuesta a ponerse en la cabeza, el listón está muy alto,” afirma.
La primavera pasada, un grupo en el Media Lab de MIT hizo una demostración de una interfaz que hace que no tengamos que mirar a la pantalla. El estudiante de postgrado Prana Mistry, uno de los ganadores de TR35 2009, desarrolló un dispositivo llamado SixthSense, que combina una webcam y un proyector colgado del cuello, además de unos marcadores de colores en los dedos, para reconocer los gestos del usuario y proyectar información sobre las superficies.
“Nuestro mundo se puede ver aumentado sin que tengamos que cambiar nuestro comportamiento y hacer nada adicional, como sacar el teléfono y lanzar una aplicación,” afirma la profesora de MIT Pattie Maes, que encabeza el proyecto SixthSense. El grupo de Maes también está explorando las aplicaciones técnicas para la RA. “Si mi coche deja de funcionar, podría abrir el capó y un experto podría verlo de forma remota y después proyectar información enfrente del motor, diciendo cosas como por ejemplo ‘Abre esa válvula,’” explica Maes.
Los proyectos Mobile Augmented Reality Applications y Mixed Reality Experiences de Nokia tienen como objetivo utilizar una combinación de hardware en las aplicaciones de RA. Ville-Veikko Mattila, el director de investigación senior en el Centro de Investigación Nokia, cree que la combinación de la información visual y sonora podría ser lo más práctico. “Creo que está claro que la gente no va a ir por ahí sosteniendo un dispositivo enfrente de ellos. Por tanto, el uso del audio puede que sea más intuitivo,” afirma.
Mattila afirma que la RA podría acabar combinando la información social con los servicios basados en localizaciones para así ofrecer a los usuarios recomendaciones a medida de sus necesidades. Por ejemplo, una aplicación podría mostrar lo que tus amigos piensan de un restaurante en particular, en vez de darte la crítica hecha por una guía de restaurantes.
“Obviamente existe mucha expectación,” afirma Feiner. Pero a fin de cuentas está de acuerdo con que la RA podría ayudar a la gente en sus quehaceres diarios. “Como por ejemplo ir a algún sitio, encontrar información o reconocer la cara de una persona que conoces pero de cuyo nombre no te acuerdas,” afirma.