Un motor de búsqueda ultra privado espera atraer a aquellos usuarios cansados de entregar información personal.
Google,
una compañía con 20.000 empleados y 24 mil millones de dólares en ingresos en
2009, está siendo retada--por un tipo en Filadelfia.
Gabriel
Weinberg es el programador de Duck Duck Go. Se trata de un motor de búsqueda
que es profundamente--algunos podrían decir radicalmente--privado. A diferencia
de Google, no construye perfiles de usuario, no almacena la dirección IP, ni
recoge cualquier otra información que pudiera asociar una búsqueda particular
con nosotros.
Eso
hace que sea imposible, por ejemplo, que una versión futura y más malvada de
Weinberg (o su compañía, si alguien la compra) se aproveche de los datos
mediante su venta a anunciantes sin nuestro permiso (tal y como Digg, MySpace,
Facebook y otras compañías han hecho). O que la empresa accidentalmente haga
públicos los datos de búsqueda para que alguien pueda conectar los hilos de las
búsquedas con los individuos que las llevaron a cabo (como ocurrió con los
datos de AOL en 2006). O que un gobierno extranjero o de los EE.UU. más
intrusivo pudiera usar con éxito nuestro historial de búsqueda.
Mejor
aún, desde hace unos días, las búsquedas de Duck Duck Go tapan un enorme
agujero de seguridad en el que pocos usuarios han pensado alguna vez--el hecho
de que cada vez que realizamos una búsqueda en Google, los términos de búsqueda
son comunicados al sitio (o sitios) cuando hacemos clic después de realizar la
búsqueda.
Para
entender la importancia de este hecho, busquemos algo en Google que
preferiríamos se mantuviese como privado, y hagamos clic en el resultado de
búsqueda. En ese momento, el webmaster de esa página web recibe tanto los
términos que usamos para encontrar el sitio como nuestra dirección IP. Tal y
como la RIAA ha puesto de manifiesto, esta es otra manera de identificarnos
directamente.
Por
supuesto, ¿de qué sirve un motor de búsqueda si no proporciona resultados
útiles? Sorprendentemente, y teniendo en cuenta su (hasta ahora) modesto
alcance, esta es un área donde Duck Duck Go también brilla con luz propia. Al
parecer, una de las fuerzas que motivaron a Weinberg para construir la web fue
la cada vez mayor presencia de pseudo-contenido basura en Google. Duck Duck Go
es como una versión más culta de la web--resultados rápidos e informativos sin
toda la escoria.
Si bien
posee su propio rastreador e índice web, Duck Duck Go también obtiene resultados
de las APIs de búsqueda de Bing (Microsoft) y BOSS (Yahoo), por lo que de todos
modos muchos de los resultados que obtenemos se pueden encontrar en esos
motores. Lo que diferencia a DDG, sin embargo, es el modo en que dichos
resultados son analizados, re-ordenados, y mostrados en una página que parece
haber sido construida por un diseñador, en lugar de por un súper fanático de la
informática. En otras palabras, en cierto modo la experiencia de usuario es
mejor, y posee una amplia gama de personalizaciones que seguro gustarán a los
diseñadores de internet con conocimientos tecnológicos / hackers / fanáticos
del código abierto que, probablemente, se convertirán en sus primeros usuarios.
Las
búsquedas se presentan de forma sencilla y útil--y, más importante aún, de modo
totalmente privado. Después de todo, si los navegadores de internet poseen un
modo anónimo/de incógnito--¿no debería nuestro motor de búsqueda poseerlo
también?