La empresa ha actualizado Earth y Maps con un petabit de datos de Landsat, y algunos investigadores ya los están usando para elaborar mapas de riesgo de malaria y de inundaciones
Google Earth ha mejorado mucho en la última década, y acaba de recibir su mayor impulso hasta la fecha: más de 700 billones de píxeles individuales para representar la faz de la Tierra en un exquisito nivel de detalle.
No es que podamos ver todos esos píxeles. Puesto que Google realmente trabaja con un conjunto de datos tan enorme, adquirido a través de la NASA y el satélite Landsat 8 del Servicio Geológico de Estados Unidos, replica la misma vista del planeta muchas veces. Y esa redundancia permite a Google elegir selectivamente entre las imágenes, generando un mosaico de la Tierra que carece de nubes, con "mayor nivel de detalle y colores más reales" que antes.
No es la primera vez que Google produce una vista despejada del planeta. Lo hizo hace tres años con datos procedentes del Landsat 7. Pero debido a un fallo del hardware, ese satélite proporcionó unos datos incompletos, por lo que las imágenes tuvieron que someterse a un procesamiento más exhaustivo para ser unidos después, lo que generó las fuertes líneas diagonales que se han observado en las imágenes de satélite de Google durante los últimos tres años.
Foto: La vista de Google Maps de la laguna volcánica Jökulsárlón, ubicada al borde del glaciar Vatnajökull al sudeste de Islandia. Crédito: Google.
Todo este procesamiento, incluida la unión de las imágenes procedentes del Landsat 8, realmente se produce dentro del públicamente disponible Earth Engine de Google. Mientras Google Earth está bien para el curioseo habitual de la mayoría de las personas, Earth Engine aloja la acción de verdad. A diferencia de Google Maps, proporciona todo tipo de informaciones, lo que permite a los usuarios profundizar en los datos: contiene imágenes de radar del satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea; datos medioambientales sobre las cosechas y la capa vegetal; registros climáticos sobre la atmósfera y la temperatura en superficie; y hasta datos humanos acerca de la población y la prevalencia de la malaria.
Los investigadores han empleado Earth Engine para desarrollar algunas aplicaciones impresionantes. La investigadora de la Universidad Estatal de Arizona (EEUU) Beth Tellman ha desarrollado Cloud to Street, una herramienta que mapea las vulnerabilidades de inundaciones. Un equipo de la Universidad de California en San Francisco (EEUU) desarrolló una herramienta que demuestra dónde resulta probable que se transmita la malaria, basándose en datos como las precipitaciones registradas y la capa de vegetación. Y la Iniciativa Sage Grouse está empleando Earth Engine para crear indicadores de conservación que pueda emplear para asegurarse de que la ganadería por la zona oeste de Estados Unidos sea sostenible.
Las nuevas imágenes servirán para lograr que los análisis realizados por los investigadores resulten más precisos que nunca. Aunque aún podrá comprobar el destino para sus vacaciones si quiere, no nos chivaremos.
(Para saber más: Google, The Atlantic)