El vehículo espacial de la sonda aterrizará en el cometa en noviembre
No es una roca como otra cualquiera. Es la superficie de un cometa en algún lugar entre Júpiter y Marte. La sonda espacial europea Rosetta ha tardado 10 años en llegar al lugar antes de poder enviar estas imágenes sin precedentes.
Rosetta tomó estas fotos después de maniobrar usando propulsores para posicionarse a menos de 100 kilómetros por encima de la superficie del cometa, conocido como 67P/Churyumov-Gerasimenko. Se espera que el próximo paso crucial se produzca en noviembre, cuando Rosetta envíe un vehículo a la superficie. Los científicos esperan que las exploraciones del vehículo nos den pistas no sólo sobre este cometa en particular, sino también sobre el papel que estos trozos de roca y hielo han jugado en la historia celeste. En palabras de mi amigo Berndt Feuerbacher, científico alemán y expresidente de la Federación Astronáutica Internacional: "Los cometas son reliquias del origen de nuestro sistema solar, y mantienen una especie de congelación cósmica que va mucho más allá de los planetas exteriores, y que no ha cambiado en 4.500 millones de años". Proporcionan "una oportunidad única para aprender sobre cómo se crearon el Sol, la Tierra, los planetas y hasta la vida".
Los últimos siete meses han sido el periodo más importante del proyecto de 1.300 millones de libras (1.640 millones de euros). Antes de enero, Rosetta se había pasado casi tres años en hibernación: la sonda fue apagada casi totalmente mientras estaba demasiado lejos del Sol como para extraer energía suficiente para cargar las baterías y mantener sus instrumentos en funcionamiento. Usó la atracción gravitacional del Sol y los planetas para moverse.
El mes de enero marcó la hora de empezar a maniobrar hacia el cometa. En el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea en Darmstadt (Alemania) la tensión crecía a medida que se acercaba la hora de despertar a Rosetta. Si aparecían picos en una señal plana sobre una pantalla verde, los científicos sabrían que se había despertado. Pero 20 minutos después de la hora programada no aparecía nada. Feuerbacher me comentó que se produjo un profundo silencio en la sala. Feuerbacher recibió un mensaje de texto del astronauta europeo Thomas Reiter: "¿Llegamos tarde, Berndt?".
Espera, Thomas, espera", respondió Feuerbacher. "Está muy lejos y tiene muchas cosas que hacer antes de decirnos que está despierta. Abrir los paneles, entrar en calor, orientar la antena hacia la Tierra, intentar una transmisión y quizás fallar durante el primer intento".
Andrea Accomazzo, director de Operaciones de Rosetta, en la sala de control de Darmstadt, celebra la llegada de la señal del despetar de la sonda.
Cuando la señal en la pantalla finalmente mostró un pico un par de minutos más tarde, la sala estalló en un aplauso. El personal de operaciones levantó los brazos al cielo y empezó a abrazarse.
Después de que el vehículo espacial de Rosetta, conocido como Philae, aterrice en la superficie del cometa en noviembre, su mayor reto será permanecer allí. Un cometa tiene tan poca gravedad que Philae podría rebotar fácilmente de su superficie y volver al espacio. Pero Philae tiene un ancla para aferrarse a la superficie del comenta, momento en el que todos en el centro de Darmstadt volverán a contener la respiración.
Alessandro Ovi es el editor de la edición italiana de MIT Technology Review y ha sido asesor de la Agencia Espacial Europea.