La nueva regulación contempla que cualquiera pueda cacharrear con sus aparatos, siempre que no haya riesgos. Los investigadores de seguridad pueden empezar a respirar tranquilos
Puede que parezca absurdo, pero hasta la semana pasada, cualquier persona en EEUU corría el riesgo de cometer un delito si intentaba modificar uno de sus dispositivos digitales. Pero gracias a un cambio en las leyes, ahora existen unos derechos más amplios para cacharrear con ellos.
La barrera para las mentes más curiosas era el Acta de derechos digitales de autor del milenio. El CEO de la página web de reparaciones de dispositivos iFixit, Kyle Wiens, escribió recientemente sobre la parte más limitante de la ley para MIT Technology Review:
Allá por 1998, el objetivo del Congreso era impedir que los hackers maleantes de ese chisme moderno llamado internet establecieran 'streamings' de vídeo de películas pirateadas. Así que los reguladores redactaron una cláusula antiesquiva (la Sección 1201) que se incluyó en la nueva ley y prohíbe a los usuarios violar los "candados" digitales, como los sistemas de gestión digital de derechos o de encriptación, que protegen los contenidos de los productos sujetos a derechos de autor.
El resultado: los fabricantes podían añadir un candado digital a cualquier producto con software (lo que quiere decir prácticamente cualquier hardware). En caso de romperlo para realizar una ingeniería inversa del código o cualquier modificación, los fabricantes podían demandar al usuario, alegando una violación de la Sección 1201. Y lo hacían.
Crédito: Avito.
Pero como informa Wired, una serie de nuevas exenciones en la ley, entre ellas la de permitir las investigaciones de seguridad y las reparaciones de los sistemas vehiculares digitales, permite que muchos dispositivos puedan ser hackeados de nuevo. La exención sólo funcionará durante un periodo de ensayo de dos años de duración, e incluye algunas salvedades que suenan razonables. Las investigaciones, por ejemplo, no han de poner a nadie en riesgo de sufrir daños, y han de realizarse en un "entorno controlado" con dispositivos que sean propiedad del hacker.
Por lo general, serán los investigadores de seguridad los que más se aprovechen de las nuevas reglas. Cacharrear con un dispositivo en casa puede que fuera técnicamente ilegal, pero en muchos casos el fabricante jamás se enteraría. Pero los investigadores eligen publicar sus hallazgos como defectos y vulnerabilidades de la manera más amplia posible, por lo que las exenciones les permitirán hacerlo sin temor a ser procesados.
Tal vez de manera contraintuitiva, ampliar los derechos del hackeo podría lograr que todos estemos un poco más seguros.
(Para saber más: Wired, La culpa de que arreglar tu móvil o PC sea delito la tienen los derechos de autor)