Unos investigadores alemanes sugieren que los humanos y los monos llevan haciéndose cosquillas y riéndose desde hace mucho tiempo
¿Te han hecho cosquillas últimamente, o le has hecho cosquillas a alguien?
Por lo que parece, este tipo de interacción íntima y normalmente divertida entre humanos--especialmente entre padres y niños pequeños--no es algo exclusivo de la raza humana. Según un nuevo estudio, los monos llevan haciéndose cosquillas y riéndose durante millones de años. ¿Por qué? No está claro, aunque la supervivencia de las cosquillas durante tanto tiempo sugiere que los monos y los humanos han prosperado y se han reproducido más que aquellos que no las utilizan.
He aquí una descripción del estudio extraída de un blog de ErinC, en 23andMe:
Un grupo de investigadores de la Universidad de Hannover en Alemania han registrado las vocalizaciones que provocan las cosquillas en tres niños humanos y 21 niños y jóvenes orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos. Más tarde han analizado estos datos acústicos para encontrar similitudes y diferencias entre las cinco especies. Sus resultados, publicados por internet hoy en la revista Current Biology, muestran que los gritos y resoplidos de los grandes monos realmente equivalen a la risa, y que las relaciones evolutivas entre los sonidos concuerdan con las relaciones evolutivas conocidas entre las especies basadas en la genética.
"Como poco, podemos concluir que es acertado considerar la 'risa' como un fenómeno que se da en varias especies, y que por tanto no resulta antropomórfico utilizar este término para las vocalizaciones provocadas por las cosquillas que producen los grandes simios," señalan los autores.
Sin embargo, los descubrimientos de los investigadores indican algo más profundo: en vez de ser una invención humana, la risa que provocan las cosquillas se puede situar entre 10 y 16 millones de años atrás, junto a nuestro último antepasado común con los simios. Un análisis de la risa de una criatura menos simiesca, el siamang, sugiere que la risa tenga incluso más antigüedad.
A pesar de todas las similitudes que los investigadores descubrieron entre los humanos y los grandes simios, la risa humana sigue siendo distintiva: nos reimos mayormente al exhalar, y nuestras cuerdas vocales vibran para hacer el sonido "ja ja ja", mientras que las risas de los simios se producen tanto de dentro para fuera como al contrario.