Un Roomba modificado trata de detectar y evitar a los usuarios estresados.
Todos sentimos la necesidad de patear a nuestros electrodomésticos de vez en cuando. Pero, ¿Qué pasa si ellos huyen hacia otra habitación tan pronto te comienzas a enojar?
No es una idea tan descabellada. En la conferencia 2009 de Interacción hombre-robot, que tuvo lugar esta semana en California (Estados Unidos), los investigadores presentaron una serie de investigaciones sobre la manera de mejorar la comunicación entre los seres humanos y las máquinas. Una presentación reveló un robot-aspiradora modificado que puede detectar los estados emocionales de su propietario.
En un artículo titulado "Uso de bio-señales eléctricas para influenciar los comportamientos sociales de los robots domesticados", los investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) describen el uso de una vincha bioeléctrica que envía señales a la humilde Roomba que limpia el piso.
La vincha, que se vende como un dispositivo de juego, detecta la tensión muscular en la cara del usuario, por lo que los investigadores fueron capaces de controlar directamente la velocidad de Roomba, por ejemplo, apretando sus mandíbulas o tensando sus cejas. También desarrollaron un modo un poco rudimentario para evaluar el estado emocional de una persona, basado en la tensión muscular facial (cuanta más tensión, más estrés), y programaron a Roomba para responder. Si una persona demostraba mucha tensión, Roomba continuaba con la limpieza pero se alejaba del usuario, según el artículo.
Los robots que puedan sentir las emociones humanas podrían ser mucho más sensibles, según los investigadores. Imagínate un robot escondiéndose debajo de la cama si un usuario se siente enojado y está buscando algo para patear. Alternativamente, un robot diseñado para ofrecer continencia podría acercarse instintivamente a una persona que se siente particularmente triste o estresada.